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28 de Junio de 2014

La tierra de Bob Marley avanza en la despenalización de la marihuana

Jamaica espera que en septiembre el parlamento nacional dé luz verde al proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros, que permitirá poseer y consumir marihuana en pequeñas cantidades.

Por EFE
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En los setenta, Bob Marley quiso convencer al mundo de que la marihuana era buena. Cuarenta años después Jamaica, la isla que le vio nacer y de la que es el máximo icono, camina hacia la despenalización de la “ganja”, al permitir su posesión y consumo en pequeñas cantidades.

“La hierba es una planta. Es buena para todo. ¿Por qué la gente del Gobierno que se hace pasar por gente buena nos dice que no debemos fumar hierba?”, decía en la década de 1970 el “rey del reggae”, como recoge el documental ‘Bob Marley: Rebel Music’ (PBS, 2000).

Tras años de intenso debate, poseer y consumir marihuana en Jamaica no será delito en cantidades inferiores a 56,7 gramos desde septiembre, cuando se espera que el parlamento nacional dé luz verde al proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros este mes.

“La gente viene a Jamaica por tres motivos: la playa, el sexo y fumar”, relata “Ziggy”, un joven local que vende marihuana a escondidas en su tienda de artesanía y que se hace llamar así en honor a uno de los hijos de Bob Marley.

A Ziggy lo arrestó la policía hace un año. Lo descubrieron con un porro en la mano, pasó cinco horas en la cárcel, salió con una fianza de 30.000 dólares jamaicanos (unos 270 dólares estadounidenses), fue a juicio una semana después y finalmente le impusieron una multa de 1.000 dólares jamaicanos (unos 9 dólares estadounidenses).

Bajo la futura ley esa cantidad de “ganja”, como se conoce en Jamaica a la marihuana y término acuñado por los rastafaris, no supondría motivo de detención ni tan siquiera de multa.

Desde su arresto en 2013, la policía ha visitado la zona de puestos callejeros donde trabaja Ziggy muchas veces, pero él no ha vuelto a verse en problemas: esconde su planta de marihuana detrás de la pequeña tienda en la que vende retratos en madera tallada de Bob Marley fumando un porro.

En cuanto se baja del avión, el turista que llega a Jamaica comienza a recibir ofertas para comprar marihuana. Desde el conductor que le traslada al hotel hasta el encargado de las sillas de playa, todos le abordan con la misma pregunta: ¿Quieres fumar?.

56,7 gramos de “ganja”, la cantidad permitida a partir de septiembre, cuestan entre 160 y 240 dólares estadounidenses para los extranjeros, mientras que un jamaicano puede conseguirla por 1.000 dólares nacionales (unos 10 dólares estadounidenses).

“Esto es así porque el riesgo de venderla a un turista es mucho mayor. El castigo es peor si vendes a un extranjero”, comenta “Smokey”, un jamaicano de 34 años que vende marihuana en un mercado de pescado cercano a la vacacional Montego Bay.

La mayoría de los turistas compran una bolsa con una pequeña cantidad de “ganja” o un porro ya liado y suelen fumarlo en las habitaciones de sus hoteles o en algún lugar discreto de la playa.

“Pocos se aventuran a visitar las plantaciones de marihuana. Sólo los que repiten el viaje y conocen a algún residente local en el que confíen se atreven a ir”, cuenta “Smokey”.

Los jamaicanos sí compran su “ganja” en las plantaciones, donde se siembra escondida entre cultivos tropicales como la papaya, porque allí es más barata que en las tiendas sin licencia que la venden discretamente entre paquetes de arroz y botellas de ron.

“Si caminas por el centro de cualquier ciudad jamaicana vas a oler la marihuana en la calle. Aquí no es algo que se fuma para hacer locuras, es parte de nuestra cultura. Yo fumé mi primer porro con ocho años y mi abuelo vivió hasta los 108 sin perdonar el suyo ni un día de su existencia”, narra “Tony”, el apodo por el que conocen a este joven que vende “ganja” en su tienda de alimentación en Nine Mile, el pueblo natal de Bob Marley.

En Nine Mile, situado en la costa norte y parada habitual de los turistas que se alojan en la popular ciudad de Ocho Ríos, está la casa donde nació el cantante, convertida en mausoleo tras su muerte a los 36 años a consecuencia de un cáncer.

En el hogar de Bob Marley es habitual ver a los guías del movimiento rastafari -cuyas creencias el cantante contribuyó a internacionalizar- fumar marihuana. “Es ilegal, advierten a los turistas, así que si fumas es por tu cuenta y riesgo”, relata “Tony”.

Los países vecinos toman nota del paso dado por Jamaica, nación icónica de la marihuana, en la regulación de esta sustancia, cuya despenalización completa -y consiguiente cobro de impuestos por su venta- es vista por algunos sectores como una oportunidad para una región que se enfrenta a complejos problemas sociales y económicos. 

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