Francisco Ortega: “Hay un público ávido por conspiraciones, esas teorías son el folklore contemporáneo”
El escritor habla de su más reciente trabajo, "El Verbo Kaifman", la precuela de su exitoso best seller "Logia".
Su novela “Logia” fue uno de los grandes éxitos editoriales chilenos de 2014. En este contexto, Francisco Ortega -su autor- comenzó el año 2015 con un nuevo título: “El Verbo Kaifman”, donde vuelve a crear un thriller que se mueve entre la realidad y la ficción, la historia y los secretos de las teorías conspirativas.
El Dínamo conversó con Ortega sobre su última producción, una reversión de un trabajo anterior llamado “El Número Kaifman” (2006), que funciona como una precuela de la exitosa “Logia”, novela en la que relata una historia ocurrida once años antes de su best seller.
-¿Por qué transformar ese libro en una precuela de “Logia”?
-Cuando estaba escribiendo “Logia” me di cuenta de que ambos libros dialogaban entre sí, que de alguna manera el personaje principal se podía vincular con “El número Kaifman”. Entonces volví al manuscrito de ese libro, para revisarlo. Me encontré con cosas que a mí nunca me gustaron como quedaron publicadas. Agregué una segunda parte que ahora completé, pero haciendo un remontaje del libro original. Y el resultado fue un libro nuevo que tiene casi 250 páginas más que el original. Por eso se llama “El verbo Kaifman” y no “El número Kaifman Redux” o “Reloaded” o alguna cosa así.
-Uno de los temas más presentes en el libro es el del oro nazi. ¿Cuánto de verdad y cuánto de mentira hay en ese asunto?
-Lo que hay de verdad es que efectivamente llegó esta gente comprando tractores (al cono sur de América). Ahí surgió toda una especie de mito urbano sobre que quizá ahí estaba oculto el oro nazi. Lo que es cierto, también, es que al final de la Segunda Guerra Mundial llegaron hartos jerarcas nazis a este lado del planeta, con algunos tesoros, con algún material y lo escondieron acá. No sé si en Sudamérica está el oro de los nazis, pero sí me consta que hay harto conocimiento -por llamarlo de alguna manera- del Tercer Reich que se escondió en estas zonas. Por ejemplo, el más común, los hermanos Reimar y Walter Horten, que fueron los diseñadores aeronáuticos de Hitler, encargados de lo que se llamó el “Amerika Bomber”, un avión pensado para llevar bombas nucleares a Estados Unidos, si la guerra se estiraba. Ellos se refugiaron en Argentina, y fueron contratados por Juan Domingo Perón; diseñaron un avión para Perón, el “Pampero”, que fue un avión muy bueno, se probó en la década de los ’50, pero los gringos le hicieron un boicot.
“Otros científicos nazis que se refugiaron en Argentina le vendieron a Perón la idea de hacer una bomba atómica. Los laboratorios se hicieron en el Lago Nahuel-Huapi, están ahí. La bomba atómica nunca se concretó. Es como un folclor contemporáneo… Submarinos nazis que llegaron a los canales del Sur, trayendo cosas, que habrían traído a Hitler vivo, que habrían traído el oro perdido… Es difícil decir si eso es verídico o no, pero por lo menos al nivel de la “conspiranoia” y del folclor contemporáneo, sí”, dice el autor.
-¿Crees que con este libro se pueda repetir el éxito del anterior?
-Creo que es muy difícil, porque con “Logia” se dio una cosa de fenómeno. Ni la editorial, ni yo, ni los libreros se esperaban que pasara lo que pasó. Creo que “Logia” tiene una ventaja sobre “El verbo Kaifman”, en cuanto a que éste último toma un misterio impuesto: los nazis en Sudamérica. “Logia” es un misterio nuestro. Nuestra historia, nuestros personajes, Bernardo O’higgins aparece ahí. Entonces, hay una cosa que es más aterrizada y más normal, más unisex, un libro que llega igual a hombres y mujeres, mientras que éste es un libro un poco más masculino, tiene que ver con guerras, armas, temas tradicionalmente más masculinos.
-Además de los temas históricos, en tus novelas siempre hay presencia de “teorías de la conspiración”. ¿Por qué crees que éstas prenden tanto entre la gente a pesar de lo irracional que pueden ser algunas?
-Porque es un folclor. Las teorías de la conspiración son el folclor contemporáneo. Juega con la supuesta “verdad oculta”, el misterio, cuestiones que han gustado desde siempre a la humanidad, y claro, es la historia, la posibilidad de responder a lo que no te enseñaron en el colegio.
-¿Qué te parecen las apariciones televisivas de personajes que divulgan este tipo de teorías, como Salfate o Cristián Contreras?
-Eso demuestra que hay un público súper ávido por temas de conspiraciones y el tema en general de esta “verdad oculta” requiere también de una gran responsabilidad. Tu no podís llegar y decir algunas cosas; yo encuentro que es muy peligroso decir, por ejemplo, que los terremotos son provocados por un arma X y que se pueden predecir, porque hay gente que cree esas cosas. También es muy fácil jugar con estos temas, decir que Estados Unidos tiene extraterrestres congelados, te fijas, pero hay que tener un cierto grado de responsabilidad, de mucha responsabilidad. Salfate lo tiene, aunque -yo lo he hablado con él- creo que en el tema de los terremotos se le pasó la mano y asustó a mucha gente; pero Contreras, cuando empieza a decir que “el Sida no existe” y cosas así… ya, un poquito de distancia.
El éxito de “Logia”
Con más de 3 reediciones desde su lanzamiento en agosto de 2014, “Logia” es uno de los libros nacionales más leídos del último tiempo. ¿Cómo se explica el éxito de esta novela, en un mercado dominado por las sagas juveniles o los best sellers extranjeros que pronto se convertirán en película?
Francisco Ortega cree que principalmente tiene que ver con que “en Chile hay mucho lector de novela histórica, que es un género que estaba olvidado por los autores chilenos”.
Juan Carlos Fau, dueño de las librerías “Qué Leo”, agrega otra mirada, desde la perspectiva de quien ha visto agotarse los ejemplares del texto: “Creo que hay méritos propios del libro. Es una novela que está pensada para el lector; yo creo que no en todos los casos los autores se deshacen de ese ego y piensan más en el otro que en sí mismos. Eso como parte fundamental, no puede haber un éxito de un libro sin un buen elemento”.
“Lo otro, es lo voluntarioso del autor: si hay que conversar del libro, si hay que hablar de tu novela, si hay que explicarla mil veces, no hay ningún problema con eso. Y eso en general ocurre poco, como que los autores tienden a aburrirse un poco de contar su propia historia o de darle diferentes ángulos, como que no quisieran un poco a sus libros. Cuando se produce esa coincidencia de cosas, que no es usual, ocurre un éxito como el de ‘Logia’”, sostiene.
“El Verbo Kaifman” ya está en venta en librerías. La tercera parte de esta serie llamada “Trilogía de los Césares” , que también integra “Logia” (2014), culminará con la publicación de “La Catedral Antártica” el año 2016.