“Vencer”, la izquierda disidente que disputa la presidencia de la Fech

Este 3 y 4 de noviembre se juega quién tomará el mando de la FECh, una de las federaciones más importantes de Chile, ya que marca el rumbo del movimiento estudiantil, e incluso de la agenda política nacional. Se juega, además, la posibilidad de que triunfe ese espíritu luchador que remeció a todas las regiones del país; aquel año 2011 que hizo temblar a los empresarios de la educación, bajo el grito de educación gratuita ahora.

Hasta ahora, la gran dificultad que hemos tenido como movimiento estudiantil, ha sido la conducción de nuestra federación que ha estado subordinada al gobierno, rogando una negociación, y no dando cuenta que nuestra fuerza no yace en las cuatro paredes del Ministerio de Educación o al interior del Congreso nacional; si no en la unidad que podamos forjar como movimiento movilizado.

Somos miles quienes hemos buscado este camino, muy diferente al que nos han planteado las organizaciones que han dirigido el CONFECH este año como Izquierda Autónoma, el Frente de Estudiantes Libertarios o la UNE (hoy lista “Somos Fuerza”). Mientras ellos apostaban por la negociación con el gobierno, a la vez que convocaron a sólo tres marchas en todo el año, la derecha se fortaleció en la calle, sacando a marchar a apoderados y sostenedores de colegios con el fin de reponer al lucro como una actividad legítima y no como un abuso.

Nosotros en cambio, preferimos apuntar al camino de la organización de los estudiantes, siendo fuertes impulsores del Congreso por la Educación de los Pueblos, realizado con el propósito de discutir qué educación queremos y cómo enfrentaremos en las calles a todos los que quieren perpetuar la educación de mercado que tantos sueños y anhelos ha destruido.

Lo que necesitamos es una izquierda consecuente y feminista en la FECh, y un movimiento estudiantil ofensivo.

Decenas de estudiantes de la Universidad de Chile, nos organizamos para levantar una izquierda consecuente que dispute la federación con el objetivo de entregarle la voz y el mando a las bases estudiantiles. Nuestro desafío tiene que ser organizarnos para ganar una educación gratuita para todos, financiada 100% por aportes basales directos a las universidades del Estado, y sin subsidio a los privados; por el cogobierno universitario, el acceso irrestricto a la universidad; por el fin al subcontrato y el paso a planta de todos los trabajadores.

Sin embargo, nuestras universidades no podrán estar totalmente abiertas para todos si es que no vemos la importancia de acabar con el machismo y la discriminación de género alojados en nuestras aulas, y espacios educacionales. El primer paso ya lo dimos, convocando al Congreso por una Educación No Sexista, con el fin de repensar nuestra educación; avanzando hacia una real libertad de aprendizaje, donde la Iglesia no nos diga cómo debemos cuidar nuestros cuerpos y qué pensar sobre ellos, pues son nuestros, y nosotros decidimos ante ellos.

Nuestra Federación debe plantearse también estos desafíos, exigir un aborto libre, seguro, legal y gratuito; acceso a educación sexual, métodos anticonceptivos, salas cunas y jardines infantiles para todos aquellos jóvenes y trabajadores que tienen hijos. Para que educarse no sea un obstáculo, no sea un privilegio, sino que realmente un derecho garantizado para todos.