Compañía chilena presenta obra con actores y público totalmente desnudos
"Desnudos al natural", adaptación de la ópera prima del Dramaturgo venezolano José Vicente Díaz Rojas, relata la historia de dos hermanos que, tras un tiempo de distanciamiento, se reencuentran para decidir el futuro de una particular herencia: una playa nudista.
Abandonar la ropa y los tabúes en la puerta del teatro es la condición que tendrán que acatar los espectadores que acudan este jueves a la presentación de “Desnudos al Natural” en Santiago, la primera obra de teatro chilena en la que actores y público se desnudan por completo.
“En Chile el desnudo es un tabú, por lo que esta obra es una excusa para debatir y hablar sobre la cuestión”, afirmó el director de la obra, Cristian Sanhueza, quien, seis meses después de su estreno, vuelve a llevar la comedia al Teatro la Olla.
A diferencia de las representaciones del invierno pasado, cuando se estrenó en la sala Teatro la Olla, en esta ocasión el desnudo de todos los asistentes es un requisito obligatorio de entrada.
“Desnudos al natural”, adaptación de la ópera prima del Dramaturgo venezolano José Vicente Díaz Rojas, relata la historia de dos hermanos que, tras un tiempo de distanciamiento, se reencuentran para decidir el futuro de una particular herencia: una playa nudista.
“Es muy interesante ver el cambio de comportamiento de los asistentes al despojarse de la ropa” explicó Sanhueza que aseguró que una vez desnudos, los espectadores abandonan su timidez y empiezan a hablar los unos con los otros.
“Se nota que la gente tiene ansias por desnudarse” comentó otra de las actrices principales, Celeste Fernández, quien calificó de “fiesta” el ambiente que se vivió en las sesiones de los días jueves el pasado marzo, en las que se requería al público que se desnudara; los demás días de la semana no era obligatorio desvestirse.
A parte de conseguir una mayor empatía con la historia que se está relatando, el desnudo del público convierte la obra en una experiencia comunitaria de liberación, abandono del pudor y de los prejuicios, según Sanhueza.