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31 de Diciembre de 2013

7 cosas absurdas que hace la gente en Año Nuevo

Unos salen con la maleta esperando un año llevo de viajes, otros comen lentejas o se ponen ciertos colores de ropa interior. Curiosidades que se repiten en el resto del mundo mejoradas y aumentadas.

Por Redacción
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1.-Beso a beso, me enamoré de ti

¿En cuántas películas vimos a dos amantes con miradas insinuantes darse un romántico beso bajo el arco de una puerta adornado con esta plantita en Año Nuevo? Mmm… Incontables filmes. Lo cierto es que esta tierna tradición se remonta nada menos que a la festividad romana de Saturnalia -celebrada en diciembre-, donde entre un festín de bebidas y comida los asistentes repartían besos por doquier. La superstición de este acto está vinculada con la fertilidad y el poder de dar vida. Hay, además, los estadounidenses son los que más continúan con este rito y muchos creen que si no se da un beso justo después de las 12 de la noche se anuncia un año de soledad. Es más, según un estudio de Washington Times, dos tercios de la población de EEUU tenían la expectativa de compartir con alguien Año Nuevo para poder concretar el tan ansiado beso.

 

2.-Las lentejas… ¿monedas de oro?

Tal como sucedió con las uvas en España, en Italia parece haber comenzado una tradición de la mano de los cultivos de lentejas. Pero es una tradición que tiene siglos de historia: los romanos regalaban lentejas en estas fechas con el objetivo que éstas se convirtieran en… ¡Monedas de oro! Además, si a ese regalo se le agregan sinceros deseos de prosperidad y salud, aumentar el poder adquisitivo sería aun más factible. Por eso, resulta usual que las mesas festivas italianas incluyan un buen plato de lentejas: más comes, más ganarás. Con el calor de nuestras latitudes por estos días es muy difícil sumar un guiso a nuestro menú, pero sí podemos sumarlas a una ensalada… ¡Y confiar que funcione!

3.- ¡Rompe, Pepe, rompe!

Si por esas cosas de la vida pasas un Año Nuevo en una casa en Dinamarca y de repente escuchas un tremendo estruendo en la puerta del hogar, no te asustes: es un buen augurio que un vecino quiso regalarte para el año que comienza. Es que en algunas zonas, romper platos, vasos y otra vajilla aun es un hecho normal por estos días y sólo se traduce en buenos presagios.

4.- Conectados… Con los muertos

México es un país que se caracteriza por mantener una relación “natural” con la muerte. Después de celebrar el Día de Muertos el 2 de noviembre, creen que el primer día del año es un momento ideal para comunicarse con los que fallecieron, pedirles consejos desde el más allá y esperar por parte de ellos buenos augurios para el año entrante.

5.- Una uva por cada campanada

Si con el pan dulce y los confites llega a la mesa de Año Nuevo un racimo de uvas no hay por qué extrañarse: las tías de la familia no planean una ensalada de frutas improvisada, sino que buscan seguir una tradición española. Se trata de acompañar las campanadas de la iglesia que anuncian la llegada del año nuevo con doce uvas, una por cada sonido -que representan la llegada de las 12 de la noche- y también una por cada mes del año. La costumbre se remonta a principios del siglo XX y, según la teoría más afianzada, por esos años hubo un excedente de uva en las cosechas de Alicante y Murcia, lo que generó que se tome como símbolo de un nuevo año que comienza. Lo más supersticiosos aseguran que a aquel que logre comerlas en forma sincronizada con las campanadas, le espera un gran año.

6.- La fortuna, de la mano de los lunares

El comienzo de un nuevo año nos enfrenta ante un balance inevitable y renueva las esperanzas de lograr metas pendientes. Será por eso que el hecho de alcanzar una mayor fortuna se repite en diferentes culturas. En el caso de Filipinas, los círculos representan a las monedas, la buena suerte y la prosperidad. Por eso, se acostumbra usar ropa con lunares (al mejor estilo años 60) y también guardan algunas monedas en los bolsillos, que hacen sonar a la hora que comienza el nuevo año.

7.- 108 campanas, 108 pecados menos

Una tradición del budismo japonés también tiene como protagonistas a las campanadas en la noche de Año Nuevo. Pero no son doce, sino que desde los templos budistas nipones se hace sonar 108 veces la campana, ya que ese número es considerado sagrado y significa que quienes la escuchen podrán eliminar de su corazón los 108 defectos que tenemos los humanos, como la envidia o la ira.

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