Andrés Velasco: “No creo tener ningún apoyo asegurado. No hablo de votos porque no soy candidato a nada"
El líder de Fuerza Pública defiende su inocencia y dice hoy no ser candidato a nada. Minimiza el efecto del Caso Penta en su imagen y sostiene que si en las encuestas, la gente lo asocia principalmente a él con el caso, es porque tiene "mayor índice de reconocimiento" que el resto de los políticos implicados. Asegura que la Nueva Mayoría no es una "alianza política de largo plazo" debido a que en su interior "hay ideas e ideales totalmente incompatibles" y que no entiende como "Marco Enríquez-Ominami pasó cinco años denostando a los líderes de la Concertación y hoy día les coquetea".
Han sido los meses más difíciles de la carrera política de Andrés Velasco. El ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Michelle Bachelet, que en 2013 sacó un 13% de los votos en las primarias presidenciales de la Nueva Mayoría con un discurso basado en erradicar “las malas prácticas de la política”, sufrió un duro revés al ser mencionado por el ex gerente de Penta, Hugo Bravo, como uno de los políticos que habría recibido financiamiento político de parte del holding. Veinte millones que Velasco ha dicho, correspondieron al pago por una charla que hizo a los controladores del grupo sobre economía nacional y global. La misma versión que declaró ante la fiscalía el actual gerente general de Penta, Manuel Antonio Tocornal.
Junto a ello trascendió que Jorge Olave, contador que trabajó para el think tank liderado por Velasco, Tierra Firme -hoy Plural- recibió un pago de 5 millones de pesos por realizar los trámites de constitución y puesta en marcha de dicha fundación, a través de una boleta emitida a nombre de Penta en 2012, pese a no haber prestado servicios a dicho holding. Quizás el flanco más complejo de afrontar para Velasco. Ello, junto al impacto que ha tenido el caso en su imagen pública. Todos temas que aborda en esta entrevista.
“Hay algunos que sacan la calculadora y pretenden sacar ventaja en este tipo de situaciones”
-Max Colodro dijo en La Segunda que usted “sufrió un duro golpe en su credibilidad” y que el “sólo hecho de verse involucrado y eventualmente sometido a proceso judicial, ya implica un daño de imagen mayor”. ¿Cree que será posible revertir esa situación?
-Yo llevo muchos años en política y sé que se dicen muchas cosas y que se escriben muchas cosas, pero al final lo que prima es la sensatez y la verdad (…) Cuando fui ministro de Hacienda hicimos ahorro con los fondos del cobre y esto fue lo más impopular del mundo y se escribieron miles de editoriales diciendo que esto era una mala idea. Y al final vino la crisis y resultó ser una buena idea, no solo técnica, sino una idea tremendamente popular.
No quiero hacer una analogía entre un punto y otro. Pero yo llevo mucho tiempo en esto y entiendo -no quiero decir que lo haga Max Colodro- que hay algunos que sacan la calculadora y pretenden sacar ventaja en este tipo de situaciones. Pero al final los hechos hablan por sí solos y los hechos son que, en lo que a mí atañe, se trata de un servicio. No es que lo diga yo, lo dice públicamente en su declaración la persona que contrató ese servicio que es el gerente general de Penta.
-La encuesta de Conecta muestra que usted es el político que la gente más asocia al Caso Penta. ¿Siente que aún mantiene sus posibilidades presidenciales?
-Eso es porque soy una persona que tiene mayores índices de conocimiento que el resto. No es sorprendente que la gente recuerde aquellos nombres que conoce y no recuerde aquellos nombres que no conoce. Yo soy una persona que fui ministro de Hacienda, fui candidato presidencial, tengo índices de conocimiento más altos, entonces cuando la gente ve las noticias ¿qué nombre recuerda? El nombre que conoce. Pero más allá de eso, no quiero hacer opinología y no quiero opinar de una encuesta cuya metodología no conozco.
– El senador Jorge Pizarro señaló que, independiente de los resultados de la investigación, usted recibió “un torpedo bajo la línea de flotación, directamente a su idea fuerza, que era la defensa de las buenas prácticas en política”. ¿Está de acuerdo?
-No voy a polemizar con el senador Pizarro ni menos usar metáforas navales de torpedos y fragatas. Al final los jueces del actuar de los políticos no son los políticos. Es la opinión pública y confío en la opinión pública.
– ¿Quién cree que le envió ese misil? Cuando allanaron su casa, cosa que no sucedió con ninguno de los otros investigados, usted acusó directamente al ministerio del Interior. ¿Lo sigue sosteniendo?
-Fue lo que dije en su momento y lo mantengo. No deja de ser peculiar una gestión en el domicilio de una persona, sobre todo cuando es de público conocimiento que esa persona está fuera de Chile, y cuando esa persona no está denunciada por impuestos internos. Es importante subrayarlo. No estoy en la denuncia de impuestos internos. Pero más allá, yo no critico la labor de la fiscalía. Mi comentario no es contra la labor del fiscal. Mi comentario, entonces lo fue y lo sigue siendo, tiene que ver con la publicidad de un hecho que se supone por ley, reservado.
A mí me dijeron en ese momento, reputados periodistas de la plaza, que habían recibido un mail del ministerio del Interior. A mí me hubiese gustado que el ministerio del Interior hubiese dicho ‘vamos a hacer una investigación interna, vamos a hacer un sumario, pero no se dio’. Creo que ya pasó el momento, es historia antigua, pero revela que hay un trasfondo político.
-¿Por qué le estarían “pasando la cuenta”?
-No voy a especular porque es caer en el mismo juego. No creo en la política para sacar cuentas, hacer cálculos, mover tropas, desplegar navíos. Cuando la política entra en la metáfora deportiva y naval estamos mal.
-Revista Qué Pasa asegura que en la época que se realizó su cuestionado “almuerzo” con los dueños del grupo Penta -que usted ha explicado como una asesoría- el valor de sus charlas era de 15 mil dólares. Algo así como 9 millones de pesos. Menos de la mitad de los 20 millones cancelados por Penta. ¿Es efectiva esta información?
-No es efectiva esa información porque mezclan peras con manzanas. Primero, no fue un almuerzo, fue una presentación. La presentación duró más de dos horas. Y no es lo mismo participar en un panel como lo hice en algunos casos en eventos de Penta donde hay tres panelistas y uno habla 20 minutos y se retira, que hablar dos horas (…) Yo hago muchas charlas, muchas presentaciones, muchas exposiciones y con montos muy distintos. Cuando yo voy a una universidad o le hablo a una pyme o le hablo a un gremio en regiones no cobro. Cuando hago una exposición frente a los controladores de uno de los principales grupos financieros de Chile, controladores que tienen una carpeta de inversiones de cientos de miles de millones de dólares, obviamente los montos son distintos.
-¿Cuál era su cargo específico en el centro de pensamiento Tierra Firme?
-Yo nunca estuve en la gestión, no estuve en las partes prácticas, yo estuve en el directorio. Lo estaba entonces, lo estoy hoy día y hoy día soy el presidente del directorio.
-¿Usted estaba al tanto de la boleta “idelógicamente falsa” que habría entregado el contador de su centro de pensamiento Tierra firme, Jorge Olave al grupo Penta, por cinco millones de pesos?
-No lo estaba. Lo dije en fiscalía y lo reiteré a la salida. Sabía que había personas que habían solicitado aportes. Tú comprenderás que cualquier centro de pensamiento en Chile no se financia en el aire y busca aportes. No sabía que el mecanismo para hacer ese aporte había sido una boleta. De eso me enteré cuando salió en el diario La Segunda. Antes de eso no tenía la menor idea de que se había emitido una boleta.
-¿Tiene claridad en qué se ocupó este dinero?
-Sé lo que salió en la prensa. La prensa dice que parte de esos fondos, el grueso, fue para remunerar a un contador, una persona muy reputable, muy prestigiosa, que es el contador de muchos de los importantes centros de estudio en Chile. Hay un balance, no sé en qué se gastó ese balance, sé lo que dice la prensa.
-¿Por qué se le pide a Olave que facture directamente a Penta por servicios que él había realizado para Tierra Firme?
-No lo sé porque yo no estaba en la gestión, no estaba en la parte de financiamiento. Fuimos un grupo grande de personas las que formamos este centro y yo estaba más bien en la parte académica. Obviamente que sabía que se iban a solicitar fondos a fundaciones, a individuos. Se partió haciendo una recolección entre amigos. Por supuesto que sabía que se iban a recolectar fondos, pero que este fondo por un asunto administrativo errado se facturó de esa forma, no lo sabía.
“Creo que es el momento de preguntarse, por ejemplo, qué tiene en común un proyecto de centro como la DC, con un partido Comunista que alaba a la dictadura de Corea del Norte o con un refundacionalismo como el de Jaime Quintana”
-La UDI tiene un voto duro asegurado pese a la crisis. Pero usted es un político emergente, sin un partido. ¿Cómo piensa volver a posicionarse?
–Yo creo que nadie en Chile tiene un voto asegurado y menos la UDI. El Chile en que había caciques que decían este voto es mío y los pastoreo, ese Chile hace muchos años se acabó. Nadie tiene votos asegurados. Respecto a no tener un partido político, yo participé en las primarias como independiente. Me dijeron que jamás iba a poder ganarle a un candidato que viene de un partido que tiene cientos de concejales, decenas de alcaldes, maquinarias en todas las ciudades de Chile. Cometí la imprudencia de participar en las primarias y salí segundo y no quiero hacer aspavientos de esto… No creo tener ningún apoyo asegurado. No hablo de votos porque no soy candidato a nada. Creo que todos los que estamos en la vía pública tenemos la obligación de ganarnos la confianza de la gente todos los días.
-¿Usted aún se siente parte de la Nueva Mayoría?
-Yo me siento parte de los ideales de cambio de la centro izquierda en Chile. Me siento orgulloso del legado de los cuatro gobiernos de la Concertación. Creo que han contribuido a que Chile tuviese 20 años que han estado entre los mejores de nuestra historia. Veo al interior de la Nueva Mayoría posturas que no comparto. No comparto para nada el afán refundacional ni comparto para nada la arrogancia de decir aquí vamos a pasar la maquinaria pesada y vamos a partir de cero. Yo soy de quienes piensan que los países maduros son los que construyen sobre la obra de los que vinieron antes. En esas actitudes arrogantes no tengo similitud.
“Marco Enríquez-Ominami pasó cinco años denostando a los líderes de la Concertación y hoy día les coquetea”
-O sea no se siente parte.
-Yo creo que la Nueva Mayoría, como lo dicen muchos de sus integrantes, es una alianza electoral. No lo percibo como una alianza política de largo plazo. Por la razón de que hay ideas e ideales totalmente incompatibles. Yo me siento orgulloso de haber trabajado para los gobiernos de la Concertación. En los gobiernos de la Concertación hay una tradición y un legado de audacia en las reformas y de excelencia. Hubo realismo de que los cambios hay que hacerlos bien, hay que hacerlos paulatinamente, con consenso. Ese espíritu es bastante distinto a lo que uno ha visto en algunos sectores de la Nueva Mayoría.
-Ellos han sido especialmente críticos con usted por este caso. Andrade dijo con ironía que en “la vieja política no había facturas truchas”, mofándose de su discurso de las buenas prácticas.
-Esa política de las descalificaciones tiene al diputado Andrade de colista en la encuesta CEP. Las personas quieren una política constructiva, no de la pachotada, del sarcasmo y la descalificación. Yo no engancho.
-En la Nueva Mayoría no hay aún liderazgos claros para las próximas presidenciales. De hecho ME-O y usted son los mejores posicionados en esas encuestas. ¿Cree que la Nueva Mayoría está más cerca de ME-O o de usted?
-Yo sé lo que he visto en la prensa. Marco Enríquez-Ominami pasó cinco años denostando a los líderes de la Concertación y hoy día les coquetea. No sé si algunos sacaran cálculos electorales. La verdad es que los parámetros por las cuales se van a dar las decisiones futuras de política en Chile no son los de toda la vida (…) No pretendo tener la receta mágica de cómo va a terminar este cambio, pero creo que es el momento de preguntarse, por ejemplo, qué tiene en común un proyecto de centro como la DC, con un partido Comunista que alaba a la dictadura de Corea del Norte o con un refundacionalismo como el de Jaime Quintana. Ahí hay posturas muy distintas que se clarifican cuando la gente presenta ideas y al final los ciudadanos votan.
-¿Se arrepiente de haberse embarcado en una carrera presidencial?
-Me siento orgulloso de haber participado en una carrera presidencial, sin maquinaria, sin partido. Y haber obtenido 13 por ciento de los votos. Si me preguntas por los costos de estar en la vía pública, te digo lo siguiente: soy hijo de un hombre profesor de derecho de la Universidad de Chile. Académico al igual que yo, que entró a la política alrededor de los cincuenta años, igual que yo, y cuya defensa de los derechos humanos le valió no un par de artículos de prensa, sino once años de exilio. Perdió su casa, perdió su familia, perdió su país. Frente a ejemplos de personas así, yo entiendo que estar en la vía pública es difícil.