Grupo transversal de diputados pide rechazar hidroeléctrica El Canelo en el Cajón del Maipo
Los diputados Melo, Molina, Girardi, Provoste, Vallejo, Soto y Silber solicitaron al intendente de Santiago, Claudio Orrego; al Director del SEA, Jorge Troncoso y a los Seremis de la Región Metropolitana, denegar el permiso ambiental del proyecto de la firma Coyanco S.A. (propiedad de Juan Claro).
Un grupo transversal de diputados encabezados por Andrea Molina (UDI), Yasna Provoste (DC), Cristina Girardi (PPD), Camila Vallejo (PC), Daniel Melo (PS), Leonardo Soto (PS) y Gabriel Silber (DC) entre otros, solicitaron el rechazo del proyecto hidroeléctrico El Canelo, que la empresa Coyanco S.A. (propiedad de Juan Claro) busca desarrollar en el río Maipo a la altura de la localidad del Canelo.
A través de una misiva enviada al Intendente de Santiago, Claudio Orrego, y a los Seremis que deberán votar la Resolución de Calificación Ambiental en los próximos días, los diputados expresan que este proyecto hidroeléctrico destruirá una franja de casi 5 kilómetros de vegetación nativa a orillas del rio Maipo, afectando 40% de los terrenos de los parceleros de la zona y dividiendo en dos el terreno del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de San José, arriesgando derrumbes de sus ermitas de retiro y el vía crucis de la comunidad religiosa.
El proyecto que ingresó a evaluación ambiental el año 2012, cuenta con 4 adendas con observaciones de los servicios públicos, las que no han sido subsanadas por la empresa. De ahí que el Servicio de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana, recomendó la semana pasada rechazar el Estudio de Impacto Ambiental basándose en que el proyecto no presenta toda la información necesaria para acreditar a cabalidad el cumplimiento de la normativa ambiental vigente.
Por su parte, los vecinos de la comunidad El Peumo, lugar donde se emplaza el monasterio de las Carmelitas Descalzas, expresaron su satisfacción por el informe del organismo ambiental. A su juicio el proyecto tiene serias deficiencias técnicas, además sostienen que sus ejecutivos, nunca quisieron escuchar la opinión de los afectados. También denunciaron que ante su oposición a la hidroeléctrica, desconocidos provocaron una seguidilla de incendios en los predios, quemando más de 280 hectáreas poniendo en riesgo la vida de las monjas del monasterio y provocando la muerte de un parcelero.