Empresariado donó $16 mil millones a la Universidad Católica, U. de los Andes y del Desarrollo durante 2013
Las casas de estudios de la élite concentran más del 70% de las donaciones recibidas durante el 2013 por las instituciones de educación superior. Mediante esta vía las grandes empresas se ven beneficiadas de no pagar impuestos y pueden traspasar dinero fresco a universidades que pertenecen a los mismos grupos económicos o financiar los proyectos ideológicos que comparten.
En el año 2013, las universidades chilenas recibieron un total $23.430.004.900 en donaciones provenientes de empresas o personas naturales, 500 millones menos que en el año 2012. Sin embargo, esta cuantiosa cifra está lejos de ser repartida equitativamente. Hay dos universidades que se escapan del resto en cuanto a dinero donado. Ambas son confesionales, representan en sus principios valores conservadores ligados a la Iglesia Católica y cuentan en sus filas a gran parte de los hijos de la élite chilena. Se trata de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que recibió $6.914.249.215 y la Universidad de Los Andes, que ocupa el primer lugar con $7.774.660.386. Entre ambas, concentran el 62% del total de las donaciones.
El Dínamo solicitó mediante Ley de Transparencia al Ministerio de Educación la lista de donaciones que recibieron las universidades chilenas en el año 2013. Y en el ranking de las más beneficiadas, la Católica y la de Los Andes se escapan del resto. El tercer lugar lo ocupa la Universidad del Desarrollo, establecimiento ligado a la UDI, con 2 mil millones de pesos. Recién en el cuarto lugar aparece una universidad pública: La Universidad de Chile con $1.423.133.860. El resto del listado lo completan las universidades privadas Alberto Hurtado y Finis Terrae, la privada tradicional Católica del Norte y las estatales de Santiago, Atacama y Antofagasta.
Entre los donantes aparecen bancos, mineras, inmobiliarias y varias empresas ligadas a los principales grupos económicos del país. Sin embargo, las millonarias ofrendas están lejos de ser un acto de filantropía. La Ley 18.861 de Donaciones a las Universidades -herencia de la dictadura- establece el beneficio de poder rebajar como un crédito una determinada parte de los montos donados a las instituciones reconocidas por el Estado. El artículo 69 de la ley establece que “los contribuyentes que otorguen donaciones a las instituciones de Educación Superior acogidas en este artículo podrán descontar de los impuestos señalados en el inciso primero hasta un 50% de dichas donaciones”.
Las empresas actualmente tienen un impuesto a la renta de un 20%. Si se decide donar a una universidad, Instituto Profesional o Centro de Formación Técnica, la empresa puede entregar la mitad de ese impuesto que le corresponde a la universidad que elija. Así, pueden decidir exactamente a dónde van a parar sus impuestos y además descontar el 20% del resto que le corresponde pagar al Fisco.
Pero eso no es todo. Estrictamente, muchos donativos no son tales. El sistema actual permite que grupos económicos descuenten impuestos de sus empresas traspasando recursos a universidades que ellos mismos controlan. Así, se repiten nombres entre quienes están detrás de las empresas que hacen las donaciones y quienes controlan las universidades que las reciben. Por ejemplo, la Universidad del Desarrollo (UDD) fue fundada en 1990 por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, entre otros. Ambos son directivos de la universidad y están ligados al grupo Penta, que -a través de Empresas Penta S.A.- donó en 2013 $1.128.008.000 a la UDD. Y otras empresas como Penta Compañía de Seguros, Isapre Banmédica, Vida Tres S.A. e Inmobiliaria Duero -todas filiales de Penta o pertenecientes a Délano- también le “donaron” dinero a sus propia universidad.
Y al mismo tiempo en que evitan pagar exorbitantes sumas de dinero al Fisco, muchas empresas tienen la oportunidad de financiar proyectos ideológicos determinados. Difícilmente es una casualidad el hecho de que las tres universidades que más dinero recibieron (UC, U. de los Andes, UDD) de los grandes grupos económicos han estado históricamente ligadas a la derecha más dura del país. Entre las 3, concentran el 71% del total de dinero recibido.
El grupo de amigos de la Universidad de Los Andes
La universidad de los Andes fue creada en febrero de 1990 y se ubica en el exclusivo barrio de San Carlos de Apoquindo. El terreno fue donado por el empresario Eduardo Fernández León, miembro del Opus Dei y uno de los fundadores de la universidad. El establecimiento define en su página web que busca “irradiar en la sociedad un modo de vida coherente con la vida cristiana, que armoniza fe y razón (…) Procura transmitir el amor al trabajo bien hecho y el afán de servicio, inspirándose en el espíritu del Opus Dei, institución que sostiene la formación cristiana que se entrega a toda la comunidad universitaria”.
En términos de donaciones, la Universidad de los Andes ocupa el primer lugar, superando a la Universidad Católica, que ha quedado relegada al segundo lugar desde el año 2010. El monto alcanza la exorbitante suma de $7.774.660.386. A diferencia de las universidades que le siguen en montos de donaciones, la mayoría de los aportes a la Universidad de los Andes proviene del bolsillo de personas naturales. Estos son, principalmente, parte de la Asociación de Amigos de la Universidad de Los Andes , que se encarga precisamente de recolectar donaciones para la Universidad.
Entre los amigos de Los Andes se encuentra el mencionado Eduardo Fernández León, quien es además miembro del directorio y vicepresidente de la Asociación de Amigos. Su aporte suma un total de 1.565.429.961 millones. Y su familia también aporta: su esposa Valerie Josephine Mac-Auliffe Granello aporta 1.492. 262.094 millones y sus hijos Eduardo y Tomás Fernández Mac-Auliffe lo hacen con $1.477.000.000 y $1.200.000.000, respectivamente. Todos ellos miembros del Grupo Fernández León y Los Andes Dos Limitada. La familia es -junto al grupo Penta- una de las controladoras de Empresas Banmédica, que le aportó a la U. Andes 58 millones de pesos.
Otro de los cuantiosos aportes individuales que recibió la Universidad de Los Andes fue de parte de la uruguaya Elina Gianoli, que aportó 300 millones de pesos. Numeraria, todos los años aporta grandes cifras a las universidad del Opus Dei.
Grupo Penta en la “Udi-versidad”
Desde su nacimiento, la Universidad del Desarrollo ha estado íntimamente relacionada con el gremialismo. Entre sus fundadores se encuentra a varios históricos de la UDI, como Joaquín Lavín, Cristián Larroulet, Federico Valdés, Carlos Eugenio Lavín, Carlos Alberto Délano y Luis Ernesto Silva Ballafalluy. Ellos constituyeron la Inmobiliaria Ainavillo, dueña de los inmuebles donde se ubicaría después la universidad que los mismos personajes fundarían. Hernán Buchi, ex ministro de Pinochet y otro emblemático personaje de la derecha, se sumó al proyecto en el año 1999.
De 2012 al 2013, la Universidad del Desarrollo pasó de recibir vía donaciones 730 millones a $2.012.682.702. Los aportes a la UDD están concentrados en pocas manos. Específicamente en dos de los fundadores y actuales miembros del Consejo Directivo: Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, controladores del grupo Penta -uno de los holdings empresariales más grandes del país, donaron a través de Empresas Penta SA mil millones a su propia Universidad.
Pero Délano y Lavín no quedaron solo con eso. Penta Corredores de Seguros, Inmobiliaria Duero -perteneciente a Délano y a su señora Verónica Méndez-, Vida Tres SA, Isapre Banmédica -compartida junto al grupo Fernández León- y el Centro Médico y Dental Multimed y Servicios de Salud Limitada -del holding Banmédica- también fueron parte de la transacción de dinero fresco libre de impuesto. En total, el grupo traspasó $1.676.595.850
Entre otros aportes, la Universidad del Desarrollo también recibió 50 millones de Nestlé y SQM, respectivamente.
Los grupos económicos que financian a la UC y a la U. de Chile
Las dos principales universidades del país no pasan desapercibidas en el ranking de las que más reciben. Si bien ocupan el segundo y cuarto lugar, tanto la Pontifica Universidad Católica como la Universidad de Chile se diferencian de las otras en que sus aportes proviene de numerosas fuentes. Si bien cuentan con compañías que contribuyen con varios millones de pesos, también destaca la enorme lista de aportes individuales, principalmente de ex alumnos que cuentan con una situación económica lo suficientemente sostenible como para decidir donar un par de millones.
En medio del debate sobre las universidades públicas que ha producido la inminente reforma educacional y con la sostenida defensa que ha hecho el rector de la UC Ignacio Sánchez para defender que su universidad siga recibiendo fondos estatales, la diferencia de esta última con la U. de Chile en cuanto a donaciones es gigantesca. Actualmente, ambas reciben el mismo trato del Estado en cuanto a aportes directos. Pero para el mundo empresarial, hay un claro favorito: La UC recibió en 2013 casi 7 mil millones de pesos, lejos del millón 400 que tuvo la Universidad de Chile.
Personajes como Eliodoro Matte, Andronico Luksic y Klaus Schmidt-Hebbel donan como personas individuales a la Universidad Católica. Pero de los principales millonarios chilenos el que más destaca es el grupo Angelini. Entre su Fundación, Empresas Copec S.A., Compañía de Petróleos de Chile Copec, Celulosa Arauco, Inversiones Angelini, Inversiones Arauco, Aserraderos Arauco y Corpesca, aportan la irrisoria cifra de 3 mil 700 millones de pesos, más de la mitad de todo lo que recibe la Universidad.
Atrás se quedan Luksic -con 100 millones a través de CCU-, Matte -15 millones con Colbún y Forestal Mininco- y los mencionados Délano y Lavín de Penta, que con la Clínica Santa María, la Clínica Dávila, Isapre Banmédica, Grupo Security y Cuprum, traspasaron 127 millones de pesos.
También aparecen entre los donantes Falabella, Anglo American, Nestlé y AFP Cuprum. No deja de llamar la atención que empresas del rubro agrícola, especialmente de la comercialización de semillas, como Monsanto, Anasac y Syngenta también le donen a la Universidad Católica.
Y no es todo: la UC, cuna del neoliberalismo en los 70, recibió donación de un millón de pesos de parte de la Fundación Presidente Augusto Pinochet Ugarte.
Por su parte, en la Universidad de Chile se repiten los nombres pero no las cifras. El grupo Angelini dona a través de Celulosa Arauco y de la Compañía de Petroleos Copec, pero “solo” 870 millones de pesos. Entre su Fundación y CCU, Luksic se pone con 22 millones y Matte con 4 a través de Colbún.
Aparecen también el grupo Ibañéz con Tres Montes SA (154 millones) y los 80 millones de Corpbanca de Álvaro Saieh. La cifra más llamativa la aporta Minera Escondida, perteneciente a la compañía BHP Billiton, que aporta 340 millones. Lo sigue Banco Santander con 330 millones. Nestlé, Minera Los Pelambres, Anglo American y SQM también aportan con lo suyo.
Pese a todo, ni la Católica ni la Chile se salvan de la creciente privatización en la que se han visto sumergidos. Si bien con el estallido del movimiento estudiantil en 2011 se inició el debate sobre hacia dónde y para quién producen conocimiento las universidades tradicionales, hoy se pueden ver en los pasillos de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile la imponente biblioteca Andrónico Luksic y el edificio Corpbanca Hall. Y en la UC, en el campus San Joaquín, no pasa desapercibido para nadie el moderno Complejo Andrónico Luksic Abaroa, un centro de minería financiado por la minera Los Pelambres, de Antofagasta Minerals.
Datos claves
Fuera de las universidades que más aportan, la larga lista de donaciones que entregó el Mineduc a El Dínamo suma varios datos interesantes. Aquí presentamos algunos:
– Laurete a la baja: Actualmente, las universidades pertenecientes al grupo Laurete están siendo investigadas por delitos tributarios. Entre 2011 y 2013, 80 millones de dólares fueron traspasados a Laurete Trademark B.V y Laurete Education Inc., a través de contratos con las universidades de Las Américas, Andrés Bello y Viña del Mar. En donaciones, recibieron una cifra baja en comparación a otras. La UNAB es la que más resalta con 150 millones, lejos de los 30 millones de la de Viña del Mar.
-Entre la relación de bancos y universidades, destacan las generosas sumas de dinero que las entidades financieras aportan a la universidades. El que más destaca es el Banco Santander Chile, que le aporta a nada menos que 41 establecimientos de educación superior. La más alta llega a los $420.872.411 y fue otorgada a la Universidad Católica.
– Las mineras se ponen: Las universidades del norte destacan por el gran aporte que hacen las mineras a sus arcas. La Católica del Norte, de Antofagasta y Atacama entraron al ranking de las 10 más beneficiadas en gran parte gracias a las donaciones de Minera Escondida, Xstrata, Compañía Minera del Pacífico, Lumina Cooper, Esperanza y Anglo American, entre otras.
– El total de las donaciones de Adolfo Ibañez es de 171. 572.450 millones de pesos. Pero destaca el aporte de 20 millones realizado por Patricia Matte Larraín.
– La Universidad Finis Terrae solo recibió 5 donaciones en 2013. Aún así, alcanza el sexto lugar del ranking gracias a los 500 millones aportados por Inversiones Río Claro Limitada. Esta sociedad es accionista de Quiñenco, propiedad del grupo Luksic. Guillermo Luksic era consejero superior de la Universidad hasta su muerte.
– La persona individual que más le aporta a una universidad es Elina Gianoli con 300 millones a la Universidad de Los Andes. La sigue Ana María Errázuriz, con 100 millones a la Universidad Católica.