De alojar en poblaciones a clases por internet: ¿Cómo funcionan las escuelas de formación política?
Hoy en Chile existen muy pocas instancias de formación política, que van desde charlas a talleres pero nada muy concreto, a excepción de un solo partido que ya se institucionalizó. El resto asegura que se prepara para seguir el mismo camino.
“Yo fui a un colegio cuico. Fui al Verbo Divino, y les puedo decir que muchos alumnos de mi clase eran completamente idiotas; hoy día son gerentes de empresas. Lógico, si tenían redes. En esta sociedad no hay meritocracia de ninguna especie”.
La frase corresponde a Nicolás Eyzaguirre, futuro ministro de Educación de Michelle Bachelet, y fue dicha en el contexto de la Escuela de Formación Política del PPD que se realiza cada verano hace más de una década. En ella intervienen diferentes personalidades del partido y busca generar una instancia de preparación para nuevos militantes, así como para actualizar a quienes llevan años en la tienda.
Esa tradición partidaria, en todo caso, no es exclusiva de esta tienda. Los partidos políticos de todos los sectores tienen diferentes instancias que llaman “escuelas”; en algunos casos son seminarios, otros charlas, semanas de estudio y otros “experiencias en la calle”, muchos de ellos desarrollados por la propia directiva, por las juventudes, dirigencias regionales o fundaciones e institutos ligados a los partidos, aunque ninguno tiene un área completa con dedicación exclusiva y constante.
Sólo un partido se sale de la fórmula tradicional: Renovación Nacional, que tiene una flamante institucionalidad permanente que busca crear líderes políticos: la ahora famosa Academia RN.
A pocos días de haberse inaugurado en enero de este año, la escuela larrainista también hacía noticias: uno de sus oradores, el ex senador Miguel Otero aseguró que los hijos nacidos fuera del matrimonio tenían un coeficiente intelectual más bajo que los criados en familias tradicionales. “Está comprobado científicamente”, dijo confiado el histórico político desatando una ola de reacciones, incluso desde el interior de Renovación Nacional y la propia Academia. “Están sacadas de contexto”, se excusaron.
Pese a las experiencias del PPD o RN, en general, en Chile no existe una tradición de formación política establecida más allá de talleres o cursos específicos, a diferencia de otros países donde el Estado se hace cargo de la formación, como en Argentina desde la propia Presidencia. Acá son esporádicos y normalmente interrumpidos por una actividad política superior, como las elecciones presidenciales, donde todos -sin excepción- dejaron de lado las actividades curriculares.
Sin embargo, hoy la mayoría de los partidos chilenos dicen estar preparándose para regularizar las escuelas de formación en una institucionalidad constante, a excepción de Renovación Nacional que ya allanó su propio camino.
Vivir con un dirigente
En la Unión Demócrata Independiente (UDI), no existe una escuela dedicada a la formación, pero sí varias alternativas. La Juventud del partido realiza “ciclos de charlas de formación” cada lunes a las 7 de la tarde en la sede de Suecia 286, donde ministros, subsecretarios, senadores, diputados y autoridades del partido hacen análisis de temas de actualidad desde el punto de vista del gremialismo. Asisten alrededor de 30 personas cada vez; sólo una vez con Pablo Longueira como orador superaron las 100 personas en el salón.
Adicionalmente a la charlas, este verano preparan también la segunda versión de un curso de formación para “alumnos más grandes, más formados”, que vio la luz por primera vez en 2013. Desde marzo cada jueves, tratarán temas económicos, de Estado, democracia, Constitución y sobre los principios del partido, con miras a construir líderes, lo más cercano a una escuela permanente de formación, aunque recién en etapa de creación y ajustes.
Hay un flanco, eso sí, que destacan dentro de la formación gremialista como esencial: el programa “Vívelo”. Durante una semana, los jóvenes del partido viven en la casa de un dirigente social de un sector popular, “un sello que marca la diferencia con los demás partidos” y que fue implementado por Longueira a fines de 1999. “Según Pablo, cualquier militante que no haya hecho el Vívelo no pertenece realmente a la UDI. Ojalá que todos pasen por ahí”, explica José Pedro Guilisasti, presidente de la Juventud del partido. En él han participado varios dirigentes del partido, entre ellos la derrotada candidata presidencial del sector, Evelyn Matthei, quien aseguró en un debate en televisión haber vivido una semana con una familia pobre.
“No es turismo social”, se apresura a decir Guilisasti, quien en su experiencia debió compartir con una dirigenta en Lo Espejo. “Uno ve otras realidades y necesidades. En la semana que estuve, un drogadicto se ahorcó, había violaciones y mucho embarazo adolescente. Muchos están en una burbuja y como Juventud creemos que para leer bien los problemas de la gente tenemos que vivirlo”, concluye.
En la versión de 2013 participaron cerca de 100 personas, mientras que en la historia del Vívelo más de 100 militantes del gremialismo han vivido la experiencia. Pese a todo lo anterior, no existe una escuela de formación propiamente tal al interior del partido que agrupe todas las iniciativas que hoy orbitan alrededor de la UDI y que son promocionadas por diferentes áreas.
En proceso
En el Partido Por la Democracia (PPD) y en el Partido Socialista van a medio camino. Por varios años, el pepedé ha realizado una escuela de formación política de verano, en la que Eyzaguirre hizo la ya conocida crítica a “los idiotas”. Tiene una duración de dos semanas a la que asisten entre 150 y 200 personas, donde exponen distintos rostros del partido así como profesionales de distintas áreas que puedan aportar a la discusión
Al mismo tiempo, durante el año se realizan talleres de formación política en distintas regiones que duran 3 días normalmente, para quienes están entrando a la militancia o quieren aprender sobre política, programados por la secretaría regional y, la mayoría de las veces, por la Fundación por la Democracia. Para 2014 preparan charlas en Antofagasta, en el Maule y Valdivia.
Sin embargo, al igual que la UDI, el PPD no cuenta con una estructura curricular para la formación de nuevos líderes de forma constante, ni tampoco de capacitación para quienes accederán a cargos de elección popular. El secretario general del partido, Gonzalo Navarrete, asegura que en abril, cuando se presenten los lineamientos estratégicos del PPD, uno de los puntos claves será la creación de una escuela de formación política regular.
“No es tan simple porque para poder hacerlo necesitamos financiamiento para los arriendos, pasajes o el café, por último. Hoy es todo voluntario, entonces hay un problema de logística no menor para armar escuelas regulares”, explica Navarrete. Situación similar viven en el PS, aunque con mayor espacio de acción.
Como el PPD, el socialismo vivió en enero su propia escuela de verano. Allí se analizó la contingencia internacional -aprovechando el fallo de La Haya-, y el programa de gobierno con históricos socialistas como Luis Maira, Ricardo Solari, Camilo Escalona o Lorena Fríes (AFDD), Carlos Peña (rector de la UDP) o el sociólogo Manuel Antonio Garretón, todo como una fórmula para rescatar la formación socialista de antaño que era constante, explica Francisco Flores, presidente regional metropolitano del partido, quien organiza varios de estos seminarios.
En el pasado, la formación era más constante. A comienzos de la década pasada, el diputado electo Daniel Melo, en ese entonces parte de las Juventudes Socialistas, lideró la creación de una escuela política. “Implementamos que por norma se debía crear una escuela anualmente en todas los niveles del partido. Teníamos un diseño de foro y allí asistían la mayoría de los nuevos dirigentes”, recuerda. Algunos de los seminarios o talleres, incluso, fueron financiados por programas especiales de la Social Democracia Alemana o el PSOE de España, pero la idea fue se desinfló con el paso del tiempo.
Así y todo, la formación política socialista se fue dejando de lado, dando paso a varias proyectos dispersos al interior del partido, por parte de la directiva nacional, la regional, de las diferentes corrientes internas o del Instituto Igualdad -el centro de estudios del PS- pero si hay una línea conductiva entre todas. Hoy, cada instancia realiza sus propias “escuelas”, por iniciativa propia, como la que este fin de semana se realizará en la octava región, organizada por la dirección del Biobío.
Hoy es la Juventud Socialista la que han tomado el bastón de mando. “Queremos darle continuidad a la formación política a través de un programa nacional”, dice Felipe Jeldres, vicepresidente de la JS. En sus manos tienen el diseño un ambicioso plan que busca crear una escuela por región en un plazo de un año que forme militantes desde las bases, detectando perfiles y ver quiénes pueden ser potenciales dirigentes sociales o candidatos a concejales, por ejemplo.
“Necesitamos consistencia argumentativa en nuestros militantes”, dice Jeldres. Para ello, el diseño incluye la formación de un banco de charlistas, la creación de manuales de formación política y la creación de escuelas comunales para desarrollar las bases del partido, lo que debiera materializarse en el segundo semestre de este año.
Necesidad de formar
La fórmula de la Democracia Cristiana, los radicales y el Partido Comunista no difiere de los antes mencionados: escuelas de verano, talleres y cursos express en las diferentes ramas de los partidos, pero por sobre todo gracias a las fundaciones o institutos ligados a cada tienda.
Por ejemplo, el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (Ical), del PC, es el encargado de realizarlos en diferentes momentos del año, así como de mantener la “Escuela de Candidatos” que ofrecen cada cierto tiempo, a través de seminarios, charlas y documentos de preparación. Allí se prepararon los candidatos a las Municipales 2012.
Por su parte, las Juventudes Comunistas organizan sus propias áreas de formación. A fines de enero, “la Jota” comenzó la escuela de verano Luis Corvalán, donde dictaron cátedra la flamante futura ministra del Sernam, Claudia Pascual, que habló sobre ”la revolución democrática, como manera de derrotar al sistema neoliberal”, y el diputado Lautaro Carmona, sobre los principios y desafíos del nuevo ciclo político unidos a la Nueva Mayoría.
Desde el Partido Igualdad también entendieron la necesidad de contar con una formación política. Con su experiencia como dirigente social en sus primeros años, Roxana Miranda, ex candidata presidencial y presidenta del partido, ideó la creación de una escuela de dirigencia y oratoria, donde los dirigentes y militantes puedan aprender a ser “más políticos”.
“En nuestras primeras reuniones en el Congreso, yo veía la postura de los parlamentarios. Física y teatralmente eran tipos cancheros y nosotros, como dirigentes, con su forma de hablar nos achicábamos. Aprendimos que tiene que ser al revés. Empezamos a crecer en postura y argumento”, explicó la conocida dirigenta.
Aunque son uno de los más nuevos de la política nacional, en septiembre Revolución Democrática (RD) lanzó su primera escuela de formación de jóvenes, iniciativa formal y regular que lleva el nombre de Juan Enrique Vega, uno de los fundadores del Mapu. Pese a que aún no se constituyen como partido político, sus objetivos son los mismos: formar líderes y capacitar a quiénes eventualmente serán candidatos a cargos de elección popular.
La escuela está diseñada para 50 jóvenes de entre 15 a 25 años que postulan y pasan por un proceso de selección a través de una entrevista personal. “El año pasado tuvimos más de 100 postulantes y funciona con sesiones de una hora y media en que académicos invitados desarrollan ciertos temas”, explica Christian Sánchez, coordinador de Formación de RD. El programa de la escuela incluye clases de economía, teoría política, historia y estructura del Chile actual, con profesores como Fernando Atria, experto constitucionalista, y Claudio Fuentes, Director Instituto de Investigación en Ciencias Sociales.
La Academia RN
A la fecha, Renovación Nacional es el único partido que ha institucionalizado una escuela de formación política. En vista de esa necesidad, Luis Pereira, director ejecutivo de la Academia RN, propuso a la directiva encabeza por Carlos Larraín la creación de esta instancia y él aceptó.
Hoy funcionan de dos maneras: los veranos, como la gran mayoría de los partidos, con un curso de formación general de política, donde Miguel Otero acusó a los hijos nacidos fuera del matrimonio de tener un coeficiente intelectual más bajo que los criados en familias tradicionales. Él era uno de los oradores invitados a dar cátedra, así como varios otros académicos de diferentes áreas, como el historiador Joaquín Fermandois y Patricio Gajardo, cientista político, charlas que fueron transmitido por internet.
“Entendemos que es parte del riesgo de abrir el debate del ideario a la ciudadanía. Sería bonito también escuchar a Guillermo Teillier enseñarle a Camila Vallejo que la lucha armada es legítima para alcanzar el poder”, critica.
Desde marzo, en cambio, comienza lo que es la columna vertebral de la academia: el curso de liderazgo político, que -entre otras cosas- busca formar líderes y capacitar a quienes podrían optar a un cargo de elección popular. Todo el material y las charlas en streaming son publicadas en el sitio web de la escuela política, por lo que de regiones también pueden participar en caso de no poder asistir cada sábado a las sesiones. Las pruebas también se pueden realizar por internet.
“Queremos que el perfil de la academia sea político y técnico. No buscamos hacer influencia ideológica sino entregar conocimiento para que la gente haga sus propios análisis”, explica Pereira y agrega que es necesario que los partidos tengan escuelas porque ayuda a situar a los candidatos y militantes entendiendo dónde están parados y que se juegan la representación del partido.
El rol del Estado
¿Debe el Estado garantizar el financiamiento de los partidos políticos? Es un debate que lleva años encerrado en los claroscuros del Congreso sin fecha de salida. Para muchos es necesario que se transparente de esa forma cómo funcionan y se financian las colectividades, mientras otros critican un gasto innecesario.
“Es clave para mejorar la democracia en Chile. Hoy dependemos de que alguien nos financie. Está el caso paradigmático de RN, un partido que tienen dueños entre sus financistas. En nuestro caso hay aportes de parlamentarios, alcaldes, lo que alcanza para pagar las cuentas básicas. De esa misma forma, financiar una escuela de formación política es una tarea muy difícil”, dice Gonzalo Navarrete del PPD y concuerda en la necesidad de que el Estado se haga parte de la formación.
En Argentina, la tarea sí está en manos del Estado, además de los talleres o cursos complementarios que realizan los propios partidos. El Instituto Nacional de Capacitación Política, dependiente del ministerio del Interior, es el encargado de “formar dirigentes que incrementen sus capacidades para identificarse con el proceso político en marcha y puedan volcarlos a la práctica política concreta en su territorio”, explica su sitio web.
La escuela funciona de manera presencial y virtual para quienes no puedan asistir directamente. Entre los contenidos destaca “Liderazgo y conducción”, “Comunicación y opinión pública” y varios cursos entorno a las reformas al Estado y cómo entender los procesos de cambio. ¿Debe Chile aventurarse en la formación política?
Luis Pereira piensa que “el Estado es necesario, pero debe ser garantizada un absoluta neutralidad en el trato de los contenidos”. Para ello sugiere académicos de todos los sectores, una dirección apolítica que incluya a todos los sectores; “así podríamos construir nuevos líderes sociales, algo que Chile está necesitando”, concluye.
En eso concuerda Christian Sánchez, de RD: “Una de las razones de la creación de los sistemas educativos modernos fue tratar de formar a las ciudadanos de la república; hoy el Estado chileno no está asumiendo esa labor. El rol que debiera jugar al respecto es básicamente desarrollar de manera efectiva y con los recursos necesarios un área de formación ciudadana tanto en la formación de profesores como en todas las salas de clases del país”.