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30 de Agosto de 2014

Pedro Cayuqueo: "A Chile le cuesta mucho lidiar con la diferencia"

El escritor y columnista está pronto a presentar "Esa ruca llamada Chile", su más reciente publicación, en la Cumbre Mundial de Pueblo Indígenas. Aquí habla de cuánto ha costado avanzar hacia un Chile inclusivo, que sea orgulloso de su multiculturalidad.

Por Oscar Huenchunao
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Por estos días, el periodista, columnista y escritor Pedro Cayuqueo tiene una apretada agenda promoviendo su más reciente publicación, “Esa Ruca Llamada Chile“, libro que recopila sus columnas publicadas durante el último año y que será presentado a fines de septiembre en la Cumbre Mundial de Pueblos Indígenas, organizada por la ONU, en Nueva York.

“Esa Ruca Llamada Chile” es una secuela de “Solo por ser Indios” -su primer libro- eso es innegable”, dice Pedro, en conversación con El Dínamo. “Creo que la diferencia radica en que el perfil de las columnas de ese volumen era también el perfil del medio en que escribía, que era el The Clinic, por tanto eran mucho más lúdicas, con una mirada muy personal mía respecto de Chile, la identidad, reflexiones sobre el ser mapuche en el siglo XXI,” explica.

Lo de ahora, en cambio, refleja su incorporación como columnista en La Tercera, “donde lo que me solicitaron es más bien hacer una reflexión inclinada al análisis. Se podría decir que pasé de una mirada más personal a una mirada más sociológica de lo que el conflicto mapuche implica para Chile”, subraya.

Respecto al contexto político y social en que se gestaron unos y otros textos, Cayuqueo afirma que en la actualidad “hay un Chile distinto, que se refleja en mis columnas del último libro. Hay un Chile que está sufriendo cambios en distintas esferas; hay una transformación social y política en marcha, que esperamos todos que el gobierno que está hoy día dirigiendo los destino del país pueda ser capaz de interpretar. El Chile actual no es el de hace una década atrás, hay una generación de recambio en Chile y también en la sociedad mapuche que es muy potente”, manifiesta.

“El libro, en ese sentido, emplaza a este país nuevo, donde hay movimientos sociales, donde hay bancada parlamentaria estudiantil, una mayor apertura a las temáticas indígenas, a construir un Chile para todos, de hecho el titulo del libro trata de eso, de ver a Chile como una ruca grande, como una casa grande, donde vivimos todos, y donde tenemos que aprender a convivir civilizadamente y en igualdad de derechos”, añade.

“El conflicto lo permea todo en La Araucanía”

¿Por qué, a veces, pareciera que hay más apoyo a la causa mapuche en Santiago que en La Araucanía? Para el periodista, el asunto radica en la cercanía con el conflicto. “Eso lleva a que se polaricen las posiciones. Hay un “atrincheramiento” en las posturas de mucha gente, de los mismos mapuche, de los agricultores… Eso permea todo lo que es la relación de la comunidad regional”.

“En otros espacios, como en Santiago, Concepción, Valparaíso, yo he notado que es distinto. La lejanía del conflicto permite un abordaje mucho más reflexivo y también solidario con una causa que es justa en su esencia. Hay encuestas que muestra un mayoritario apoyo de la opinión pública a la reivindicación mapuche”, agrega Cayuqueo.

Además de esa polarización, enfatiza, “no existe una cultura de diálogo interétnico respetuoso en La Araucanía; el patrón de fundo se comporta como patrón de fundo, y para él es inconcebible que exista una igualdad, una legitimidad del mapuche respecto de lo que es, por ejemplo, la propiedad del latifundista. Entonces se vuelve un monólogo, un diálogo de sordos. Y lo que ninguna de las dos partes entiende es que la solución al conflicto pasa por una negociación, donde todos tenemos que ceder algo, si es que estamos dispuestos a solucionar el problema y a avanzar poniendo como eje central el tema del bien común“.

Pedro confía en que “a medida que avance el cambio cultural, se van a ir gestando cada vez más espacios de diálogo donde va a ser posible conversar y ponerse en el lugar del otro, que es algo que no se está haciendo mucho en el conflicto del sur”.

La apuesta por las nuevas generaciones

Este cambio cultural al que alude el periodista mapuche es “un cambio generacional que está muy asociado a la modernidad y al acceso que tienen hoy día los jóvenes a las nuevas tecnologías, a las TICs, creo que hay ahí un elemento central que se ha estudiado poco. Hoy día los chicos no se están informando a través de los medios tradicionales, se informan a través de sus TL de Twitter, de sus muros de Facebook, y ellos deciden qué información quieren recibir”.

Esos medios conservadores, “reacios al tema indígena, discriminadores y muchas veces racistas“, a juicio de Cayuqueo “están perdiendo influencia de forma abismante, ya no bajan la pauta sobre lo que hay que pensar, decir o hacer” las nuevas generaciones.

En tal sentido, dice, “hay una apuesta que tiene que ver con encantar al otro, con tu cultura, con tu demanda, con ser capaz de cruzar hacia el puente cultural distinto, que es algo que los mapuche hacemos cotidianamente -pasamos todos los días de un código cultural nuestro a un código cultural occidental. Y esa vivencia intercultural que nosotros desarrollamos, lo que uno esperaría es que también la desarrolle el chileno común y corriente”.

“Esa relación interétnica respetuosa, que es la que uno esperaría de un país moderno y desarrollado, es la que está ausente en Chile, donde pareciera ser que la modernidad está asociada con la cantidad de cajeros automáticos que hay en las calles, pero no con un concepto de ciudadanía respetuosa de la diversidad”, sostiene.

“A Chile le cuesta mucho lidiar con la diferencia”, expresa Cayuqueo. “Sucede con los inmigrantes, con los homosexuales, con muchos fenómenos propios de los tiempos actuales que están reclamando un lugar en esta ruca grande llamada Chile y que se sienten incómodos viviendo en esta casa que en 200 años no ha cambiado mucho. En definitiva, el emplazamiento que hace la demanda mapuche es que Chile sea de una vez por todas un país moderno“, indica.

Pedro invita a leer “Esa ruca llamada Chile” como “un espejo el cual los chilenos necesitan mirarse. Un espejo que les va a hablar de su identidad, de su cultura, de su construcción nacional, y de lo que el ciudadano común y corriente esconde bajo la alfombra su origen indígena. Esa morenidad que nos caracteriza, pero que nunca nos preguntamos de dónde viene”, finaliza.

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