"Penis captivus", o el raro hecho de quedarse "atrapado" después del sexo
¿Mito o realidad? La posibilidad de que el pene de un varón que "atorado" dentro de la vagina de su pareja, por inusual y poco frecuente que sea, existe e incluso está documentada.
Han pasado 100 años desde que un caso bien documentado de penis captivus – es decir, el síndrome del pene atrapado en la vagina – apareció en la literatura médica. Pero eso no quiere decir que sea un mito.
El programa de la BBC Health Check analiza los mecanismos fisiológicos que podrían conducir a un acontecimiento tan desagradable y explica por qué hay un montón de anécdotas que rodean algo que, desde una perspectiva médica, es considerado como “infinitamente poco frecuente“.
Junto con consignar el nombre médico para tal caso -penis captivus- el espacio radial consultó a otro experto, John Dean, quien manifestó que “es muy poco común, pero ciertamente no debe descartarse como un mito. Es una de esas cosas sobre las que la gente tiene una fascinación culpable”.
Recuerda que en 1979, en el British Medical Journal se publicó un trabajo sobre el tema, que menciona un par de casos ocurridos en el siglo 19. Otros casos datan de tiempos medievales, gente descubierta en relaciones clandestinas donde quedaron “atrapados”, y en los que el tratamiento fue oración y agua bendita, “mucha agua bendita bien helada”, subraya el facultativo.
En 1870, agrega, un ginecólogo alemán afirma haber tratado personalmente tales situaciones; en una de ellas, un hombre estuvo 10 minutos sin poder “separarse” de su esposa tras finalizar el sexo. En otra ocasión, una matrimonio necesitó de un baño y 20 minutos de forcejeos para terminar el acto.
Pero no son sólo anécdotas de antaño: en 2005, una pareja en Filipinas apareció en las noticias mientras eran llevados en camilla hasta un hospital, al no poder separarse tras el acto sexual. Y en 1947, algo similar le ocurrió a una pareja de recién casados en Inglaterra.
¿Por qué sucede? “Lo que puede pasar, teóricamente, es que mientras el pene está en la vagina, se va llenando más de sangre. Los músculos del piso pélvico femenino se contraen rítmicamente durante el orgasmo, no al nivel de un espasmo, pero sí una serie de contracciones que duran varios segundos. Durante estas contracciones, el pene queda atascado por algunos segundos, y se puede hinchar, hasta que los músculos se relajan, la sangre vuelve a fluir del pene, se pierde la erección y el hombre se puede retirar. (…) Entonces, sucede, pero por 5 o 6 segundos; lo que pasa en que esa situación, 5 segundos probablemente parezcan una eternidad“, afirma el doctor Dean.