Mario Vargas Llosa relata los episodios de su vida con hologramas en su casa museo
Las técnicas audiovisuales más innovadoras dan vida a la narrativa del escritor peruano en un recorrido por las dieciséis salas de la casa de estilo republicano donde vino al mundo, en el centro de Arequipa.
El Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ya tiene en su localidad natal de Arequipa una casa museo donde relata los pasajes más significativos y relevantes de su vida con una serie de hologramas que reproducen al escritor a tamaño real y en una imagen tridimensional.
Allí las técnicas audiovisuales más innovadoras dan vida a la narrativa del escritor peruano en un recorrido por las dieciséis salas de la casa de estilo republicano donde Vargas Llosa vino al mundo, en el centro de Arequipa, y que ahora recrean los lugares más influyentes e inspiradores para el autor.
“Bienvenidos a este museo virtual. En esta casa nací y aquí pasé mi primer año de vida junto a mi madre y mi familia materna. Y aquí está reunida ahora, en una animada síntesis, toda mi trayectoria de escritor”, dice Vargas Llosa en un holograma que recibe a los visitantes, al costado del escritorio de su abuelo Pedro.
A mediados de agosto se abrieron al público las puertas de esta casa que la familia Llosa alquilaba en el Bulevar Parra de la “ciudad blanca”, como se conoce a Arequipa.
“Es una propuesta única en el mundo y totalmente novedosa, que permite al público tener una experiencia más emotiva y vivencial”, explicó el presidente de Iguana Producciones y cuñado del autor, Luis Llosa, quien ha instalado la tecnología holográfica en este espacio.
En un ameno recorrido, el visitante repasa la vida de Vargas Llosa desde su infancia en Cochabamba, Bolivia, hasta su escritorio en el bohemio distrito limeño de Barranco, su buhardilla en París y su paso por Barcelona y Londres, pero todo comienza en la habitación donde nació, sobre cuya cama se ve el holograma de su madre dando a luz.
“Con la magia de los hologramas, el visitante tiene una sensación de magia mayor, pero lo más interesante es que no es un museo póstumo, sino que contamos con la colaboración de Mario Vargas Llosa para corroborar todos los datos de su vida que se presentan”, explicó Luis Llosa.
Al llegar a la sala del “bar del ‘boom'”, un homenaje a la gran generación de autores latinoamericanos coetáneos a Vargas Llosa, se puede ver otro holograma donde el escritor peruano comparte mesa con sus hijos literarios más carismáticos, aquellos personajes más emblemáticos a los que dio vida en sus novelas.
“¿En qué momento se jodió el Perú?”, pregunta Zavalita, de “Conversación en la catedral”, para rememorar la frase más famosa de la novela ante su creador, quien trató de arreglar su país cuando se presentó a la Presidencia.
Por su parte, el cadete Alberto, “el Poeta” de “La ciudad y los Perros”, todavía pide a su autor saber “quién mato al Esclavo”, y en la mesa también aparecen el sargento Lituma, de “La casa verde”, y la niña mala, de “Las travesuras de la niña mala”.
Más allá de los hologramas y la tecnología, el museo exhibe objetos claves en la carrera del autor, como los manuscritos de “Conversación en la catedral”, entre otras obras célebres, y el del discurso que dio en Estocolmo cuando le entregaron el premio Nobel, destacó la administradora de la casa museo, Alejandra Gómez.
“También se está construyendo en la parte trasera de la casa un auditorio que se inaugurará con una obra de teatro de Vargas Llosa, en la que esperamos contar con la presencia del autor”, recordó Gómez.
De momento, la casa museo recibe a visitantes locales en su mayoría, pero próximamente ofrecerá visitas guiadas en inglés y francés, a la espera de que el habitante más célebre que tuvo el número 101 del Bulevar Parra escriba más episodios de su vida que amplíen la muestra biográfica del primer Nobel peruano.