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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Aborto terapéutico: Llegó la hora

La clave es la educación. Si queremos evitar el embarazo adolescente, el camino es la educación, no la prohibición. No porque legislemos para permitir el aborto en estas causales tan extremas, las niñas comenzarán a embarazarse. El aborto no es grato para ninguna mujer, nadie sale felíz después de practicarse uno. Debemos evitar las caricaturas en este debate.

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Karla Rubilar es Diputada Amplitud. Representa a las comunas de Conchalí, Huechuraba y Renca.

Cada cierto tiempo, se reabre en Chile el debate sobre el aborto terapéutico. Esta vez, fue tras conocer el dramático caso de una niña de 13 años, que está embarazada producto de una violación y además, se ve obligada a llevar a termino un proceso que finalizará, según los pronósticos médicos, en la muerte del bebe. Por lo mismo, se encuentra internada en Peñalolén, a la espera del desenlace.

Este es un caso dramático, pero el mayor drama, a mi juicio, es que Chile no ha sido capaz, como sociedad, de abordar el tema con altura de miras.

Los embarazos en niñas que han sido abusadas no son tan comunes como pensamos (partamos de la base que quedar embarazada en una situación de stress como lo es una violación, es a lo menos poco frecuente). Por lo general, los abusadores son personas de la familia, que llevan años haciéndolo, y que están en un entorno donde no se les denuncia. Aquí, el problema es cultural. Y tampoco será resuelto por el uso de la píldora del día después, porque las menores guardan silencio, llegando incluso a sentirse cómplices o culpables de la situación.

En el caso de inviabilidad fetal, la interrupción del embarazo en Chile ya existe. Y como casi todo en nuestra sociedad, lleva adjunto el doble estándar de decir por un lado que es un “aborto”, pero “terapéutico”, los que no tiene justificación, al menos, semántica.

El pasado 21 de Mayo, durante su Mensaje, la Presidenta Michelle Bachelet anunció que durante su gobierno se legislará para permitir el aborto en casos de violación, inviabilidad fetal y riesgo de vida de la madre.

En Amplitud estamos de acuerdo con debatir esta propuesta del Ejecutivo, pero también creemos que más allá de eso, es necesario abrir el debate y conversar las cosas tal como son. Ya basta de excusas, o de sacar casos emblemáticos debajo de una alfombra y hacer ruido mediático, para que se avance en determinadas discusiones.

La libertad es clave para que todas las personas hagan con su vida lo que quieren, y no lo que determinado modelo les ordena porque “es lo que está bien”.

La clave es la educación. Si queremos evitar el embarazo adolescente, el camino es la educación, no la prohibición. No porque legislemos para permitir el aborto en estas causales tan extremas, las niñas comenzarán a embarazarse. El aborto no es grato para ninguna mujer, nadie sale felíz después de practicarse uno. Debemos evitar las caricaturas en este debate.

Sinceridad y verdad son las claves para enfrentar un debate como este, que sabemos no es fácil. Pero con la misma certeza, confiamos que Chile está preparado para manejarlo, pero lejos del show, de la estrategia político-comunicacional y de las frases para la galería.

¿Por qué? Porque son este tipo de cosas las que alejan radicalmente a la gente de la política, al ver que sus autoridades no están conectados con ellos, sino sólo reaccionando a la agenda de moda.

El país está maduro para conversar, podemos dar el paso, y los que están en el Gobierno tienen la palabra. Llegó la hora. Se acabaron las excusas.

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