ONGs acusan que informe de MAPS Chile deja fuera sus planteamientos
Además, apuntan las organizaciones, el reporte omite las más recientes evidencias científicas referidas a la generación de gases de efecto invernadero por las represas.
Una notable contradicción con las últimas investigaciones en torno al efecto de los grandes embalses en el cambio climático y los planteamientos de la sociedad civil a nivel nacional y global sobre las represas, fue uno de los resultados de la presentación de la segunda fase del proyecto MAPS Chile (“Mitigation, Actions Plans and Scenarios”, en español “Mitigación, Planes de Acción y Escenarios”), programa del Estado que busca “estudiar y entregar las mejores opciones que tiene el país para la mitigación de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI)”.
En un informe entregado el jueves 30 de octubre, la entidad planteó una serie de recomendaciones para mitigar el aporte del país al cambio climático, entre las cuales se incluyen, entre otras medidas, el desarrollo de grandes proyectos hidroeléctricos en la región de Aysén. Bajo la figura de “Expansión Hidroeléctrica en Aysén”, MAPS Chile propone “evaluar el impacto en reducción de emisiones de GEI que tiene el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos de esta zona”.
Consultado al respecto, el ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier señaló que “estos recursos (en Aysén) deben ser parte de una estrategia nacional de mitigación”. Palabras que avanzan un poco más allá de la “evaluación” adentrándose incluso en la “ejecución”, cuando aún está en debate una eventual priorización de cuencas por parte del ministerio de Energía.
Tal propuesta ha causado preocupación en las organizaciones de la sociedad civil, más aún considerando que el informe no incorpora los planteamientos de la ciudadanía a nivel nacional y global sobre los impactos de los embalses en el cambio climático, así como las últimas evidencias científicas.
Carta en Nueva York
Durante la Cumbre sobre el Clima realizada el 23 de septiembre en la sede de la ONU en Nueva York, 57 organizaciones y coaliciones de América Latina (entre ellas Chile Sustentable y la ONG Fiscalía del Medio Ambiente) entregaron una carta donde insistieron en que las grandes represas “no son energía limpia” y exigieron “a los gobiernos, organismos internacionales y entidades financieras implementar verdaderas soluciones de cambio climático”.
Junto con reseñar los impactos sociales y ambientales de los grandes embalses, recordaron que “la evidencia científica ha demostrado que las grandes represas producen emisiones de gases de efecto invernadero que agravan el cambio climático, especialmente en regiones tropicales donde las represas emiten cuantiosas cantidades de metano, y dificultan la adaptación al mismo”.
A esto se agrega que estas infraestructuras “no son flexibles para soportar los cambios del clima. Al contrario, son ineficientes ante sequías e inseguras frente a inundaciones, aumentando riesgos de desastres. Más aún, ponen en riesgo todo el sistema hídrico al servicio de las comunidades, destruyen ecosistemas claves y pesquerías, lo que compromete la posibilidad de adaptación de las comunidades”.
Finalmente, apuntan a evidencia que afirma que las grandes represas en general cuestan casi el doble de lo presupuestado, causando estragos económicos en los países donde se implementan y que, además, tardan tanto en ser operativas que resultan ineficientes para resolver crisis energéticas urgentes.
Ante esto las organizaciones propusieron que “aprendamos de las lecciones del pasado y dejemos de considerar las grandes represas como energía limpia dando oportunidad a alternativas verdaderamente sustentables. Además, ya es hora que en la planeación de nuevas represas se considere la evidencia científica sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo el metano generado por embalses y la inestabilidad que el cambio climático genera en el régimen hidrológico y en las posibilidades de adaptación en general”. Esto último es especialmente relevante tomando en cuenta que Chile ha sido calificado como altamente vulnerable por el mismo IPCC.
Evidencia científica
Estos planteamientos son coherentes con el reciente artículo del portal especializado www.climatecentral.org, bajo el título “La hidroenergía podría ser una gran fuente de emisiones de metano”. En este el periodista científico Bobby Magill afirma que “frecuentemente se piensa que los embalses y las centrales hidroeléctricas son tecnologías amigables en términos climáticos porque no usan combustibles fósiles para producir electricidad. Pero ¿que pasaría si los embalses estuvieran entre los más grandes generadores de GEI?”.
Consignando que al día de hoy se pensaba que hasta un 20 % del metano de origen antrópico era generado desde la superficie de los embalses, “nuevas investigaciones sugieren que el cálculo podría ser mucho mayor al 20 %, pero esto no está tan claro debido a los escasos datos disponibles para hacer una estimación”. Tal es una pregunta esencial, considerando que el metano es 35 veces más potente como GEI que el CO2.
Es así que “en un estudio de 2012, investigadores de Singapur descubrieron que a nivel global la emisión de GEI desde embalses eléctricos es probablemente mayor a lo previamente estimado, advirtiendo que ‘el desarrollo acelerado de hidroeléctricas y el aumento en las emisiones desde los embalses a la atmósfera no debiera ser minimizado’”
Más aún, aunque hasta ahora se ha pensado que la mayor generación de metano se produce en climas tropicales, un estudio en el lago Harsha de Estados Unidos (clima frío) comprobó que cuando se trata de suelos agrícolas la emisión aumenta producto de la descomposición de la materia orgánica depositada en el suelo. De acuerdo a este hallazgo, las emisiones en todos los climas podrían haber sido subestimadas. Esto es relevante considerando que en la región de Aysén la ganadería ha sido por décadas una de las actividades principales.
Son estos los aspectos que preocupan a las organizaciones de la sociedad civil chilenas y a la comunidad de Aysén, que se han puesto en alerta ante lo que se considera una propuesta poco integrada respecto de las alternativas de solución al cambio climático. Algo que harán saber en los distintos foros e instancias en que participen.