Cristián Monckeberg apuesta por un giro al centro en RN y a estrechar vínculos con la DC
Junto con ello, instó a separarse del llamado "cosismo" impulsado por Joaquín Lavín, la cual describió como “una forma de populismo que desprecia las instituciones de la República y reniega de la ideología propia. Es el peor camino que puede escoger un sector político: el camino de la irrelevancia”.
Cristián Monckeberg, vicepresidente de RN y postulante a dirigir la colectividad a partir de 2014, envió un documento a los principales dirigentes del partido donde propone reafirmar su giro hacia el centro político y a acercar sus vínculos con la Democracia Cristiana.
“Nada más beneficioso para nuestro sector que emprender la construcción de un frente político amplio, abierto, sin vetos, con reglas claras, y que promueva el debate y el respeto por las ideas y las propuestas de los socios”, dice el documento al cual tuvo acceso La Tercera.
Y para “este cometido, tiene una especial relevancia un eventual acercamiento con la Democracia Cristiana, superando las fronteras que dibujó el plebiscito del año 88”.
La misiva tampoco deja afuera críticas hacia la UDI por restarse del acuerdo conseguido entre ambos partidos para modificar el sistema binominal, apuntando que “fue un error estratégico de proporciones el no haber seguido impulsando un acuerdo político entre ambas tiendas. Se trataba de un cambio institucional de largo aliento, bien pensado y gradual. Pero la falta de visión de nuestros aliados impidió que pudiéramos darle a Chile un nuevo sistema electoral y más representativo de las regiones”, señala el escrito.
“Al parecer, según algunos dirigentes del sector, la mejor estrategia es la política de trinchera, para quedarse defendiendo un tercio del electorado, del Congreso, y transformarnos en actores de veto”, agregó.
Junto con ello, instó a separarse del llamado “cosismo” impulsado por Joaquín Lavín y la UDI, la cual describió como “una forma de populismo que desprecia las instituciones de la República y reniega de la ideología propia. Es el peor camino que puede escoger un sector político: el camino de la irrelevancia”.
