Bárbara Figueroa: "No podemos forzar a los portuarios a actuar con la CUT"
La presidenta de la CUT confía en los avances que se darán en el próximo gobierno, asegura que no han participado del paro de los portuarios porque no los han llamado y que no es cierto que hayan llegado a un acuerdo con la CPC.
Su nombre es de los más repetidos entre los candidatos al ministerio del Trabajo. Pero Bárbara Figueroa, profesora, comunista, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, se queda tranquila.Dice que todavía le quedan 3 años al mando de la multisindical, vereda desde donde proyecta los cambios laborales prometidos por Michelle Bachelet. “No puede ser que los dirigentes sociales tengamos que estar saliendo de nuestras responsabilidades”, asegura sobre las especulaciones sobre su nombre en el nuevo gabinete.
Figueroa reconoce que, pese a las ambiguedades del programa en materia laboral, se puede avanzar mucho en el próximo gobierno. Clave es que la mención al convenio 87 de la OIT y su ratificación: “Avanzaremos en el respeto a la libertad sindical conforme a las normas y convenios que Chile ha ratificado en materia laboral”. Así, cree, se le puede poner fin al reemplazo de trabajadores en huelga, una de las mayores prácticas antisindicales que actualmente tiene el Código del Trabajo.
En esta entrevista con El Dínamo, la presidenta de la CUT repasa el actual conflicto portuario, las relaciones con la CPC y lo que será el segundo gobierno de Michelle Bachelet en materia laboral.
– El paro portuario lleva más de un mes y a las pocas semanas vimos al gobierno y al empresariado exaltados por el tema. A la CUT no la hemos visto, más allá de un poco de difusión desde hace unos días, ¿por qué no han participado activamente en el conflicto?
Yo creo que hay que distinguir entre la participación de la nacional con las orientaciones que se han entregado a nivel de base, porque si uno revisa efectivamente en las zonas, la CUT ha estado participativamente tanto en las marchas convocadas como otras actividades que se han ido convocando por parte de los trabajadores. Efectivamente ha habido un nivel de participación, la CUT ha estado presente.
Ciertamente en materia más mediática, hemos sido prudentes con el desarrollo del conflicto porque no hemos recibido ninguna llamada de los dirigentes. Entendemos en ese marco que nosotros no podemos presionar ni jugar mediáticamente para forzarlos a actuar con la CUT. Eso es una cuestión que uno tiene que ser capaz de leer, el respeto a las organizaciones, que hay algunas que sienten que sus demandas las pueden sostener con un fuerte énfasis en su capacidad. En ese marco hemos sido respetuosos, pero es evidente que nos preocupa lo que va a ocurrir. Más que acción solidaria, lo que se requiere es actuar en la medida que ellos lo necesiten, es lo justo con la dinámica del propio movimiento y en eso uno tiene que ser criterioso. Igual estamos atentos a las demandas, consultando con algunos dirigentes. Lo vemos con mucha preocupación por la incapacidad del gobierno, aquí estamos hablando del cumplimiento de un protocolo que el ministro Jobet prometió que se iban a ver y hasta ahora no se han visto y, por otro lado, la preocupación por el tono provocador y prepotente con que han actuado las empresas sobre todo Ultraport. Si uno habla de pago retroactivo de media hora de colación desde 2005 hasta la fecha, son temas donde puedes demandar la mediación del Estado y también la disposición por parte del empresariado, que como contraparte tienen el deber y obligación de sentarse a conversar con los trabajadores organizados.
– Y eso es lo que no quieren hacer, dicen que es ilegal.
No. Una cosa es no estar de acuerdo y decir que es ilegal, pero en los hechos la huelga es. Por lo tanto, discutir sobre legalidad o ilegalidad hoy no es un tema. Lo cierto es que aquí hay una contraparte activa que se está movilizando. La otra no responde y eso es gatillante del nivel y extensión de este paro portuario.
– Pero la CUT tiene la articulación suficiente para facilitar mesas de negociación con gobierno y empresas, así como lo ha hecho con otras luchas donde son intermediarios. Por eso llama la atención que en este caso no lo hagan.
Hemos sido prudentes respecto de los tiempos y necesidades de las organizaciones. Cuando la CUT ha sido parte es cuando las propias organizaciones de trabajadores le han solicitado su presencia. El hecho de que la CUT exista y que haya una vida sindical no significa de que si hay un conflicto tenga que estar necesariamente. Hay que medir si hay voluntad de parte de las organizaciones sindicales de que la CUT sea parte. Hay muchas que no son afiliadas a la CUT, pero no es un problema porque si ellos lo requieren y lo solicitan uno va a estar a disposición, pero si no es así uno tiene que ser respetuoso. Eso no significa que no hagamos seguimiento como le corresponde a una multisindical para buscar espacios en que el conflicto pueda debatirse, lo que no hemos tenido es eso.
– ¿Y por qué crees que no han solicitado ayuda a la CUT?
No creo que valga la pena juzgar por qué no, eso es parte de la dinámica del movimiento sindical y uno no tiene que hacerse juicios sobre las cosas. Yo tengo la impresión de que el movimiento sindical en general está en proceso de articulación y recomposición que tampoco podemos esperar que sea de la noche a la mañana. Y es un proceso que uno tiene que mirar sanamente y mantenerlo sin prejuicio ni interpretaciones que no son o pueden no ser la más correcta.
– Lo que se dice es que la CUT no participa en conflictos donde no tiene presencia…
Yo diría que no es así porque cada vez que se nos solicita ser activos, hemos estado y no se mira si organización es afiliada o no, nuestra disposición siempre está.
– Pero no solo en términos de organización sino en temas partidarios. Concretamente: donde el PC no tiene presencia…
Pero es más que eso, porque la Central no representa a partidos, representa un interés de clase, por lo que tu interés natural es con sindicatos que son diversos. No tiene que ver con afinidad política, el movimiento sindical es diverso y tiene de todo, desde la izquierda hasta la derecha. Creo que ahí hay una mirada no tan fiel del movimiento sindical. La CUT está en todos los espacios en que se solicita su intermediación. Cuando se solicita nosotros acudimos. A veces se hace públicamente y otras no, porque actuamos no esperando que se vea que la CUT está, actuamos pensando en los intereses de los trabajadores, en que el proceso de negociación sea ganancia para ellos. Ahí no actuamos pensando en un nivel mediático, sino como debe actuar cualquier central.
– Entonces, ¿cómo ha sido su participación concreta con los portuarios?
Directa. He conversado con dirigentes, con gente que no es de la vocería sino de base porque tenemos que hacer un seguimiento. Insisto, esto es real, no solo de principios. Los trabajadores hoy podrían no tener cómo parar la olla. Eso no significa que por entender ese elemento de peso, uno vaya a ir más allá o presionar a la dirigencia que tenga que entenderse contigo. Lo prioritario hoy día, más que ver cómo se relacionan los portuarios, un movimiento que es real, existe, se está movilizando, más que medir su relación con la CUT. Aunque insisto, en regiones el vínculo está, lo importante aquí es cómo este conflicto se entiende, no solo como un tema de como superar mirada negativa y se ponen las partes, se disponen a enfrentar esto como un tema estructural.
“LA CUT no está negociando con la CPC”
– Se ha comentado sobre supuestas negociaciones entre la CUT y la CPC, para presentarle un acuerdo a Michelle Bachelet. ¿Cuál es el objetivo? Teniendo en cuenta de que último acuerdo que se llegó con la CPC del 2012, cuando Arturo Martínez estaba en la presidencia de la CUT, prácticamente no se logró ningún avance en cambios al Código Laboral.
Yo creo que lo primero que hay que aclarar es que aquí no hay ninguna negociación.
– ¿Pero hay conversaciones?
La CUT no está negociando con la CPC, y por lo tanto, aquí no hay ningún acuerdo. Yo no puedo partir del supuesto de que nosotros estamos negociando, porque te estaría mintiendo. La CUT no está negociando con la CPC. Nosotros nos hemos encontrado en diversos eventos, ellos conocen nuestra posición claramente. Yo fui a ENADE a exponer la posición de la Central Unitaria, y creo que eso tampoco lo tenemos que mirar como algo que no pueda ser. Los trabajadores siempre nos entendemos con la contraparte y les presentamos un pliego de peticiones, enfrentamos procesos de negociación.
– ¿Pero se está conversando con la CPC o no?
Lo que nosotros hicimos fue acudir a una convocatoria que hizo la OIT, que fue reunir al mundo de los trabajadores, al mundo de los empresarios agrupados en la CPC, y también al mundo de los empresarios agrupados en la PYMES. Fueron las tres instancias invitadas a participar, y en el fondo lo que se hizo ahí fue recopilar todos los insumos sobre el tema de las reformas laborales, y en función de eso, exponer distintos puntos de vista. Y finalmente ese taller cerró y bueno eso se presentó, se hicieron las cosas protocolares, pero no hay más que eso. Aquí no hay acuerdos ni negociaciones, porque además nosotros partimos de una base de que primero la CUT tiene una plataforma. Nosotros mantenemos nuestro documento de principios, que tiene que ver con una nueva institucionalidad laboral, el fin a las AFP, la reforma tributaria, y entendemos que hay un programa donde hay aspectos, en términos de la reforma laboral o de un nuevo código del trabajo, que se empiezan a abordar. Y por lo tanto para nosotros discutir sobre muchos temas puede ser interesante, pero para efectos de lo que nosotros esperamos, acá hay un marco general y hay una propuesta de reformas laborales o de cambios al Código del Trabajo que nos parece que son una base mínima para hacer el debate. Por lo tanto, podría ser hasta contraproducente tratar de producir otros espacios, porque se podría entender como que hay debates paralelos.
– ¿Entonces esto de que se habló a fines de diciembre de que la CUT y la CPC se juntaban para llegar a algún tipo de acuerdo y presentárselo a Michelle Bachelet era mentira?
O sea eso es parte de lo que publicó La Tercera y creo que un par de medios más lo publicaron… pero eso no es una información que proviniera de la CUT. Yo recuerdo haber hablado con la periodista de La Tercera y ninguna de esas cosas estaban establecidas en el artículo. Por lo tanto, es más bien una especulación, una interpretación que hace la prensa y yo no voy a juzgar si está bien o está mal, es la pega que tienen que hacer, pero yo tengo absolutamente claro que lo que nosotros estamos haciendo es otra cosa. Nuestro foco está puesto en otra parte.
– Decías que no necesariamente es malo dialogar con la contraparte, pero ¿ese diálogo tiene límite? Al dialogar con el empresariado también puede ser que les estás dando tiempo para mantener las ventajas que les da el Código Laboral.
El espacio de debate con la contraparte, yo no lo catalogo como malo o innecesario porque nosotros tenemos claridad en lo que queremos. Entonces, unos podrán mirar con más o menos suspicacias posiciones que muchas veces son contrapuestas, se encuentren o que pretendan intercambiar miradas, pero yo tengo confianza que lo que nosotros estamos construyendo es algo sólido y tiene consistencia, y por lo tanto, a mí no me da miedo ir a debatir con nadie, no creo que eso le signifique más tiempo a nadie. Creo que el debate de las reformas laborales ya se instaló, es un debate que llegó para quedarse. Hoy día mismo la encuesta CERC, da cuenta de que el 63% de la gente consultada consideran que la negociación colectiva es mejor que la negociación individual. Hay un 36% de personas que tienen mucha o bastante confianza en la Central Unitaria, un 39% en los sindicatos. Por lo tanto, creo que a veces cuando se hace una crítica de esas características o cuando se ponen muchas suspicacias respecto de cuál es el límite, lo que hay detrás de eso es una suerte de desconfianza de la capacidad que tiene un movimiento sindical de sostener convicciones, y cuando uno tiene claro hacia adónde avanza, uno no tiene por qué tener miedo de sentarse en cualquier parte porque tú vas a defender lo que corresponde.
“No sé si el programa de Bachelet es un avance”
– ¿Qué avances ves en el programa de Bachelet?
“Hoy hay un programa de gobierno que dice que en una empresa donde hay sindicato no puede haber grupo negociador. Dice que debe haber titularidad de derechos para un sindicato cuando se negocia. O sea que el empleador arbitrariamente no pueda entregar esos beneficios a otros. Hay un programa que establece que se tiene que aplicar -ni siquiera discutir- aplicar de manera plena el convenio 87 de la OIT en torno a las libertades sindicales. Y por esa vía entonces terminamos con el reemplazo en la huelga y ganamos una huelga efectiva. Hay un marco general de debate hoy día que es distinto. Logramos que el tema laboral fuera parte de la agenda. Tenemos que seguir avanzando en esa línea. Yo diría que tenemos condiciones.
– ¿Esos son los avances que en materia laboral presenta el programa de Michelle Bachelet?
Yo no sé si es un avance, es lo que el programa plantea. Catalogarlo de avance, más o menos… yo creo que uno tiene que ser más objetivo. Lo que el programa establece es que vas a tener estos temas, va a estar el tema de la famosa Ley de Piso; eso de que tú no puedas negociar de un proceso a otro sobre la base de cero, sino que siempre partas del piso de negociación anterior. Y esos elementos si bien no constituyen por sí solos una nueva institucionalidad laboral, permiten dar pasos para avanzar hacia eso. Porque lo primero que necesitamos en una nueva institucionalidad laboral es que el sindicato tenga poder o que tenga equilibrio entre las partes. El programa lo que hace en el fondo es equilibrar la cancha y eso es un elemento sustantivo para que tú puedas seguir avanzando en reformas.
– Hablabas del reemplazo de la huelga, pero eso no aparece especificado que se va a acabar, ¿estarías de acuerdo en que el programa de Bachelet no toca lo central del Código Laboral?
Si uno revisa el Convenio 87 un poquitito más en detalle, creo que no solamente permite la eliminación del reemplazo en la huelga, sino que también termina con hartas prácticas antisindicales que hoy en día se han hecho muy comunes en los procesos de negociación. Lo que habría que preguntarse antes es qué es lo que consideramos que es esencial para este periodo en materia de fortalecimiento del movimiento sindical. Y yo creo que lo esencial de este periodo es recuperar poder, recuperar legitimidad, y al menos, estos cuatro elementos que vienen en el programa son parte de un camino que hace que los sindicatos recuperen ese poder que hoy no tienen. Si uno revisa el plan laboral de Piñera, el Código del Trabajo posterior, lo que uno ve en la práctica es que es un instrumento construido para la atomización sindical. Avanzar en estos puntos yo creo que sí nos permite ir “doblándole la mano” al plan laboral de Piñera.
– El programa no plantea un cambio en el Código Laboral, que actualmente debilita al sindicalismo. Y si ese programa no lo va a cambiar, ¿cómo se le puede dar más poder a los sindicatos?
Si bien es efectivo que el programa de Michelle Bachelet no establece un nuevo Código del Trabajo, establece puntos que permiten avanzar. Ahora, ¿eso es suficiente para la CUT? ¿eso es todo para la CUT? No, porque la CUT tiene su plataforma. Nosotros ya logramos un avance en la línea de instalar el tema. Se han constituido en el programa que va a ser gobierno, elementos que creo que efectivamente pueden dar paso a mejores herramientas para el movimiento sindical. Y luego de eso, hay que seguir trabajando por todo lo otro que no es parte hoy día de ese planteamiento: la ley de subcontratación, el derecho a huelga y negociación efectiva en las empresas estratégicas, o sea, una serie de otros temas que hoy en día no son partes del programa.
– La Central como decías antes, proclamó tres ejes en mayo pasado para la gestión futura, que es el nuevo código laboral, fin a las AFP y la reforma tributaria. De esos tres ejes, el programa de Michelle Bachelet se hace cargo de una reforma tributaria, ¿ustedes van presionar al gobierno para que se avance en esas otras materias?
Nosotros tenemos nuestro programa y evidentemente queremos que ese programa avance, nuestra plataforma. Y vamos a hacer no solamente acciones ante la contraparte gobierno, sino que ante todos los que la tengamos que hacer para que estos debates se den con todos los elementos. O sea, por ejemplo, el debate previsional, efectivamente nosotros somos partidarios de que la AFP se termine. Nosotros creemos que hay que terminar con la AFP, porque el sistema fracasó. Aquí por más que se le busquen fórmulas, mecanismos, es un sistema que ya fracasó a nuestros ojos. Y por lo tanto, vamos a estar en la presión de que este debate se abra efectivamente a mirar un sistema alternativo y no solamente a buscar reformas dentro del actual modelo.
– ¿Una AFP estatal sería una reforma dentro del modelo?
La AFP estatal es una reforma todavía en los marcos del sistema actual. Nosotros creemos que hay que hacer un sistema distinto y en eso nosotros vamos a tener nuestra posición. En el fondo yo no siento que nosotros tengamos que estar dando pruebas de la blancura a cada instante y repitiendo en cada espacio que nosotros vamos a defender la plataforma que hemos acordado. La CUT va a hacer eso naturalmente porque lo ha hecho siempre. No es algo distinto a lo que ha hecho históricamente, por lo tanto, yo en ese marco creo que hay que tener un poco de confianza en lo que las instituciones podemos hacer. Creo que siempre es válida la pregunta, pero siento que solo una pregunta como esa te la puede responder la experiencia. Porque yo te puedo decir, nosotros sí vamos a presionar por esto, y tú puedes no creerme igual, solo te lo va a demostrar la experiencia. Y yo tengo mucha confianza en que el tiempo va a ser bastante claro en la acción que nosotros vamos a ir desarrollando.
– ¿Cómo va a ser para ti esa situación? Porque el PC va a velar por el cumplimiento de ese programa de gobierno que no es suficiente para la organización que presides
Los partidos tienen un rol que jugar en cualquier democracia sana. Y las organizaciones sociales y el movimiento sindical también tenemos un rol que cumplir. Eso mi partido lo ha entendido super bien. Como partido de la coalición de gobierno tenemos el deber de exigir que el programa se cumpla, debemos ser garantes de que el programa se cumpla porque no fue fácil llegar a él. Pero es un ámbito de acción propio del rol de partido de coalición de gobierno que no se puede trasladar al rol que juegan las organizaciones sociales. Nosotros representamos intereses diversos. La CUT no porque tenga presidenta comunista son todos comunistas, tenemos mucha diversidad. A nosotros nos hace fuerza el interés de clase y nos da orientación nuestra plataforma. Eso es lo que le permite decir a la CUT que es independiente y autónoma. El nuevo ciclo no es solo un tiempo donde tienen que haber reformas, sino un tiempo donde cada actor social tiene que jugar un rol, porque el problema no es solo legitimidad de las instituciones, sino de apertura y que la voz, en este caso de los trabajadores, sea incidente. No un saludo a la bandera, queremos participación activa y real. Si eso se entiende, se podrá entender que un partido tiene rol de defender el programa, pero que sus militantes, dentro del ámbito social, tienen un rol distinto. Y que no es contrario, es distinto.
– ¿Cuáles son las principales reformas en materia laboral que esperas para el primer año de gobierno?
Hay un elemento sustantivo en el marco de las 50 primeras medidas que tiene que ver con el fin al multi-rut. Eso no solo tiene impacto respecto de terminar con este sistema perverso que ha permitido mecanismos de elusión muy grandes a las empresas, también tiene un efecto directo en posibilidad de negociación colectiva. Porque al establecer que a único dueño hay una razón social, tu puedes constituir organizacion sindical mucho más transversal. para nosotros tiene un impacto y espero que vea la luz en el tiempo establecido. Uno espera que otros elementos, como aplicación plena del convenio 87. que probablemente va a requerir algunos cambios, pero que exige una institucionalidad que empiece a cambiar su mirada. Que se transforme la Dirección del Trabajo en defensor del más débil en la relación laboral y no en esta suerte de tribunal de familia donde tratamos de mediar, como si fuera un problema entre pololos y no entendiendo que estamos en una disputa de poder. Lo que tiene que ver con proyectos de ley, debiera estar presentes el segundo semestre porque hay un parlamento hoy día que permite que estos temas se aborden.
Ministro del Trabajo
– ¿Qué perfil te gustaría para el nuevo ministro del Trabajo?
Más que perfil, diría que quien asuma comprenda que el debate sobre reformas laborales no es solo reivindicativo, de deuda de Chile con los trabajadores organizados, sino también se comprenda que avanzar en una nueva institucionalidad laboral es un mecanismo para la superación de la desigualdad. Ese el el gran combate que vamos a tener en los próximos 20 años y las reformas laborales son condición de poder dar ese salto. Si existe esa convicción de parte de quien asuma la cartera, debiera ratificarse que hay voluntad de avanzar con el programa comprometido. Hoy lo que necesitamos es convicción política de que Chile puede hacer cambios profundos sin que haya debacle económica. Experiencia internacional indica que cuando hay fortalecimeinto de negocación colectiva, es una forma de enfrentar el proceso de desarrollo y espero que esos elementos estén sobre la mesa para quien vaya a dirigir el ministerio.
– Entonces alguien más político que técnico
Alguien con convicción de que es posible, de que avanzar hacia nueva institucionalidad laboral es una lucha contra la desigualdad. Si el nuevo ministro no lo entiende, vamos a tener que hacer una labor más incidente porque si no partes de esa premisa vas a entender siempre las reformas como algo administrativo y no como una política pública país.
– Se ha hablado mucho de ti como ministra, ¿estarías dispuesta?
Sí se ha dicho mucho. Yo no voy a responder a eso, no digo que si ni que no, solo me quedo muy tranquila. Yo todavía tengo pega acá, me quedan 3 años y estamos bien.