El dulce y agraz de la construcción del proyecto Factoría Italia
Con varios reparos de los vecinos, como la preocupación por la mitigación del caos vial, en un mes comenzará la primera etapa del proyecto que contemplará la construcción de los estacionamientos subterráneos. Los vecinos más amigables llaman al consenso con algunas sugerencias en la edificación, pero también están sus detractores.
El mega proyecto ‘Factoría Italia’ tiene divididos a los vecinos del otrora apacible y tradicional barrio capitalino. En el lugar, donde proliferaron cafés, locales nocturnos, mueblerías y un comando presidencial, se iniciarán obras de construcción para un gigantesco subterráneo comercial, centenares de estacionamientos y dos edificios nuevos, uno de los cuáles será un hotel boutique.
La nueva construcción pretende transformarse en un exclusivo lugar de reunión, aprovechando el espacio que ocupaba una antigua fábrica y levantará en el plazo de cuatro años un centro cultural, restaurantes, oficinas y un mercado gourmet que bordearán la plaza ubicada en el corazón del Barrio Italia.
Las instalaciones fueron compradas por Jack Arama en el 2011 y ahora, tres años después, comenzará la construcción del subterráneo de seis pisos que incluirá 415 estacionamientos. En el primer y segundo subterráneo se proyecta inaugurar un espacio que ocuparán oficinas dedicadas a la innovación en una fase de construcción que se extenderá por dos años.
Luego partiría la segunda etapa del proyecto que contempla la construcción de una parte de la plaza y la tercera donde se levantarán dos edificios nuevos, incluyendo el hotel boutique.“Estamos en pleno proceso de licitación que debiera quedar listo en febrero. A Fines de marzo partirá la primera etapa de la construcción, ya hay un contrato con la empresa que pondrá unas bodegas residenciales para arriendo”, comenta el empresario Jack Arama.
“Ahora comenzará la primera etapa de excavación, donde va a desaparecer una parte de lo que ya existe que es el restaurant ‘La jardín`’-que se van en febrero- y lo que está ocupando ‘Mil metros cuadrados’, para hacer comenzar a construir los subterráneos”, agrega Arama.
La molestia de los vecinos y el triste recuerdo del Club Miel
Mauricio Guerrero, quién vive cerca de la calle Luis Montaner y es integrante de la junta de vecinos número seis, dice que “no todo ha sido miel sobre hojuelas” en las reuniones con los creadores del proyecto. Explica que uno de los puntos de desencuentro se basa principalmente en la mitigación del ruido y la destrucción de algunos jardines. “Las molestias tienen que ver con la contaminación acústica que proviene de los lugares que están subarrendados, entonces nunca hay un responsable cuando vas a pedir explicaciones a las cuatro o a las cinco de la mañana a esos lugares”, reclama.
Para Guerrero, quien asesora legalmente a los vecinos, comenta que otra de las preocupaciones puntuales es el hotel boutique que se construirá en la calle Luis Montaner, pues esta es una vía muy pequeña que históricamente ha tenido problemas de tránsito. Las dudas de los vecinos radican en interrogantes que quedan en el aire. “¿Por dónde entrarán los camiones de obra? Aún hay muchas cosas que no conocemos y últimamente todo lo que sabemos es a través de la información que aparece en la prensa, sentimos que hay una omisión respecto quienes somos los vecinos”, se pregunta y se responde Guerrero.
Los vecinos de la calle Luis Montaner dicen que aún no se recuperan de la instalación en el sector del Club Miel, la discoteca que se instaló a un costado de Factoría y que para los vecinos significó problemas de tránsito y de desórdenes públicos. Según los vecinos no había sábado que no terminaran en gritos, peleas, suciedad y veredas con hedor a orina. Sienten que no salen de un problema cuando ya entran en otro. “Imagínese el ruido de camiones y taladros por más de cuatro años, sumado al aumento de tránsito”, enfatiza con desanimo el dirigente vecinal.
Por su parte, el empresario Jack Arama insiste en que él está consciente de lo que plantean los vecinos y que por eso han tenido reuniones con ellos. También asegura que el proyecto fue presentado dentro de la misma Factoría de forma abierta a la comunidad.
A su juicio, el objetivo de este proyecto es llegar a ser un lugar accesible para la comunidad. “Tuve conocimiento de que se estaban realizando eventos masivos y a mi manera de ver, los reclamos son bastantes validos. La Factoría, en el estado actual, no cumple con los requisitos para hacer eventos tan grandes fundamentalmente porque no tiene estacionamientos adecuados para recibir grandes cantidades de personas. El segundo problema era el tema de los ruidos molestos y se llegó a la determinación de no hacer más eventos masivos, la Feria Más deco ya no se hace ahí, nosotros queremos que sea un proyecto amigable, no invasivo, que tenga una plaza pública y que sea una conexión”, comenta.
Sin embargo, a pesar de esta declaración de buenas intenciones, persisten los miedos en los habitantes del sector pues aún no confían en de la planificación la constructora.
Vinka Ulloa, encargada de comunicaciones de la Junta de vecinos, comenta que ellos solicitarán nuevamente la revisión de los planos para saber si están los cambios que ya fueron acordados, como por ejemplo en vez de poner un espejo de agua, ellos pidieron que se instalaran más áreas verdes para que los niños del vecindario puedan jugar, a lo que Arama accedió.
Aclara que los vecinos aún consideran que en medio de una construcción a tan a largo plazo habrá un verdadero caos vial pues se trata de una calle con veredas angostas y casas a escasos metros donde las familias colapsarán con el ruido. “El hotel boutique va a dar justo a la calle, aún hay varias cosas que hay que zanjar, no es que tengamos una guerra con ellos, queremos llegar a un acuerdo entre ambas partes. Lo que más nos preocupa es el tema de la mitigación de los ruidos, es duro tener que aguantarlo cuando quieres descansar el fin de semana”, dice.
Vinka agrega que a la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz ya está enterada de la preocupación de los pobladores y que ahora sólo queda esperar. “Queremos que todo salga bien, sin piedras de ninguno de los dos lados, pero es triste quedar encerrado en tu propia casa, porque hay autos estacionados afuera en plenos desastre vial”, concluye.