Michel Jorratt, el hombre clave del "Pentagate" que puede golpear duro al mundo político
El director del Servicio de Impuestos Internos, con supervigilancia de La Moneda, tendrá estos días la misión de querellarse contra quienes resulten implicados en la polémica arista política del Caso Penta.
Cuando Michelle Bachelet asumió la Presidencia por segunda vez el 11 de marzo de este año, su principal desafío era aprobar la Reforma Tributaria (RT). Ella -decían- era el pilar para poder avanzar en las restantes reformas y modificaciones legales comprometidas en el Programa de Gobierno, sobre todo en la educacional.
En el grupo encargado de diseñar la RT estuvieron varios cerebros que hoy son parte del aparato estatal: a la cabeza Alberto Arenas, hoy ministro de Hacienda; Alejandro Micco, subsecretario de la misma cartera; Andrea Repetto, vicepresidenta del Consejo Fiscal Asesor de Hacienda, además es directora de Banco Estado; y Óscar Landerretche, presidente ejecutivo de Codelco.
En ese selecto grupo también estuvo Michel Jorratt (46), más desconocido que el resto y colaborador de confianza de Arenas, quien el 12 de marzo asumió como director del Servicio de Impuestos Internos, convertido en un hombre clave que tiene en sus manos la decisión de poner en jaque el financiamiento a la política.
Jorratt por estos días deberá definir si el organismo se querella como parte de la investigación que lleva adelante la Fiscalía Oriente -en manos del fiscal Carlos Gajardo-, en una arista del caso “Fraude al FUT”, que golpeó duramente a varios partidos políticos debido a sospechas de financiamiento irregular de campañas políticas desde la empresa Penta.
Silencio técnico
En general, la visión sobre este ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile es buena y compartida tanto en el oficialismo como en la Alianza. Quienes han trabajado con él, por ejemplo en la comisión de Hacienda de ambas cámaras del Congreso, lo describen como un hombre “tímido, introvertido, pero que trasmite una seriedad y tranquilidad muy grande”, dice el PPD Pepe Auth.
Riguroso, racional, trabajador y metódico son otras características con que distintos parlamentarios detallan la personalidad del director del SII y con quien han trabajado desde que asumió su cargo. ”Sabe mucho y da harta confianza. Formó un muy buen equipo este año y creo que hay confianza generalizada en la Alianza sobre el trabajo que está haciendo”, dice el senador José García-Ruminot (RN).
Su timidez también, explican, se refleja en que ha mantenido un perfil alejado de la prensa y con muy poca -si no nula- figuración pública. De hecho, consultados algunos diputados aseguraron que no lo conocían ni siquiera por nombre -pese a llevar dos décadas trabajando para el Estado-, algo que eventualmente podría costarle más de algún dolor de cabeza.
A Jorratt tampoco se le reconoce militancia en ningún partido, aunque sí ha estado vinculado al mundo concertacionista desde hace casi 20 años. Aún así, el apoyo es transversal entre gobierno y oposición, tanto que Jorratt incluso trabajó algunos años en la administración Piñera. Pasó por distintas áreas al interior del servicio, hasta que en 2007 llegó a la Dirección de Presupuesto (Dipres), donde el mismo Alberto Arenas era director, en el primer gobierno de Bachelet. Allí continuó hasta alojarse en el entonces comando presidencial de la Presidenta.
Los que lo conocen destacan su “gran experiencia técnica” y un profundo conocimiento de cómo funciona el SII, algo que será de gran utilidad de cara a una reformulación al sistema actual, sobre todo tras el eco que generó la millonaria condonación en el caso Johnson’s, bajo la dirección de Julio Pereira, en la administración de Sebastián Piñera.
Hoy, Jorratt se encuentra realizando “profundas” modificaciones al sistema que fiscaliza la recaudación de impuestos para evitar escándalos como el que hoy vive el SII con el caso “Fraude al FUT”, un sistema que conoce muy bien y por el que se ha hecho conocido en una serie de estudios publicados en el Centro de Estudios Públicos (CEP).
La difícil decisión que enfrenta
Jorratt hoy es la piedra angular de lo que puede significar amplificar lo que se conoce de la arista política del fraude impositivo que involucra a la empresa Penta -o “Pentagate”. El ingeniero deberá tomar la decisión de querellarse contra quienes resulten responsables en la investigación que lleva adelante el fiscal Gajardo.
Si bien este no es el primer caso en que ambos trabajan juntos -por ejemplo, hoy el SII lleva adelante la investigación sobre lucro en doce universidades, que inició Gajardo en la Fiscalía Oriente- Jorratt y el fiscal no se conocen.
Gajardo se relacionan a través del abogado Andrés Vio, jefe del departamento de Defensa Jurídica, con bastante cercanía debido a que los casos que investigan en esa unidad de la Fiscalía son dependencia exclusiva del Servicio.
En las manos de Jorratt hoy está no solo una decisión técnica sobre uno de los casos de fraude al Fisco más grandes del último tiempo, sino que tendrá la misión de dar una respuesta política, aunque “supervisada” desde La Moneda, pues las implicancias de un financiamiento irregular en campañas políticas podrían golpear muy fuerte al sistema político en general.
De hecho, de acuerdo a las filtraciones que siguen saliendo desde la Fiscalía, al menos un ministro -que participó en las últimas senatoriales- y tres senadores -dos DC y un PPD- también serían parte de los nombres que maneja Gajardo en su investigación. Golpear en este caso sería también golpear a los suyos.
Este lunes, el Ejecutivo dio un portazo a un acuerdo político para no hacer escalar más este conflicto, idea que nació desde la UDI en una reunión que lideró el presidente del gremialismo, el diputado Ernesto Silva. En esa línea, el vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, aseguró que “es necesario que el Ministerio Público haga su trabajo sin presiones de ninguna naturaleza”. Y agregó que no se debe “confundir el financiamiento realizado en el marco de la ley a las campañas con el financiamiento realizado de forma ilegal“.
La coordinación con La Moneda está hoy en su punto máximo en esta materia y por estos días debería materializarse la querella, siendo la primera prueba política -y de lealtad- de Jorratt. Al menos así lo entienden algunos al interior del oficialismo.
La primera parte ya la cumplió: en agosto el SII se querelló por delito tributario contra los socios de Penta –Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano- por eventual incumplimiento de la normativa, una denuncia que nunca realizó su antecesor en el cargo, Julio Pereira, cuando en 2010 el Servicio descubrió este tipo de irregularidades.
Pero la prueba de fuego será la supuesta utilización indebida de boletas de honorarios falsas y otros mecanismos hasta ahora desconocidos para hacer llegar a candidatos y partidos políticos en las pasadas elecciones parlamentarias, donde varios heridos pueden quedar en el camino.