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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Carrera Docente y su eslabón olvidado

En la fundación Elige Educar hemos hecho un seguimiento constante a nuestros grupos de becarios en sus procesos de búsqueda de primer empleo y nos hemos encontrado con una constante: La falta de coordinación en los procesos de titulación de las universidades y las exigencias desde los colegios.

Por Jorge Schiappacasse
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Jorge Schiappacasse es Cientista político UC y magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica. Diplomado en Gestión Local en USACH. Fundador de revista digital Ciudad Liberal. cl

Uno de las grandes misiones que debemos realizar como sociedad, es el hacer de la profesión docente una carrera atractiva, para que los mejores estudiantes escolares puedan seguir sus vocaciones y también para que los actuales profesores con vocación y talento  no duren solo 5 años en los establecimientos educacionales.

¿Por qué es tan necesario? Porque son los profesores el principal factor que influye en la entrega de una educación integral y por lo tanto son el principal factor que permite que  cada niño pueda cumplir sus sueños.

Dentro de todos los factores que hacen una carrera docente atractiva, se tienden a nombrar las condiciones laborales, las remuneraciones e incluso la estabilidad laboral. Pero el factor que podríamos llamar “de entrada a la carrera docente” no se tiene en cuenta y pasa al olvido. ¿Cuál es ese factor? Los procesos de contratación de profesores y aun más el proceso que pasa cuando se busca el primer empleo.

Más allá de la gran dificultad que tienen los profesores recién egresados, de que todos los colegios buscan profesionales “jóvenes y con experiencia”, podemos ver que existe un gran desacople entre los actores del sistema que dificultan este primer proceso de contratación.

En la fundación Elige Educar hemos hecho un seguimiento constante a nuestros grupos de becarios en sus procesos de búsqueda de primer empleo y nos hemos encontrado con una constante: La falta de coordinación en los procesos de titulación de las universidades y las exigencias desde los colegios.

Esta situación la pudimos observar en casi la totalidad de nuestros becarios, ya que la “ceremonia de titulación” se realiza en abril o mayo, por lo que la gran mayoría de ellos fueron “contratados” en esos meses y por mientras los habilitaban o simplemente estaban sin contrato.

Hubo fundaciones que conociendo esta cuestión, realizaron excepciones y nuestros becarios no fueron excluidos de los procesos de selección, pero qué sucede en los municipios, donde al postular necesitas presentar todos los antecedentes descritos en las bases del concurso, donde claramente señala “Antecedentes para postular: título profesional, copia simple o legalizada”

Diferentes frases que resumimos en las tres siguiente, refleja el tema planteado:

  1. “Estando recién egresada, me llamaron de un colegio Municipal de Ñuñoa, pero no postulé porque no tenía mi título y no me aceptarían sin título”;
  2. “(…) este último mes he estado súper atareada por mi título (…), me han llamado sólo para dos entrevistas, una de ellas era para la red de colegios, sin embargo necesitaban que estuviera titulada, y recién me titulé el jueves pasado”;
  3. “Me llamaron del colegio, pero me pidieron título en mano”

Estas situaciones se producen porque hay un desacople entre el sistema de contratación de profesores, lo que solicita el Ministerio al momento de contratar un docente y los tiempos de los cuales dispone la universidad para entregar el título profesional a los recién egresados de las distintas universidades. Ocurre también porque estas tres partes no dialogan entre sí, cada una solicita lo que estima pertinente sin considerar los plazos de los otros involucrados y finalmente los perjudicados en toda esta falta de diálogo son los recién egresados, que aparte de salir al mercado laboral y buscar donde trabajar, tienen que lidiar con problemas que no dependen de ellos, pero que si los perjudica directamente.

Considerando que los procesos de contratación de los colegios comienzan en los meses de octubre y noviembre, y que claramente se produce un desacople entre esos meses y el mes en el que entregan los certificados de títulos, se podrían agilizar ciertos documentos y hacer un esfuerzo para que los recién titulados puedan insertarse laboralmente en un corto pazo y con todos los papeles requeridos por el sistema, o bien que “este ente público” de más plazos y flexibilice a la hora de contratar a un docente recién titulado conociendo este desacople.

Si deseamos motivar a los más talentosos a que estudien pedagogías, a que vayan a la sala de clases y puedan ayudar a que los niños logren aprehender, es necesario que nos pongamos a pensar en aquellas señales que son las que dan la bienvenida a la carrera profesional. Muchos dirán que esto es un detalle, pero lo cierto es, que en los detalles es donde está el diablo.

Esto no es por los profesores, esto no es por el país, tampoco por las universidades. Esto es una lucha por los niños, por ellos y sus sueños.

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