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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La reforma educacional y sus consecuencias en el aula

Volver a confiar en el profesor significa darle mayor autonomía dentro de la sala de clases, y darle mayor autonomía significa darles más tiempo para planificar (más horas no lectivas), más libertad dentro del aula (menos carga burocrática) y más reconocimientos a sus capacidades (mejores remuneraciones y mejor desarrollo profesional, a través de carrera docente y sistema de formación en servicio).

Por Jorge Schiappacasse
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Jorge Schiappacasse es Cientista político UC y magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica. Diplomado en Gestión Local en USACH. Fundador de revista digital Ciudad Liberal. cl

Muchos actores señalan que la actual reforma educacional no tiene consecuencias dentro de la sala de clases. Sin embargo, esta creencia está errada.

La eliminación del copago y de la selección permitirá que nuestro sistema educacional sea más inclusivo, lo que significará, entre otras cosas, una mayor heterogeneidad de estudiantes dentro de la sala de clases. Esto claramente hará cambiar no sólo la realidad dentro del aula, sino también en los patios, casinos, reuniones de apoderados, recreos; es decir, en toda la comunidad educativa.

Lo cierto es que para lograr que las relaciones entre los niños con diferentes realidades sean inclusivas, se hace necesaria la existencia de un liderazgo que sepa cómo encausar este cambio cultural. El creer que el sólo hecho de generar cambios macro estructurales son necesarios para hacer convivir diferentes experiencias traerá logros positivos, es no entender la realidad dentro de las escuelas. Tanto el llamado “efecto par”, como la potencialidad de que esta reforma sea un paso para establecer una ambiente de respeto y pluralismo, necesita de especialistas que sean capaces de sacar lo mejor de estas diferencias y llevarlas por una ruta que permita que la sala de clases, los colegios y la comunidad educativa se transformen en el semillero de una sociedad abierta.

Estos especialistas, estos líderes pedagógicos, no son otros que el cuerpo docente de cada establecimiento, quienes en conjunto a  los directores y las herramientas institucionales que hoy serán una de las piezas importante  en la tarea de lograr que la reforma educacional pro inclusión, lo sea realmente. Sin embargo, para que estos profesores y profesoras puedan desarrollar esta potencialidad es necesario que volvamos a confiar en ellos. Volver a confiar en el profesor significa darle mayor autonomía dentro de la sala de clases, y darle mayor autonomía significa darles más tiempo para planificar (más horas no lectivas), más libertad dentro del aula (menos carga burocrática) y más reconocimientos a sus capacidades (mejores remuneraciones y mejor desarrollo profesional, a través de carrera docente y sistema de formación en servicio).

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