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12 de Noviembre de 2013

Sucesor de Dalai Lama apuesta por un "sentimiento sagrado" hacia la naturaleza

En el marco de la "V conferencia sobre Protección Medioambiental para monjes y monjas budistas tibetanos", el Karmapa Ogyen Trinley Dorje, dijo que "la labor de los monjes es hacer todo lo que esté en sus manos para ayudar tanto a ellos mismos como a los demás, y la felicidad de todos depende de cómo esté el medioambiente en el que viven".

Por EFE
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El potencial sucesor espiritual del líder tibetano Dalai Lama, el Karmapa Ogyen Trinley Dorje, pidió dejar de lado la modernidad y “restaurar el sentimiento de lo sagrado” hacia la naturaleza.

Convencido de que “la educación” es clave para la concientización sobre el medioambiente, el Karmapa presidió en Nueva Delhi durante cinco días la “V conferencia sobre Protección Medioambiental para monjes y monjas budistas tibetanos”, que concluyó este martes.

El Karmapa, que es la tercera mayor autoridad tibetana -la segunda, el Panchen Lama Gedhun Choekyi Nyima, fue secuestrado por China-, vive en el exilio junto al Dalai Lama en Dharamshala, en el norte de la India.

A pesar de la distancia, Trinley Dorje mantiene contacto directo con medio centenar de monasterios situados en el Himalaya y emplea esa influencia para animar a los monjes a que cuiden el ecosistema e influyan en las comunidades circundantes.

“La labor de los monjes es hacer todo lo que esté en sus manos para ayudar tanto a ellos mismos como a los demás, y la felicidad de todos depende de cómo esté el medioambiente en el que viven“, sentenció Trinley Dorje, de 28 años, que huyó con 16 años del Tíbet.

China considera a Tíbet parte de su territorio desde hace siglos por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, pero el exilio tibetano subraya que su país era independiente hasta que fue ocupado por el Ejército chino en la década de los años cincuenta.

“La tierra era sagrada en sí misma”

La concienciación ecológica del Karmapa proviene, según él, de sus orígenes, ya que hasta los siete años -cuando se reveló la reencarnación del decimosexto Karmapa- vivió con su familia en las montañas, donde “la tierra era sagrada en sí misma”.

“Pienso que la mayoría de las sociedades tradicionales eran así, pero con la modernización la gente ha pasado a desconfiar de los valores de esas sociedades y asumir que el medioambiente no es sagrado“, explicó la reencarnación del decimosexto Karmapa.

Para “restaurar el sentimiento de lo sagrado” y recuperar la capacidad de “vivir con las cosas más básicas”, la clave es, aseguró, “despertarnos del sueño de la ignorancia en el que vivimos en relación al medioambiente”.

Esa “ignorancia”, continuó Trinley Dorje, explica hechos “sumamente tristes” como el estado de extrema contaminación en el que se encuentran el Ganges y el Yamuna, los dos ríos más sagrados de la India tanto para los budistas como para los hindúes.

“Es duro imaginarse que el río Yamuna -considerado biológicamente muerto en su recorrido por la capital india- pueda ser la morada de uno de nuestros espíritus más sagrados”, sentenció el Karmapa, líder de la escuela “karma kagyu”, una de las cuatro sectas del budismo.

El potencial sucesor espiritual del Dalai Lama y un grupo de monjes y ecologistas acudieron ayer hasta la orilla del Yamuna, a pesar del fuerte “hedor” que emitía, para “rezar por su recuperación”.

Entre las personas que se encontraban al frente de ese grupo, que pudieron ser testigo del “horrible estado” en el que se encuentra el río, estaba Dekila Chungyalpa, directora del programa “Tierra Sagrada”, que ha impulsado la ONG World Wide Fund (WWF).

La plataforma “Tierra Sagrada” consiste “en trabajar con líderes religiosos en todo el mundo” para que gracias a su influencia dentro de sus comunidades puedan “concientizar” sobre el medioambiente “de un modo que nunca conseguiría hacerlo una ONG”, según Chungyalpa.

La directora del programa, natural de la India y budista, explicó cómo en 2008 empezó a colaborar con “Su Santidad” y comenzó así una “relación perfecta” entre WWF y la comunidad budista.

“Nosotros somos los científicos, poseemos todos los conocimientos prácticos, pero ellos poseen el corazón, la esperanza, el espíritu; por lo que pienso que todo esto, cuando se une, es muy poderoso”, aseguró una emocionada Chungyalpa.

Así que, optimista por la “fuerza” de esa “esperanzadora” unión, sentenció que cualquier ecosistema, incluido el del río Yamuna, puede recuperarse, “solo necesitan tiempo”.

“Con toda la polución y sustancias tóxicas que recibe (el Yamuna) no le damos la oportunidad para que reviva. Así que lo que mejor que podemos hacer es parar, darle la posibilidad de que respire, que se tome un descanso, y volverá a vivir”, remató la ecologista.

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