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6 de Agosto de 2014

Karol Cariola (PC): "El programa en salud es muy acotado y queda al debe de las transformaciones estructurales"

La diputada por Recoleta e Independencia analiza el conflicto de las concesiones hospitalarias a raíz del paro en el Hospital Salvador. Si bien valora el esfuerzo del gobierno, reconoce fallas comunicacionales y que aún no se estudian todas las salidas. Además, adelanta que el conflicto de la salud pública es un problema que "nos va a explotar en la cara".

Por Francisco Parra
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Durante la tarde del lunes, los trabajadores del Hospital Salvador suspendieron el paro tras casi un mes de movilización en rechazo de la decisión del gobierno de mantener la concesión hospitalaria en dicho recinto y en el Félix Bulnes. Finalmente se instalará una mesa de trabajo donde se definirá el futuro de la concesión.

Quien ha seguido de cerca el tema es la diputada del PC Karol Cariola, miembro de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados y de la comisión investigadora de las concesiones hospitalarias. Para la matrona de profesión y ex líder estudiantil, el gobierno ha mostrado la voluntad  de terminar con el sistema, pero no oculta sus críticas a cómo se llevó la negociación en el Hospital Salvador.

– A las concesiones se las han descrito como un modelo de negocio para privado, que en Chile empezaron en las carreteras y que se han llevado a la salud desde el gobierno de Lagos. ¿Cuál es el problema de traspasar este modelo a la salud?

Como es un modelo de negocios, siempre busca ser rentable y cuando se  habla de salud que uno le garantiza a las personas, debe ser de calidad. Por lo tanto, cuando uno entrega salud, y esta tiene riesgos de no ser calidad, por anteponer las ganancias por sobre la entrega de un determinado servicio,  uno se pregunta qué priorizamos: el negocio, el lucro o la calidad de la salud que le damos a las personas. Por ahí va nuestra discusión de porqué hoy día el negocio que se desarrolla a través de la concesión de hospitales es tremendamente cuestionable. Hemos dado cuenta que el sistema de concesiones aplicada a la construcción y a la prestación de servicios dentro de hospitales, resulta ser mucho más caro que si el Estado lo hiciera de manera directa. Es decir, no hay garantía de que la construcción va a ser de calidad y además para el Estado es más caro hacer la construcción por esta vía. Por lo tanto, yo creo que las desventajas son evidentes, no hay garantía de que los tiempos van a ser acotados ni que va a haber mayor eficiencia y calidad de la construcción. En Chile se abrió la posibilidad de concesionar hospitales y los más emblemáticos fueron el de Maipú y el de La Florida, donde hemos visto las consecuencias del proceso de implementación, donde se denuncia la burocratización que tiene el hospital para hacer cualquier cambio y donde se da cuenta de situaciones tan ridículas como que cambiar un enchufe significa una tremenda burocracia y un tremendo costo para el Estado. La concesionaria es quien cobra la reparación o reposición de algún artefacto bajo la lógica y valores de la concesión, que superan con creces los costos normales.

– Teniendo en cuenta esas situaciones y el paro del Hospital Salvador. ¿Crees que le ha faltado voluntad política al gobierno para terminar definitivamente con las concesiones hospitalarias, incluyendo al Salvador y el Félix Bulnes?

El gobierno ha mostrado voluntad política de avanzar en el término de las concesiones. Queda claro, de ocho concesiones solo dos se mantuvieron en proceso y no por voluntad del gobierno, sino porque la Contraloría los aprobó en tiempo récord y eso hay que decirlo. La adjudicación de los dos proyectos, después de la evaluación técnica y económica, se demoraron entre 3 y 5 días respectivamente, el Salvador y el Félix Bulnes, en ser evaluados para ser posteriormente adjudicados, y un mes después se tomó razón. La situación yo creo que es compleja y no se le puede atribuir la responsabilidad a este gobierno cuando fue el de Sebastián Piñera el que metió estos proyectos por debajo de la puerta para que fueran adjudicados y tomados de razón en el más corto plazo posible. A mi me preocupa que se responsabilice al gobierno de la presidenta Bachelet por algo que dejó el gobierno anterior. Hasta ahora el gobierno ha mostrado la voluntad de estudiar cada uno de los elementos que corresponden a estas dos concesiones.

– ¿Pero crees que el gobierno ha hecho  todos los esfuerzos?

Lo que sí puedo reconocer es que no se han puesto ni se han hecho todos los estudios, ni se han puestos todos los datos sobre la mesa para evaluar las posibles salidas que tienen estos dos hospitales. Más bien, en algún momento hubo una posición muy cerrada, de no querer ver otras alternativas, porque en esto hay otros elementos que están en juego como la fe pública, los recursos del Estado. Hay estudios que dicen que el costo de retroceder en la concesión del Salvador es muy alto, pero no hay una versión única porque no hay solo un mecanismo de retroceder en la concesión. Solamente se ha hecho el cálculo por retroceder en base al mutuo acuerdo pero todavía no se calcula en base al interés público. Por eso esperamos que la mesa técnica que se levantó pueda dar buenos frutos respecto a una síntesis y una conclusión de cuál es la mejor salida. Tanto la multigremial como el gobierno están preocupados de resguarda los recursos de todos, del Estado, con la premisa de que las concesiones son malas.

– Entonces cómo tomas la crítica de la multigremial de que  el gobierno está protegiendo a los empresarios, precisamente porque teniendo esta segunda salida a la concesión que es el interés público, no se ha explotado esa vía sino que se ha insistido en el mutuo acuerdo.

La multigremial ha sido tremendamente valiente en llevar la movilización que han llevado. Yo la admiro y creo que por eso hoy estamos dando un paso importante que es estudiar y poner en cuestionamiento estas concesiones. Si ellos han considerado que el gobierno no ha sido lo suficientemente dialogante, creo que ha sido por errores comunicacionales que se han cometido.

– ¿Errores del gobierno?

Del gobierno. Cuando se logró llegar a un acuerdo en su momento en la mesa de negociación de la Cámara, cuando estábamos algunos diputados como mediadores, estaba la multigremial, la subsecretaria de redes y se llegó a un acuerdo. Sin embargo, al día siguiente sale la voz de la ministra desconociendo el acuerdo y eso fue lo que causó gran indignación y desconfianza en la multigremial, lo que es perfectamente entendible. Afortunadamente el gobierno logró reparar el error y se logró un acuerdo que abre paso a esta mesa de trabajo técnica donde espero se llegue al mejor resultado. Y esto es una demostración de que hay un gobierno capaz de dialogar, capaz de reconocer sus errores y, por otro lado, una movilización social con trabajadores a la cabeza que no solamente están poniendo sobre la mesa demandas reivindicativas sino que están poniendo temas mucho más de fondo y estructurales, que son la garantía de la salud de las personas. Quiero destacar ese elemento como un hecho histórico de la movilización del Salvador, aquí los trabajadores no solo lucharon y se movilizaron en beneficio de sus salarios o de sus condiciones laborales, sino que por la garantía de un derecho tan importante que ellos como trabajadores de la salud hoy día defienden más que nunca, que es el derecho a la salud pública.

“Tengo la impresión de que el problema de la salud nos va a explotar en la cara”

– ¿Cómo evalúas el desempeño de la ministra Helia Molina? ¿Crees que hay voluntad para avanzar en  una desmercantilización de la salud?

Yo creo que la ministra ha tenido algunos pronunciamientos muy proclives a la necesidad de desarrollar cambios profundos en el modelo de salud. Ella fue una de las primeras en pronunciarse en contra del modelo de las concesiones hospitalarias, yo creo que ella no está nada de cómoda con tener que mantener adelante el modelo de concesión en estos dos hospitales. La ley es que está hoy día de alguna manera obligando a hacerlo. Sin embargo, también ha mostrado disposición a estudiar los elementos de estas concesiones. Sin embargo, hay algunos elementos que escapan a las posibilidades de la ministra. Un ministro cumple con el mandato que tiene un gobierno más que con desarrollar ideas o funciones desde un color propio. Lo digo porque el programa de gobierno en materia de salud es muy acotado y queda muy al debe de las transformaciones estructurales.

El programa en salud está muy atrasado respecto a las necesidades que tenemos hoy en Chile. La salud es una deuda, se ha mercantilizado y hay que denunciarlo con todas sus letras. Hay sectores que se han organizado y desarrollan lucro a costas de la salud de mucha gente. Las isapres y las concesiones hospitalarias, como modelo de negocios, son un ejemplo de ello. La creación de clínicas por doquier para suplir el sistema público, la ley de urgencias, que ha permitido la externalización de servicios de manera agresiva, algunas clínicas viven de eso, son algunos ejemplos concretos que nos pueden llevar a pensar que la salud se ha privatizado y aquí necesitamos un cambio mucho más estructural y profundo… La estructura del modelo de salud en Chile requiere de un cambio y una cirugía profunda. Y eso no pasa por una ministra, requiere una voluntad política mayor, de un programa de gobierno. Y el programa está al debe con los problemas de la salud en Chile porque no pasa solo por construir infraestructura. Reconozco avances en descongestionar urgencias, el esfuerzo de construir hospitales, de formar nuevos profesionales, hacer que la educación sea gratuita y que los médicos que salgan de la educación pública sientan la necesidad de contribuir al país, no como hoy que salen solo con la necesidad de pagar sus carreras y salir de la deuda que sostienen, que es una de las razones por las que tenemos falta de compromiso. Hay elementos que no pasan por la ministra sino por la construcción de un programa profundo y real. Y eso creo que va a venir ahora. Terminada la reforma educacional tenemos que iniciar rápidamente la reforma de la salud.

– Pero antes de esa voluntad política está el cuestionamiento al modelo actual. Lo que en educación, por ejemplo, ya está. Pero en salud el rol del estado subsidiario, la focalización, la lógica de competencia en hospitales públicos, no es un cuestionamiento en la clase política ni en la Nueva Mayoría…

Yo creo que si lo es y es un tema que cada día toma más fuerza. Hoy somos más voces los que lo estamos denunciando. Yo, siendo parte de la comisión de salud he buscado todos los espacios para que los trabajadores y usuarios, organizados a nivel nacional y que han tomado definiciones políticas muy importantes. Los primeros en decir no a las concesiones fueron los usuarios, en la red nacional de usuarios de la salud que han hecho varios congresos en distintas partes del país. Yo creo que hay un movimiento silencioso que no ha sacado la voz como lo hicimos los estudiantes en 2011, pero que va a ir tomando más protagonismo porque tengo la impresión de que el problema de la salud pública en Chile nos va a explotar en la cara si no somos capaces de preveer, empezar a discutir los mecanismos para resolverlo.

– ¿Pero este cuestionamiento es transversal en la Nueva Mayoría?

No sé si es tan transversal, no lo he escuchado en toda la gente. No todos están preocupados de la salud hoy día porque no ha estado puesto en el tapete con gran fuerza, pero si hay un grupo importante de parlamentarios, presidentes de partido, que ya han manifestado que el tema de la salud viene con mucha fuerza. Yo soy una convencida de que los temas no se desatan si no hay una movilización social fuerte que los ponga, por eso el rol de la organización social es tan importante en esto. Un paro de 25 días no es despreciable y un paro de un hospital público  debe ser un llamado de atención que nos ponga en alerta de lo que se viene. La salud requiere de una cirugía profunda, de una transformación estructural. y para ello estamos trabajando en iniciativas que buscan cortarle los brazos a esta salud de mercado, como es un proyecto que voy a presentar en unos días para terminar con las concesiones hospitalarias en la ley de concesiones.

– Recalcas la importancia de la movilización y de las organizaciones sociales, como  decías el primer cuestionamiento al tema de las concesiones vino de los usuarios y trabajadores. ¿Cómo interpretas entonces en la comisión del gobierno que estudia las isapres se excluyan a organizaciones y trabajadores de la salud?

Yo me siento muy ajena a esa comisión. Como comisión de Salud de la Cámara no hemos tenido mayor interacción con ese espacio. Ahí se ha trabajado de manera silenciosa, donde efectivamente la composición no es la más adecuada. Yo siempre creo que hay que valorar el rol de los actores sociales porque son los que viven día a día la falta de regulación o las leyes del mercado en distintas materias. Son los usuarios los que viven los abusos de las isapres cuando llegan y suben los planes, cambian los costos, las condiciones y todo lo que eso significa, la discriminación a las mujeres, discriminación por patología. Yo espero que esta comisión de expertos llegue a la mejor conclusión, que no puede ser asumida o tomada como la única verdad, porque hay muchos actores que no están presentes en ese espacio.

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