Santiago es elegido dentro de las ciudades más resilientes
La Fundación Rockefeller eligió a la capital chilena como una de las 100 urbes que se preparan para los desafíos de este siglo.
Basándose en la vulnerabilidad y la capacidad de superación de un territorio ante riesgos ambientales y sociales (como la rápida urbanización, la globalización, el cambio climático y las catástrofes naturales), la Fundación Rockefeller anunció hoy –en el marco de su Cumbre de Resiliencia Urbana, celebrada en Singapur- la segunda selección anual de ciudades que formarán parte del “Desafío 100 Ciudades Resilientes”, al que se presentaron más de 330 ciudades candidatas.
En su listado 2014, 100 Ciudades Resilientes destacó el trabajo y la historia de 35 urbes expuestas a distintos desafíos, seleccionadas por su habilidad para demostrar una visión única para la resiliencia, un compromiso de largo plazo que involucra a todos los sectores y una atención especial a las necesidades de las personas más vulnerables. Éstas se suman a las 32 urbes erigidas en 2013, lista que en 2015 busca completar el centenar de miembros.
Santiago fue una de las ciudades seleccionadas de este año, tanto por su demostrada capacidad de superación como por la necesidad de hacer frente a las consecuencias del rápido desarrollo urbanístico y de diferentes tipos de catástrofes. Todos elementos que inciden en la desigualdad social y la vulnerabilidad de una ciudad que aloja más de seis millones de habitantes.
Precisamente, algunos de los casos evaluados por el jurado internacional fueron el terremoto en 2010, los frecuentes deslizamientos de tierra y el aumento sostenido de la contaminación.
En esa línea, el plan de resiliencia postulado por el Gobierno Regional Metropolitano al proceso de selección contempla tres aristas, enfocadas en el desarrollo integrado de la ciudad, la implementación de dispositivos de seguridad y la reducción de la vulnerabilidad.
En relación al premio, el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, declaró: “Estamos muy orgullosos y contentos de haber sido seleccionados por la Fundación Rockefeller como una de las ciudades del mundo que van a participar en el programa 100 Ciudades Resilientes. Santiago es una ciudad compleja, grande, diversa socialmente, con todo tipo de emergencias como las tienen las grandes urbes. Desde problemas medioambientales, contaminación, hasta deslizamientos de tierra en la pre cordillera, que afectan no sólo la vida de las personas, sino también el suministro de agua, inundaciones en el invierno y, por supuesto, los terremotos e incendios que impactan tanto al área rural como urbana. La idea de este proyecto es hermanar a ciudades en el mundo tan disímiles como Chicago o Juárez en México, París o Cali y, por supuesto, Santiago, para compartir buenas prácticas y crear una cultura de la prevención y la educación. Así podremos fortalecer espacios de coordinación de respuesta de distintos organismos públicos y privados a este tipo de catástrofes. El rol del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago es, antes que todo y especialmente, prevenir y trabajar conjuntamente con otros actores. Este proyecto nos dará recursos y personas, cuya labor será fortalecer esta cultura de ser capaces de prevenir las catástrofes y cuando éstas ocurran, coordinar las respuestas, como también el salir adelante”.
Además de reconocer los méritos alcanzados por las ciudades, parte del objetivo de la Fundación Rockefeller es fortalecer la preparación de éstas ante las distintas vulnerabilidades y riesgos del entorno. Para ello, contempla un apoyo centrado en la asesoría, financiamiento e implementación de una estructura administrativa en el gobierno local, liderada por la figura de un Director Ejecutivo de Resiliencia, quien encabezará el análisis, la planificación y la implementación de una estrategia preventiva para la cuidad. Ser miembro de esta red internacional de 100 Ciudades Resilientes implica también tener acceso a un conocimiento compartido, profundizar en las mejores prácticas de resiliencia desarrolladas por otras ciudades y fomentar nuevas conexiones y asociaciones.
“Las ciudades están aprendiendo que al crear resiliencia no sólo estarán mejor preparadas para enfrentar las malas épocas, sino que también la vida puede ser mejor durante los momentos de bonanza, en especial para las poblaciones pobres y vulnerables. Es una inversión inteligente y genera un beneficio de resiliencia que es positivo para todos”, señaló la presidenta de la Fundación Rockefeller, Judith Rodin.