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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Lo único “clásico” es la paternidad de Colo Colo

"Los del chuncho se van una vez más con el rabo entre las piernas y masticando la frustración de haber perdido el invicto del torneo ni más ni menos que en el reducto de Pedrero".

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Rodrigo Torres es Periodista, músico, documentalista, docente y community manager, realizador de la saga "Ejemplo de Valor", representante de Colo-Colo en el programa Show de Goles.

Se ratifica lo que he venido mencionando varias fechas atrás. De superclásico tiene el nombre, la forma y el peso de los clubes más populares del país, pero de equilibrio, estadísticamente hablando, nada.

Lo que se vivió en el Monumental la tarde del domingo es lo que se repite en Macul: una U temerosa, nerviosa y respetando en demasía al local. Colo Colo, por su parte, cauteloso y sabiendo que la localía en la Ruca se respeta.

Creer que el resultado hubiese sido distinto si ambos terminaban con 11, es no tener idea de que se trata este deporte. Aquí se notó la estrategia: los de Héctor Tapia armaron un eficiente 4-2-1-3 y con las herramientas necesarias para contrarrestar el mezquino 4-3-3 que presentó la U de Lasarte, cuadro que llegaba en calidad de puntero invicto y con una mochila histórica digna de analizar: el último triunfo azul como visita fue hace trece años, por allá por 2001.

Lasarte aseguró que el encuentro fue parejo durante algunos pasajes del primer tiempo. ¿Sabrá el técnico azul que su equipo llegó una vez con peligro en los 90 minutos? El dominio fue albo, de principio a fin. Un primer tiempo donde Colo Colo se atrevió y que sirvió de soporte para construir una hegemonía durante todo el encuentro. 

La visita tuvo llegadas esporádicas pero sin suerte, un Patricio Rubio que tenía más ganas que instrucciones claras y un Gustavo Canales que no solo quedó en deuda, sino que con la sensación de que no está para partidos importantes, como su fama lo dice.

Colo Colo hizo un partido correcto, ordenado, tratando de disimular las ansias que habían para marcar pronto, recurriendo a la eficacia de Valdés y de Vecchio, pero también a balones profundos buscando a Paredes, Flores y Delgado. Tapia transmitía calma, discutía cada pitazo del árbitro y daba las instrucciones necesarias para que el Cacique abriera el marcador.

Y aquí la diferencia entre ambas instituciones: mientras Esteban Paredes, referente del albo, iniciaba el triunfo con un golazo, los hombres “de peso” de la U se hacían expulsar tontamente, como buscando un escape fácil a la humillación que se venía. ¿Podrá la visita olvidar la lluvia de “óles” que caían desde la galería?

Colo Colo eleva la diferencia en este clásico tan desigual a 30 triunfos y en 2015 estaremos hablando de 14 años sin triunfos universitarios en el Monumental.

Los del chuncho, en tanto, se van una vez más con el rabo entre las piernas y masticando la frustración de haber perdido el invicto del torneo ni más ni menos que en el reducto de Pedrero, donde campeón hay uno solo. Clásico.

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