Habla una de las víctimas del Cura Tato: "El ya pagó en la Tierra lo que tenía que pagar"
"Perdimos todo, tuvimos que rematar el departamento para irnos a una casa que nos pasaron, buscando trabajo y empezando de cero. Nos costó mucho salir adelante y ahora por fin estamos establecidas", habla la mujer sobre la estigmatización que sufrieron.
Vanessa Ponce, una de las víctimas de José Andrés Aguirre, el sacerdote fallecido hoy martes a los 56 años y que fue condenado por los abusos sexuales cometidos en contra de ella y de su hermana cuando eran menores de 15 años, rompió el silencio y se refirió a la muerte del hombre conocido como Cura Tato.
En su casa de Puente Alto, la mujer habló con La Segunda y relató que la noticia no le sorprendió pero que sí le recordó los duros momentos vividos por la estigmatización que sufrieron como víctimas del religioso.“Fue complicado, yo todavía sé de pelambres en el barrio (en Quilicura) de gente que nos echa la culpa a nosotras. Que la niñita era aquí y allá… Ahora yo puedo responder, pero cuando era chica era un pollo, y de la forma en que me pintaban era muy injusto, eso me dio mucha rabia”, dice.
Agrega que “perdimos todo, tuvimos que rematar el departamento para irnos a una casa que nos pasaron, buscando trabajo y empezando de cero. Nos costó mucho salir adelante y ahora por fin estamos establecidas”.
Tanto ella como su hermana recibieron ayuda psicológica municipal, una vez conocido el caso, la que solo se extendió por un año. “El problema de estos casos es que las víctimas siempre quedan de lado, las víctimas pasan a ser víctimas, una palabra nada más”, señala.
Sobre los sentimiento que le provoca el sacerdote, Vanessa Ponce afirma: “Yo no vivo con rencor, vivo mi día a día, seguimos como familia adelante. Esto ya pasó, él cumplió su condena y ahora depende de Dios si lo perdona, si es que él se arrepintió de corazón o no. El ya pagó aquí en la Tierra lo que tenía que pagar y ahora será justicia divina no más”, dijo.