Los convulsionados días de los principales medios de comunicación del país

El jueves a medianoche, los trabajadores de Mega iniciaron una huelga legal luego de 24 años sin negociaciones sindicales con el canal de televisión propiedad del Grupo Bethia, perteneciente a la familia Heller-Solari. En total son 520 trabajadores sindicalizados -el 80% de la planta total-, los que componen los distintos departamentos dentro del canal, incluyendo el área dramática y prensa.

Meses atrás, el sindicato logró que los ejecutivos de la estación cedieran a otras demandas, como viáticos para los viajes en Chile y fuera del país, así como bonos por nacimiento de hijos o matrimonios, pero rechazaron varias otras: un aumento de sueldo de 100 mil pesos y un incremento en los días de vacaciones a 20 días hábiles (en otros canales es de 25 ó 30), teniendo en cuenta que no se pagan horas extras ni los fines de semana trabajados.

Hoy se cumplió la primera jornada de paro, que de extenderse podría ser crítica. El canal está trabajando con un 20% de los equipos y no hay suficiente material grabado para mantener la pantalla activa. De hecho, la nueva teleserie “Pitucas sin lucas” solo tiene preparados ocho capítulos y este viernes saldrá el quinto al aire.

“Los trabajadores siempre estamos recibiendo las migajas. Hoy invierten en rostros, en jefaturas con sueldos millonarios, pero no invierten en los trabajadores y nosotros queremos que de la misma forma que ellos ponen plata para otras cosas, también lo hagan con su gente que son los que hacen la pega más dura día a día”, dijo Cristhián Torres, presidente del Sindicato de Trabajadores de Mega.

En esa misma línea, y para evitar que rostros no puedan ingresar al canal en las mañanas debido a que los trabajadores han bloqueado los accesos por varias horas, el canal dispuso dos casas rodantes en los patios del canal para que los conductores de noticias y matinal puedan pernoctar y no quedarse fuera de pantalla. Una de ellas es la periodista Catalina Edwards.

La solicitud de aumento de sueldo de los trabajadores no es casual, sino que aparece en un contexto en que el controlador de la estación espera utilidades históricas tras una reorganización corporativa, cambio de línea editorial y un incremento den ingresos publicitarios. Las ganancias podrían superar los 18.000 millones para este año, es decir, 3,5 veces mayor a lo logrado en 2013.

Sin embargo, esas grandes utilidades no llegan a los trabajadores, explican trabajadores del canal, y al contrario se les exige más. El escenario se repite continuamente en toda la industria de los medios de comunicación y hoy, probablemente, están en su momento más crítico: varios medios evalúan cerrar sus puertas, otros están en proceso de cierre y existen otros que simplemente redujeron sus plantas de trabajadores al mínimo para continuar funcionando.

TERRA CHILE

Uno de los que se redujo casi por completo fue el portal de noticias Terra Chile. El rumor corrió por semanas hasta que desde la casa matriz de ubicada en Brasil decidieron realizar una fuerte reestructuración que incluyó dejar solamente a tres periodistas en nuestro país, encargados de actualizar y adaptar noticias generadas por las filiales de Terra en otros países y dirigido directamente desde México.

En septiembre, casi 50 trabajadores -entre periodistas y trabajadores del área de finanzas- debieron despedirse para siempre el sitio. La ex directora del portal de noticias, Ximena Torres Cautivo, explica que ha habido una “canibalización” de la publicidad a nivel mundial por parte de grandes empresas como Google y Youtube, que ha mermado la posibilidad de los medios digitales de generar sus propios ingresos publicitarios.

“El clic de publicidades como las de Google es muy barato lograrlo incluso en blogs pequeños, entonces los avisadores prefieren escogerlos como una estrategia comercial. Se privilegia la presencia masiva y no el posicionamiento de marca hoy. La publicidad que sostenía Terra se fue perdiendo de a poco”, explica la periodista.

GRUPO COPESA

Aunque en menor medida, Grupo Copesa -holding empresarial que reúne a los diarios La Tercera, La Cuarta, La Hora, revista Qué Pasa y varias radios- ha vivido una situación similar desde hace un año, tras un cambio en el equipo ejecutivo. La decisión fue cerrar algunos espacios comerciales y reducir la planta de trabajadores en un tercio.

Según la información que ha trascendido desde la empresa, los próximos meses continuarían los cambios en la estructura y modalidad de trabajo en busca de reducir los costos y enfocarse solamente en los medios, y no las empresas satélites que forman Copesa. En esa línea, buscarían fusionar la fórmula de trabajo de LaTercera.com con el diario en papel -que hoy funcionan por separado-, para reducir gastos.

Este jueves, el sindicato envió un comunicado a sus trabajadores para tranquilizar el ambiente de inestabilidad y asegurar que no existen informaciones oficiales sobre posibles despidos, recalcando que toda la información que circula es en base a rumores. “Hace un tiempo ya venimos trabajando junto a nuestros asesores legales, con el fin de analizar y prepararnos para los diversos escenarios que pueden suscitarse. Sabemos que la inestabilidad ha sido creciente en Copesa y, por lo mismo, esperamos afrontar unidos cualquier cambio que se intente realizar en la organización de la empresa”, señalaron.

UPI CHILE

Puede sonar desconocida para algunos, pero UPI es una agencia de noticias con presencia en nuestro país desde 1936 y que todos los medios de comunicación tienen contratados para el servicio de texto, fotografías y de actividades públicas. También lo usan muchos privados y organismo públicos.

Sin embargo, semanas atrás se comenzó a hablar de su cierre por problemas financieros en una “política de ajustes” de la casa matriz ubicada en Washington DC, Estados Unidos, que comenzó hace 2 años. Oficialmente, terminarán sus funciones el 31 de octubre próximo, terminando los contratos de 25 periodistas y reporteros gráficos que hoy mantiene la agencia en nuestro país.

En lo concreto, UPI Internacional decidió cerrar su filial en Chile, pero -según fuentes conocedoras del proceso- el mismo equipo estaría interesado en continuar entregando los mismo servicios en un proyecto similar, aunque sin nombre por ahora.

CANAL 13

Desde la llegada de Cristián Boffill como director del departamento de Prensa de Canal 13 hace un año -que días atrás asumió como director ejecutivo de la estación del Grupo Luksic- al menos 60 personas han sido desvinculadas o han decidido presentar su renuncia ante los cambios propuestos por la dirección.

Las críticas al interior de la ex estación católica apuntan a la serie de reformulaciones de equipos, malos resultados y malas condiciones laborales, que incluye bajos sueldos (algunos parten en los 250 mil pesos) y extensos horarios de trabajo que superan las 15 horas al día en muchos casos.

LAS RADIOS

En las radios informativas sucede algo similar, aunque más cuestionado desde todos los sectores, en particular con las tres más grandes: Bío Bío, Cooperativa y ADN Radio Chile. Las condiciones laborales son las más débiles de la industria: extensos horarios de trabajo sin pago de horas extras, turnos los fines de semana sin ser pagados y alta rotación de equipos editoriales.

Otro cuestionamiento es la “persecución” a los sindicatos creados por sus trabajadores. Si bien hoy han logrado establecerse en algunas de las radios, los trabajadores critican que son “acosados” cuando son parte de los sindicatos, viven con temores de ser desvinculados y ha sido casi imposible lograr negociaciones efectivas.

Esta semana, de hecho, un dirigente sindical de ADN Radio Chile fue despedido bajo esa misma lógica, hecho que fue criticado también desde el mundo político.

El futuro

Los expertos coinciden en que éste ha sido el peor año para los medios de comunicación, debido a que los problemas económicos internacionales donde “las primeras víctimas son los medios”. Eduardo Arriagada, analista de medios de comunicación y profesor de la Universidad Católica, la publicidad fue como una “panacea en el siglo pasado que fue la manera más fácil de vender, pero es algo que hoy cambió rotundamente”.

El análisis de Arriagada es que los medios continuarán en crisis “sin vuelta atrás” y los equipos seguirán achicándose, porque hoy existen otras fórmulas de las empresas para vender: redes sociales y un renovado “boca a boca”. El financiamiento con que hoy sobreviven los medios estaría cada día más en cuestionamiento y con un futuro complejo.

“Hoy la única solución es que las marcas sean capaces de cobrar al lector, pero no solo por contenido sino que por la experiencia”, concluye.