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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Ballenas y redes de pesca, una combinación letal

A pesar de los esfuerzos realizados, el caso de la ballena franca austral enmallada en redes de pesca evidencia que nuevas y crecientes amenazas ponen en grave peligro la supervivencia de esta icónica especie en las aguas de nuestro país.

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Elsa Cabrera es Directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea. Coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas y observadora ante la CBI desde 2001.

Para una población estimada en sólo 50 individuos maduros, cualquier pérdida es una enorme tragedia pues amenaza gravemente su capacidad de recuperarse y sobrevivir en el tiempo. Este podría ser el caso de la ballena franca austral que fue reportada, enredada en sogas y aparejos de pesca, frente a Pichilemu el pasado 17 de octubre.

Cuesta creer que hace menos de doscientos años, las costas de nuestro país destacaban por la abundancia de ballenas francas austral. Los legendarios relatos del Capitán Cook sobre el número y prodigioso tamaño de las ballenas en el Pacífico sudeste despertaron la codicia de balleneros ingleses, norteamericanos y franceses, que vieron en las aguas de nuestro país un nuevo botín tras devastar las poblaciones de ballenas franca del norte.

Para 1850 la población de ballena franca austral del Pacifico sudeste ya había colapsado bajo los arpones de flotas balleneras foráneas, y desde entonces no muestra ningún signo de recuperación. Por esto último en 2008 la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificó a esta población En Peligro Critico.

Hoy, las ballenas franca austral del Pacífico sudeste cuentan con medidas de protección especiales en Chile y su recuperación a largo plazo forma parte de un compromiso internacional que fue impulsado por nuestro país y concretado bajo el Plan de Conservación y Manejo del Comité de Conservación de la Comisión Ballenera Internacional.

La rápida respuesta de la Armada de Chile y Sernapesca para intentar localizar a la ballena franca enredada en aparejos de pesca, es uno de varios ejemplos que el país ha implementado durante los últimos años para garantizar máxima protección a cada individuo avistado. Todo con el objetivo de facilitar la recuperación a largo plazo de esta especie en el Pacífico sudeste.

A pesar de los esfuerzos realizados, el caso de la ballena franca austral enmallada evidencia que nuevas y crecientes amenazas ponen en grave peligro la supervivencia de esta icónica especie en las aguas de nuestro país. Las redes y aparejos de la industria pesquera cobran anualmente la vida de cientos de miles de ballenas y delfines que accidentalmente quedan atrapados en ellos. Muchos mueren ahogados pero otros quedan parcialmente enredados en sogas, redes y trampas que les impiden movilizarse, bucear e incluso alimentarse. Aunque algunos afortunados logran sobrevivir, los que no lo hacen suelen sufrir una lenta y dolorosa agonía que puede extenderse incluso hasta después de haber sido liberada de las redes.

La incertidumbre sobre el futuro de la ballena franca austral enmallada en la zona central del país es un llamado de atención para actuar cuanto antes en el desarrollo e implementación de medidas que eviten este tipo de impactos negativos. La CBI reconoce el peligro que representa el enmallamiento en redes y desde 2011 cuenta con un programa internacional para crear una red de respuesta global ante eventos como la ballena franca austral enmallada en Pichilemu. Miembros del programa tuvieron una activa participación durante los esfuerzos de búsqueda realizados para localizarla. Sin embargo la prevención continúa siendo la única solución efectiva ante esta creciente amenaza por lo que debemos unir esfuerzos para avanzar en esta materia.

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