Bachelet asume su segundo período presidencial junto al PC y con la promesa de educación gratuita
La ceremonia estuvo marcada por la simbólica entrega de la banda por parte de la primera presidenta del Senado en la historia, quien además es hija de el ex presidente Salvador Allende.
En una ceremonia sin discurso Michelle Bachelet juró como nueva Presidenta de la República, marcando una nueva etapa tras 4 años de gobierno de Sebastián Piñera.
La ceremonia estuvo marcada por los simbolismo. A primera hora de la mañana, Isabel Allende (PS), hija del ex presidente Salvador Allende, juró como Presidenta del Senado (la primera mujer en la historia de la corporación en asumir ese cargo), de modo que ella fue la encargada de investir a la mandataria de la banda presidencial y de la piocha de O`Higgins.
A la ceremonia que se realizó en el Salón de Honor del Congreso Nacional llegaron 1.600 invitados, entre ellos 20 delegaciones de jefes de Estado. El gran ausente de la cita fue el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que anoche informó que suspendía su visita al país por problemas de agenda interna. Su presencia era ampliamenta esperaba tanto por sus adherentes como por sus detractores. “Evidentemente no se atrevió a venir”, dijo el presidente de la UDI, Patricio Melero a la salida del Congreso. Los parlamentarios de su sector estaban preparados para una embestida mediática contra el mandatario a raíz de las protestas en Venezuela. En la izquierda, en tanto, su visita era esperada.
Pese a la ausencia del presidente Maduro, el tema de Venezuela estuvo presente tanto dentro como fuera del congreso, con manifestaciones a favor y en contra del chavismo, y por las chapitas “SOS Venezuela” que portaban algunos parlamentarios de la Alianza.
Sin Maduro, la atención mediática estuvo puesta en el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien fue recibido con algunas pifias a su entrada al Parlamento, y en la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
Morales destacó que “somos hermanos, vecinos, tenemos la obligación de trabajar de manera conjunta y por el bien para nuestros pueblos entre Chile y Bolivia”, agregando que “mi experiencia está en que se debe atender las demandas de los pueblos, esa es mi experiencia y que voy a compartir no solamente con la presidenta de Chile, sino con todos” . El gobernante dijo que “si estamos acá es para seguir mejorando nuestras relaciones, es nuestro gran deseo como bolivianos”.
50 medidas
Bachelet asume su segundo periodo en la presidencia bajo la presión de sus promesas de campaña: Educación gratuita, reforma tributaria y constitucional. Inicia su nuevo gobierno con la ventaja de tener mayoría legislativa en ambas cámaras y también de contar con el apoyo del Partido Comunista que se unió a su proyecto durante la campaña y hoy en la Cámara vio crecer su poder de decisión con el juramento de tres nuevos diputados: la ex presidenta de la Fech, Camila Vallejo, Karol Cariola y Daniel Núñez.
La mandataria vuelve a La Moneda también con la presión autoimpuesta de cumplir con 50 medidas en sus primeros 100 días en la presidencia, siendo la principal la ambiciosa reforma educacional que pretende dar gratuidad en todos los niveles de enseñanza en un plazo de seis años, según detalla su Programa de Gobierno.
Con su llegada al Congreso, los ex dirigentes universitarios Vallejo, Cariola, Giorgio Jackson y Gabriel Boric , siendo majaderos en que no están ahí para “mantener la continuidad de cómo se han hecho” las cosas, lo que ya ha abierto un flanco de preocupación al interior de la Nueva Mayoría sobre el rol que podrían tener dentro del hemiciclo al momento de las negociaciones por los proyectos más emblemáticos
Aunque en las calles aplauden la llegada, en el retornado oficialismo hay ciertas aprensiones sobre el obstáculo que podrían jugar los diputados que “vienen de las movilizaciones”, aunque están confiados en que “se acoplarán a los proyectos que impulsa la Presidenta Michelle Bachelet porque el país quiere cambios”.
Sin embargo, la “agenda propia” o la “radicalidad” que llevarían al Congreso, según plantean al interior del pacto de gobierno, podría ser un problema para la gran reforma educacional y para el eventual cambio de Constitución. Si bien el proyecto aún no ha sido presentado oficialmente, ya ha sido objeto de críticas por no aclarar las fórmulas con que alcanzará la aclamada gratuidad o las dudas entorno al lucro y financiamiento de la misma.