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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

AVP y las oportunidades que trae a las empresas

La aprobación del AVP es una herramienta que las empresas deben recibir y adaptar a su cultura organizacional, de forma que se transforme en una señal de ruta que nos permita ir visualizando la sociedad a la que aspiramos; una red social en la que todos tienen espacio.

Por Ignacio Larraechea
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Ignacio Larraechea es Gerente General de ACCIÓN. Economista de la Universidad de Chile y Doctor en Ciencias Sociales del Trabajo por la Universidad de Lovaina. Desempeñó varios cargos en el sector público, entre ellos, Director Nacional del Sence. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Central de Chile. Es miembro del grupo de Desarrollo de la Fundación Desafío desde su creación hace 14 años.

Hace unas semanas, luego de cuatro años de discusión, finalmente el Senado aprobó el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), instancia legal que regulará los derechos civiles y económicos de parejas heterosexuales y de orientación LGTBI.

Según datos del Movilh, en Chile más de 2 millones de personas viven con una persona de igual o distinto sexo. No es una cifra menor, si consideramos que representan el 31% del total de las uniones del país.

Pero hasta la fecha carecen de la posibilidad de regular su régimen patrimonial, de salud, previsión y herencias, aspectos de muchísima importancia en la calidad de vida de las personas y, por ende, en la conformación de su espacio social.

Por otro lado, en nuestro país existe una amplia oferta en la prestación de servicios para estas necesidades en las que participan instituciones y empresas tanto del sector público como el privado y, sin duda, el AVP abrirá un amplio abanico de oportunidades para dirigirse a aquellos públicos que hasta ahora no eran visibilizados como clientes o usuarios.

Por tanto, son numerosos y variados los desafíos que el AVP plantea al mundo empresarial, ya sea en su calidad de proveedor de productos y servicios como de empleador.

Desde el primer punto, se abre un mundo de oportunidades comerciales para bancos, aseguradoras, hospitales, clínicas, isapres, y otras instituciones que tengan la visión de hacer de la diversidad un valor social.

En cuanto al empleador, las organizaciones deberán crear las condiciones para que los colaboradores de orientación LGBTI puedan sentir la tranquilidad de que pueden dar a conocer su vida afectiva, y así también acceder a los mismos derechos que tienen sus pares heterosexuales.

Desde ACCIÓN nos encontramos abordando este último punto a través del programa +Diversidad, en el que ya participan 23 empresas. El objetivo es lograr contribuir a la generación de prácticas empresariales que promuevan un mercado laboral inclusivo, integrado y meritocrático, sobre la base del valor de la diversidad.

Es por esto que la aprobación del AVP es una herramienta que las empresas deben recibir y adaptar a su cultura organizacional, de forma que se transforme en un signo, en una señal de ruta que nos permita ir visualizando la sociedad a la que aspiramos; una red social en la que todos tienen espacio y no a pesar de nuestras diferencias sino que gracias a ellas.

En ACCIÓN, comunidad de empresas comprometidas con el Desarrollo Sostenible, tenemos plena convicción de que la integración total de la diversidad acompañada del reconocimiento de los derechos civiles de grupos que por mucho tiempo han estado al margen de las prioridades públicas, privadas y sociales, traerá beneficios y oportunidades que se traducen en un ganar-ganar sin retorno para nuestra sociedad.

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