Secciones El Dínamo

cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La fortaleza

"A final de cuentas, los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos. Porque hay detrás una ideología de la marginación, que lleva a pensar acerca de las causas colaterales del crimen organizado".

Compartir

José Blanco J. es Profesor de Estado (Universidad de Chile), Doctor en Filosofía y Doctor en Materias Literarias (Universidad de Florencia, Italia). Se ha dedicado a la filología medioeval y humanista, dando especial importancia a Dante, Petrarca y Boccaccio sobre los que ha escrito numerosos libros y ensayos. Ha traducido al castellano textos de cronistas florentinos que vivieron en América en los siglos XVI y XVII. También ha publicado libros de historietas de dibujantes chilenos.

“Parkour” es una disciplina de origen francés que utiliza el cuerpo para superar obstáculos con el propio cuerpo. Es algo más que la habilidad del acróbata, porque el “traceur” (así se llama el practicante de parkour) debe seguir un entrenamiento que lo prepara física y mentalmente para ser útil a la sociedad en caso de una emergencia.

David Belle, el protagonista de esta película (junto a Paul Walker, que falleció poco después de terminarla) es un experto en parktour y trabajó como stuntman antes de Banlieue 13, película francesa producida por Luc Besson y dirigida por Pierre Morel, que es el precedente de La fortaleza.

En realidad, lo único que se hizo fue insertar la acción en una Detroit futura.

Un complejo residencial es aislado del resto de la sociedad, porque está habitado por peligrosos delincuentes. Es una verdadera fortaleza, denominada “Brick Mansions”, que está rodeada de murallas y vigilada por el ejército.

Pero, cuando el boss de este enclave (el rapero Rza), roba – sin saberlo – una poderosa bomba al neutrón, que puede destruir toda la ciudad. Es necesario mandar a un infiltrado para desconectarlo. Y – al estilo de un buddy movie – le ponen al flanco a otro criminal, que quiere rescatar a su novia, que es prisionera de los malvivientes. Tienen 10 horas para evitar el desastre.

A final de cuentas, los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos. Porque hay detrás una ideología de la marginación, que lleva a pensar acerca de las causas colaterales del crimen organizado.

No crean que esto sea fantapolítica, porque en Trieste (Italia) existe un lugar así, que se llama Rozzol Melara y que hace algunos años me mostraron desde lejos.

En cuanto a la película misma, a pesar del argumento deschavetado, tiene una estructura de acción cargada de adrenalina, que nos recuerda que el director Camile Delamarre fue el montajista de Taken 2, El transportador 3 y Colombiana.

Y en lo que a violencia se refiere, resulta mucho más directa y eficaz la de la mujeres, que demuestran que de sexo débil no tienen nada. Además de que su ferinidad confirma que la raza humana pertenece a la clase de los mamíferos más peligrosos.

Un poco de nostalgia por saber que el buen mozo de Paul Walker está muerto. Pero también ya lo están muchos de los buenos, los malos y los feos del séptimo arte.

(Brick Mansions. Francia/Canadá, 2014)

Léenos en Google News

Temas relevantes

#Paul Walker

Notas relacionadas

Deja tu comentario

Lo más reciente

Más noticias de Opinión