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28 de Noviembre de 2014

Bicipaseos Patrimoniales invita a recorrer 50 años de arquitectura moderna en Santiago

Los asistentes podrán conocer la Escuela Militar por dentro y recibirán un libro de regalo, con información de la totalidad de los hitos visitados en las cuatro rutas durante 2014: una investigación realizada por Bicipaseos Patrimoniales.

Por Redacción
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“El palacio moderno, una utopía inconclusa”, así se llama la cuarta y última ruta que abordará esta temática, el próximo domingo 30 de noviembre a las 10:00 am.

Los asistentes podrán conocer la Escuela Militar por dentro y recibirán un libro de regalo, con información de la totalidad de los hitos visitados en las cuatro rutas durante 2014: una investigación realizada por Bicipaseos Patrimoniales.

“Bicipaseo por medio siglo. 50 años de patrimonio moderno arquitectónico”, es el nombre del proyecto con el que la Agrupación Cultural Bicipaseos Patrimoniales está mostrando el patrimonio de Santiago a los santiaguinos. Por medio de cuatro recorridos financiados por el Fondart Regional, el colectivo abarcará un total de siete comunas, visitando obras del Movimiento Moderno Chileno comprendidas entre 1929 y 1979.

La emblemática Villa Portales, la Escuela Militar y el edificio de la Cepal, son algunos de los más conocidos exponentes de este estilo arquitectónico en nuestro país. Sin embargo, gran parte del mismo no se encuentra protegido, pese a ser obras que responden a propuestas surgidas a partir de los movimientos artísticos de vanguardia y nuevos conceptos sobre el hábitat del hombre. Creadores importantes como Sergio Larraín, Juan Martínez, Emilio Duhart, Jorge Elton y Fernando Castillo Velasco, son los responsable de la arquitectura que en pleno siglo XX abarcó muy diferentes usos, desde conjuntos habitacionales, edificios de oficinas, universidades y recintos militares, hasta iglesias, colegios, hospitales y edificios gubernamentales.

Ya son tres los multitudinarios bicipaseos realizados en 2014: “La casa del hombre Moderno”, “El Rostro moderno de las Instituciones” y “La mansión imaginaria. Una máquina para habitar”.

Ahora, esta es la oportunidad para asitir al último: “El palacio moderno, una utopía inconclusa …donde lo Monumental es la máxima”.

“En el metalenguaje arquitectónico se habla de Tamaño Palacio, como aquello que sobrepasa el formato habitual de una construcción, no solo en materia física sino también conceptual. Pensemos en los palacios antiguos que cumplían la función no solo de ser morada de reyes, sino de ostentar el poder frente a sus vecinos y enemigos. Pensemos en los palacios de Versalles, Shönbrunn, Neuschwanstein o El Escorial, en la arquitectura Maya e Inca, donde el palacio era también un templo que graficaba el poderío y la fuerza de esos imperios”, explica Mateo Valderrama, miembro de Bicipaseos y ejecutor del proyecto.

LOS HITOS:

1. TORRE SANTA MARÍA. 1977 – 1979. Carlos A. Cruz, José M. Figueroa. Construída por: Sergio Alemparte, Ernesto Barreda y Manuel Wedeles, Los Conquistadores 1700.

La Torre Santa María se pensó como un gran rascacielos de 30 pisos, 4 niveles subterráneos y 110 metros de altura. Se considera de un modernismo tardío, casi extemporáneo frente a los proyectos que lo inspiraron.

Este edificio que cambió el perfil de la ciudad, recogía las ideas planteadas por Mies van der Rohe a fines de la década del 30 y concretadas en 1948 en las torres de Lake Shore Drive Apartments de Chicago, y 10 años después en el edificio Seagram de Nueva York.

Su formalismo simboliza la doctrina capitalista impuesta desde la década de 1980. Así por ejemplo, el uso del muro cortina como elemento unificador del volumen, oculta tras de sí un sistema de columnas perimetrales que permiten sostener las plantas libres a través de una red de bigas poderosas.

El 21 de mayo de 1981 las 10.15 de la mañana una chispa en el lado sur del piso 12 provocó un violento incendio que costó la vida a 11 personas. Luego de este episodio catastrófico la normativa mejoró. Entre otras, se exigió a todos los edificios que sobrepasaran los siete pisos, tener red seca y una red húmeda.

La Torre Santa María iba a tener una “gemela”, tal como el World Trade Center de Nueva York, obra de Minoru Yamasaki último arquitecto moderno que lo construye entre 1966 a 1970. Pero ese proyecto nunca se concretó producto de la recesión de 1981 que paralizó la inversión inmobiliaria por algunos años.

Esta imitación revela el fin de la utopía en una arquitectura que era para el hombre común y que inspiró las grandes obras que se construyeron en Chile durante 40 años. La Torre Santa María se transforma en un icono de un sistema económico mercantil que quiere controlar todos los ámbitos humanos.

2. EDIFICIO CEPAL (comisión económica para América Latina y el Caribe) 1962 – 1966, Emilio Duhart, Roberto Goycoolea, Christian de Groote, Dag Hammarskjöld 3477 Vitacura.

Este gran edificio buscó asimilar su forma moderna, inspirada en el paisaje andino y la estructura de circulación de una casa patronal, con el racionalismo Bauhaus y la arquitectura orgánica de Le Corbusier. Emilio Duhart, considerado por sus pares como el arquitecto moderno más importante en el país manipuló todos los principios modernistas en este edificio utilizando pilotes, ventana corrida y una estructura de vigas de hormigón que permite tener el centro de conferencias colgante elevado, suspendido sobre el terreno.

La marcada horizontalidad del edificio de cien metros de largo, hace un símil con la cordillera que corre a su espalda. Así mismo, la estructura de cono truncado central nos lleva con facilidad a pensar en la cima de un volcán. El edificio se complementa con corredores y pasillos en altura, ventanas proyectadas y formas en volado que enriquecen la textura del conjunto. El muro de hormigón desnudo, hermosamente tosco y pétreo contrasta con la suavidad del paisajismo que lo rodea y el espejo de agua que refleja el cielo y los cambios de luz.

Las árboles y plantas que hay en sus patios son una reproducción de las especies presentes en las distintas zonas del país. Los arquitectos pensaron este edificio como la casa de América, una casa abierta a la comunidad, sin embargo y en este aspecto, la utopía de modernidad que nunca se concreta.

3. ESCUELA MILITAR DEL GENERAL BERNARDO O’HIGGINS. 1943 – 1956, Juan Martínez Gutiérrez, Los Militares 4500, esquina Américo Vespucio

Juan Martínez es uno de los arquitectos más importantes del siglo XX. Con un pie en lo tradicional y otro en lo moderno, Martínez avanza con su obra desde el expresionismo hacia el racionalismo.

En 1956 una compañía de 100 conscriptos, al mando del Mayor Ingeniero Alberto Polloni Pérez, tuvo como misión terminar los pabellones necesarios para que en marzo de 1957 se trasladara al nuevo edificio toda la Escuela Militar.

El recinto alberga a la Escuela Matriz del Ejército de Chile donde se forman los futuros oficiales. Edificio monumental que combina funcionalidad y solemnidad. Su fachada con una columnata de 16 pilares rectos de granito, representaría según la leyenda, la fecha en que el General Bernardo O’Higgins funda La Academia Militar (16 de marzo de 1817). Su marcada horizontalidad le entrega un aspecto pétreo y poderoso.

4. FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. 1934 – 1938, Juan Martínez G. (Premio Nacional de Arquitectura de 1969), Calle Pío Nono N°1 (Providencia), costado Norte río Mapocho frente a Parque Gómez Rojas.

La obra se adscribe a la tendencia racionalista del período, abandonando el lenguaje academicista y figurativo. La funcionalidad es el parámetro ordenador de la fachada y sus componentes internos.

Podemos considerar esta obra como de transición al movimiento moderno, por una serie de elementos que provienen del estilo neoclásico y que se han simplificado. En este sentido, se observa la presencia decorativa Art-Deco, en las ventanas de la torre y las tiras ornamentales junto a la vanguardia expresada por espacios funcionales y fachadas relacionadas con el uso interior.

Este edificio de características monumentales constituye un ícono de la ciudad con su columnata de fachada. Con el cerro San Cristóbal a sus espaldas y junto al río Mapocho a su lado tiene, según el arquitecto Raúl Veliz: “una religiosa solemnidad, que rinde culto a la actividad propia que se desarrolla dentro de cada uno de los conjuntos por él proyectados”.

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