Nos indigna y nos moviliza
"A todos se nos debería caer la cara de vergüenza al sabernos viviendo en un país con un PIB per cápita de US$23.165, en el que miles de familias no tienen acceso a servicios básicos".
Valentina Latorre es Directora Social de TECHO-Chile
Una vez más tomamos nuestras mochilas y partimos a Trabajos de Verano. Los jóvenes voluntarios y las familias de comunidades junto a las que trabajamos toman sus ganas, sus convicciones y su trabajo, los meten junto al saco de dormir y se embarcan en este proyecto.
En los trabajos de TECHO – Chile partimos a todo el país, con proyectos en Antofagasta, Valparaíso, la Región Metropolitana, el Biobío, La Araucanía y Los Ríos. Muchos de estos jóvenes ya trabajan junto a estas comunidades semana a semana. Muchas de las familias son parte de la mesa de trabajo que de manera permanente llevamos en conjunto, sin embargo, muchos otros se van a encontrar por primera vez.
¿Qué es lo importante de estos trabajos? Desde mi punto de vista, principalmente dos cosas.
La primera, es el encuentro. Un encuentro que no es entre los con menos y los con más oportunidades, que no es entre los que tienen y los que no, entre los del norte y los del sur o entre jóvenes y viejos; si no que es un encuentro entre actores sociales que quieren generar una transformación en nuestro país, una cambio por el que sueñan, creen y están dispuestos a dejarlo todo. Esa convicción en gran parte se explica porque a ellos, familias y jóvenes voluntarios, les duele el alma al ver cómo nos hemos ido configurando como sociedad. Por esta apuesta, nos la jugamos all in; para que familias y jóvenes voluntarios se encuentren, se organicen y juntos seamos capaces de reconstruir el tejido social fragmentado. Así podremos posicionar demandas, entendernos como hermanos y de apostar por una sociedad sin exclusiones. Por estos cambios estamos dispuestos a dejar la vida.
La segunda razón es el poder decir con fuerza que si existe la necesidad de realizar estos Trabajos de Verano, es porque alguien no está haciéndose cargo de sus responsabilidades. Construiremos 52 viviendas progresivas a familias de La Araucanía. No las hacemos porque nos guste, porque lo encontremos entretenido o porque no tengamos nada mejor que hacer en el verano. Lo hacemos porque la política habitacional, lamentablemente, no llega a esas familias, escondidas en sectores rurales y abandonadas por parte del Estado.
En el resto del país haremos proyectos comunitarios. Siempre es un privilegio ver a las comunidades organizadas apostando por proyectos que vinculen a la comunidad y fortalezcan los vínculos entre quienes la integran. Y si bien son proyectos que generarán ese impacto, son proyectos que se realizan porque las familias tienen esa necesidad. En el campamento Pueblo Hundido, en Río Bueno, región de Los Ríos, construiremos baños. Porque las familias no tienen hoy acceso a baños. ¿Le impresiona esta situación? A nosotros nos indigna. Pero junto con indignarnos, nos moviliza. A todos se nos debería caer la cara de vergüenza al sabernos viviendo en un país con un PIB per cápita de US$23.165, en el que miles de familias no tienen acceso a servicios básicos.
Estos trabajos de verano son para nosotros una oportunidad. Una oportunidad de dejarlo todo en la cancha, de aprender, de hacernos hermanos, de buscar un país inclusivo en el que- ojo, no buscamos incluir a algunos a un modelo ya existente, si no generar un nuevo modelo- y de hacernos cargo de la brutal desigualdad existente en Chile.
Ahora a preparar las mochilas, ya es tiempo de partir.