Gobierno universitario: un llamado a la honestidad
Es necesario entender que solo mediante la creación de un proyecto educativo amplio que represente integralmente a las grandes mayorías, y no esté sujeto a intereses particulares, podremos hablar concretamente de universidades públicas.
Alex Klare y Daniel Gedda es Estudiantes de Derecho UC, militantes de la Unión Nacional Estudiantil y de la plataforma Crecer UC.
El pasado viernes 8 de agosto fue publicada en La Tercera una lamentable carta del Presidente del Centro de Alumnos de Derecho UC, Ricardo Sande, que no busco más fines que trivializar el debate nacional deslegitimando intencionalmente el avance del Movimiento Estudiantil en el plano de la democratización de las instituciones educativas. Es en respuesta a esa carta que sentimos la necesidad de manifestarnos y dar ciertas claridades sobre los puntos ahí planteados.
De manera aclarativa cuando hablamos de la derogación del DFL2, no podemos sino verlo inserto en una narrativa mayor que es la lucha por una educación pública, gratuita y democrática. Y es aquí cuando Ricardo atribuye esta victoria a guiños presidenciales, desconociendo la verdadera importancia que este acontecimiento tiene como una victoria histórica del Movimiento Social, que no está supeditado a la voluntad política de turno. Al contrario, creemos que las reformas de la Nueva Mayoría distan de manera amplia de los objetivos que hemos buscado en todas las áreas en las se ha avanzado en la construcción de un proyecto educativo popular, ya que dichas reformas no hacen sino maquillar la lógica neoliberal y legitimarla frente a la ciudadanía. Tema que es importante nombrar, pero que amerita su propio espacio de discusión.
Al leer columnas como la del pasado viernes no podemos evitar cuestionarnos sobre los verdaderos intereses detrás de esas argumentaciones, y como buscan despolitizar y mostrarnos su ideología como un espacio neutro donde solo cabe el tecnicismo. Ya que es en el espacio educativo donde ésta muestra su peor cara, replicando todas las lógicas que sustentan la desigualdad e injusticia en el Chile actual. Hoy en día, el negar las voluntades políticas existentes en las diversas instituciones educativas, sobre todo ligadas a los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad, nos parece un nefasto ejercicio de deshonestidad intelectual cuando éstas, lo que buscan de manera directa, es generar proyectos funcionales a las lógicas de mercado. Sobre esto podemos ver las mismas donaciones, conformaciones de directorio, priorización de las llamadas carreras tradicionales (tales como Ingeniería, Derecho, Ing. Comercial y Medicina), diseño de mallas académicas, y podríamos seguir. Incluso podemos ver como dentro de la misma Universidad Católica y sus anexos, con su mal llamado ‘’Rol Público’’ y su elitizada catolicidad, se replican estas mismas prácticas, sumando además, prácticas antisindicales, que no buscan la construcción de una comunidad amplia y participativa, como debería ser una institución educativa que buscase el progreso de nuestra sociedad en su conjunto.
Es necesario entender que solo mediante la creación de un proyecto educativo amplio que represente integralmente a las grandes mayorías, y no esté sujeto a intereses particulares, podremos hablar concretamente de universidades públicas, porque solo ahí, en un espacio de liberación y encuentro abierto a la sociedad, encontraremos el camino a la conformación de un proyecto transformador al servicio del pueblo chileno.
Quisiéramos terminar interpelando a la Derecha Política, tanto estudiantil como partidista, a que cuando se refieran de manera despectiva a la ideologización de la Izquierda y sus visiones políticas, sean honestos al plantear su propia visión, que pretende sustentar un modelo opuesto a la construcción de un Chile de todos y para todos, resguardando el status quo que permite seguir manteniendo los privilegios de algunos en violenta contraposición a la realidad que viven la gran mayoría de los chilenos.