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20 de Agosto de 2014

El tesoro de la Vicaría que se exhibirá en el Museo de la Memoria

En las próximas semanas, el museo exhibirá la histórica cámara de Luis Navarro con que retrató a las víctimas de la dictadura militar en su trabajo de denuncia realizado desde la Vicaría de la Solidaridad.

Por Daniel Martí­nez G.
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Solo falta la firma oficial, pero un nuevo tesoro histórico ya se encuentra en manos del Museo de la Memoria desde la semana pasada. Se trata de una cámara fotográfica de Luis Navarro, uno de los fundadores de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), agrupación que se dedicó a denunciar violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura militar a través del registro fotográfico.

Con esa cámara -una Praktica lente Carl Zeiss-, Navarro realizó retratos a familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos que hasta la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago buscando identificar a sus familiares, entre julio de 1976 y fines de 1979. Navarro también se dedicó a reproducir fotos que las familias llevaban para el reconocimiento que estaban “muy viejas” y debían ser resguardadas.

La iniciativa de donar la cámara al museo fue del propio Navarro, tras atesorarla por más de 40 años. Pero luego de una conversación con el director del organismo, Ricardo Brodsky, decidió que debía ser donada al Museo debido al “valor histórico del trabajo que realizó la Vicaría”. En ese lugar tendrá un espacio dedicado al trabajo que realizó junto a la AFI que será definido durante los próximos días para su posterior inauguración.

Navarro contó a El Dínamo que la cámara llegó a sus manos como un regalo de un amigo de la infancia, Vicente Paz, quien también fue torturado en Dictadura. “Me la dio cuando dejé de estudiar arte. Me dijo: ‘Ahora pinta con la cámara‘”, relata. Aparte de los retratos que el premio Altazor 2011 realizó a las víctimas de la Dictadura, el profesional destaca las fotografías que tomó a Clotario Blest, al cardenal Raúl Silva Henríquez y varios dirigentes sindicales de la época.

Pese a que su cámara registró cientos de crudas escenas y retratos, Navarro dice que siempre se distinguió como “el que tomaba menos fotos”. Según cuenta el fotógrafo, en la Vicaría siempre se trabajó con pocos recursos y en mucha precariedad, lo que lo obligó a restringir, por ejemplo, la cantidad de fotos que tomaba, costumbre que tampoco ha erradicado de su vida en la era digital. “Un buen fotógrafo no tiene que andar disparando como loco tampoco; tiene que capturar el ‘mono’ perfecto”, agrega.

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Distinto es el caso de la cámara con que capturó el hallazgo de los cuerpos de los Detenidos Desaparecidos en los hornos de Lonquén, en 1978, lo que significó que fuera apresado por la CNI y llevado al cuartel Borgoño donde fue torturado por seis dias. La historia de esa máquina fotográfica no tendrá el mismo final que la recientemente donada: en su origen fue llevada por Cristián Precht a la Vicaría de la Solidaridad, teniendo en cuenta lo precario que eran los instrumentos con que realizaban su trabajo. Allí, sin embargo, se le perdió el rastro.

En noviembre próximo, el Centro Cultural Estación Mapocho además inaugurará una gran muestra sobre la obra más desconocida de Luis Navarro: sus retratos al mundo gitano.

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