Sepa cómo opera la nueva "canela" que quieren imponer las farmacias
Una interpretación de la nueva Ley de Fármacos permitiría a las grandes cadenas seguir con prácticas que promueven los incentivos por venta de medicamentos.
“Es importante entender que no se acaban los incentivos variables por venta de fármacos. De acuerdo a la ley, lo que se termina es el incentivo en cuanto no induzca a privilegiar el uso de determinado producto farmacéutico por sobre otro”.
Esta indicación se encuentra en la guía sobre el “nuevo modelo de incentivos variables” que la gerencia de recursos humanos de Cruz Verde elaboró para los jefes de local, quienes debían orientar a su personal sobre las nuevas normativas tras la entrada en vigencia de la Ley de Fármacos, publicada el viernes 14 de febrero de 2014.
La norma consideraba 6 meses para su implementación, la que se concretó el pasado 14 de agosto.
El documento al que tuvo acceso El Dínamo resume en parte lo que la Federación Nacional de Trabajadores de Farmacias (FENATRAFAR) denomina como “la nueva colusión de las grandes cadenas”, tomando en cuenta las características y los arreglos en los actuales formatos de remuneraciones para vendedores.
En su artículo 100, la nueva Ley de Fármacos estipula que quedan prohibidos “los incentivos económicos de cualquier índole, que induzcan a privilegiar el uso de determinado producto”, medida que estaba orientada a evitar la “canela”. Efectivamente, Salcobrand, Cruz Verde y Fasa modificaron sus normas para que esto no ocurriera, sin embargo, las tres cadenas establecieron un particular sistema de “categorías terapéuticas”, según detalla la organización sindical.
A modo de ejemplo, Cruz Verde estableció 10 subdivisiones: alergias, analgesia, antiinfecciosos, cardiovascular, dermatología, gástricas, hombre, mujer, respiratorio y vitaminas. De esta manera los auxiliares de farmacias podrán vender cualquier producto, sin privilegiar un laboratorio u otro, pero con una meta por unidades en cada categoría.
En este sentido, el número de unidades a vender está determinado en un promedio realizado por las farmacéuticas, en relación a las ventas que se hacían antes de la entrada en vigencia de la ley.
“Ahora da lo mismo vender Panadol o Kitadol, nos pagarán lo mismo. El problema es que al cliente se le va a tener que vender un paracetamol, un diclofenaco, un antiespasmódico y un jarabe para la tos para que los trabajadores puedan cumplir la meta de unidades que la empresa impone”, explica Mauricio Acevedo, presidente de FENATRAFAR.
En otras palabras: antes se vendían los medicamentos más caros, hoy no importa si se vende lo más costoso o lo más barato, lo importante es vender muchas unidades. “La ley dice que se debe promediar el sueldo y que este no debe bajar, pero para que los trabajadores ganen ese promedio deben cumplir una meta de venta de productos, distintos unos de otros”, asegura el dirigente.
Acevedo detalla que esta modalidad obligará a los auxiliares de farmacia a “llenarle la bolsa” a los clientes para poder lograr la meta y “eso no es lo que dice la ley. Este modelo es mucho más perverso porque los trabajadores de farmacia van a tener que ‘buscar enfermedades’ o ‘detectar necesidades’ para intentar vender más. Antiguamente te vendían 5 paracetamol y de la marca más cara. Hoy te van a hacer gastar lo mismo, pero en distintos productos”.
Póngale nombre a la “canela”
Desde que explotó el caso de la colusión de las farmacias en 2008, las empresas implicadas en el escándalo han modificado los nombres de sus incentivos y metas. Sin ir más lejos, la modalidad de “categorías terapéuticas” recientemente estrenada, en determinadas cadenas se conoce como “bonos de alternativas convenientes”.
Un alto funcionario de Cruz Verde aseguró a El Dínamo que desde la empresa están lejos de entender a las farmacias como un “centro de salud” -concepto que buscaba instaurar la ley- y que todas las medidas que se toman a nivel de gerencia están orientadas a mantener el negocio y a vender lo que tenga más margen de ganancias.
“Actualmente todo sigue igual, pero con otro nombre… y para los clientes también sigue todo igual. La ley, en cuanto a esto, no modifica nada. Ahora existe un despliegue sobrehumano de mentes pensantes para que reinventen lo que había, pero con otros nombres para ajustarlos a la ley”, asegura.
En esta línea, el funcionario reconoce que para los trabajadores el asunto tampoco es mejor, ya que “las metas son muy altas y siempre se las están subiendo. La ley dice que no se puede privilegiar un producto sobre otro, pero lo que debe hacer la ley para que esto no pase es establecer contratos fijos. El problema con esto para las farmacéuticas es que los auxiliares venderían cualquier cosa, entendiendo cualquier cosa como todo lo que a la empresa no le conviene vender. Finalmente las metas y los incentivos son una manera de ‘obligar’ a vender lo que a la empresa le interesa“.
Sobre este punto, Mauricio Acevedo recalca que es necesario explicarle a la ciudadanía que “los trabajadores de farmacia son tan trabajadores como los pacientes que llegan a comprar. Ningún trabajador de Chile puede modificar la estructura de sueldos. Hoy nos usan a nosotros, para engañar a la gente. La ley dice que no se permiten incentivos y nosotros estamos dispuestos a defender la ley en la calle si es necesario”.
El dirigente de FENATRAFAR recalca que las ciudadanía debe exigirle al gobierno que hagan su trabajo y obligue a cumplir la ley “para que las cadenas de farmacias dejen de lucrar con la salud de los chilenos”.
La sindical convocó a una marcha a nivel nacional para el próximo miércoles 3 de septiembre, que según Acevedo, busca “difundir el mensaje de que no sólo estamos defendiendo el sueldo de nuestro trabajadores, sino que la salud de todos los chilenos, para que estas empresas paren de meterle la mano al bolsillo de la gente vulnerable”.
Rubilar apunta al gobierno
Esta semana la diputada de Amplitud, Karla Rubilar, junto a la ex directora de la Agencia Nacional de Medicamentos, Elisabeth Armstrong, denunciaron graves incumplimientos a la Ley de Fármacos.
“Nosotros queremos denunciar una suerte de protección de la industria farmacéutica por parte de este Gobierno. La verdad es que la industria farmacéutica mueve millones de dólares en el mundo y en Chile no es la excepción” , dijo la diputada.
“Para nosotros es realmente preocupante observar que la Ley de Fármacos no se está cumpliendo. Estamos viendo que las farmacias siguen con incentivos, entregando premios a los vendedores para ofrecer cierto tipo de medicamentos, lo cual era algo que a estas alturas no es aceptable. Si no se fiscaliza en serio vamos a seguir con una Ley de Fármacos con letra muerta” , agregó Rubilar.
Rubilar y Armstrong apuntarn a la falta de fiscalización por parte de la autoridad para hacer cumplir la ley y evitar resquicios. “La primera señal que dio este Gobierno es que se retiraba el proyecto de la Agencia Nacional de Medicamentos y sólo existe un departamento dentro del ISP que trabaja con 8 personas para fiscalizar esta área”, dijeron .
“Todos los esfuerzos que se hicieron en el Gobierno anterior para que la ciudadanía accediera a los medicamentos bioequivalentes van a quedar en letra muerta si el Gobierno no entrega los recursos ni pone a la gente adecuada en las políticas de salud” , insistió Rubilar.