Boletas y facturas ideológicamente falsas: el delito más expandido que es casi imposible de detectar para el SII
Funcionarios reconocen que las boletas o facturas ideológicamente falsas son un fenómeno expandido en el mundo empresarial. Un delito que señalan es "casi imposibles de detectar”. Esto, debido a que actualmente hay 1.800 funcionarios fiscalizadores en el SII para analizar las boletas y facturas emitidas por un total de 4,7 millones de contribuyentes.
Las “boletas ideológicamente falsas” ya están en el vocablo popular. El caso de fraude al FUT y su arista política han puesto en la palestra una forma de evasión tributaria “expandida en el mundo empresarial”, dice Carlos Insunza, presidente de la Asociación de Funcionarios del SII.
El mecanismo es el siguiente: una empresa emite una boleta de honorario a nombre de una persona por un servicio que esta nunca realizó. De esta forma la empresa agrega este falso servicio como gasto, lo incorpora a su contabilidad y con ello descuenta impuestos. Esta es la figura que usaron los controladores de Penta para pagar sueldos mensuales a sus esposas y para justificar aportes a campañas políticas sin tener que tributar.
“Si uno pudiera revisar toda la contabilidad de todos los contribuyentes, obviamente uno se daría cuenta de que las boletas ideológicamente falsas son una práctica transversal, particularmente en los grandes contribuyentes”, dice otra funcionaria del Servicio de Impuestos Internos.
“Las boletas ideológicamente falsas son una práctica transversal, particularmente en los grandes contribuyentes”
Los casos se multiplican. El contador del colegio La Giourette, Jorge Alburquerque, fue condenado a 4 años de libertad vigilada por facilitar 300 boletas ideológicamente falsas a sus empleados. Otro caso es el del mayor (r), Mauricio Lazcano, que fue denunciado por el Ejército por emitir 100 facturas ideológicamente falsas a nombre de la institución, por servicios que nunca fueron prestados.
En los últimas semanas la Alianza presentó una denuncia ante el SII por la emisión de dos facturas al comando de la campaña presidencial de Michelle Bachelet, por un total de 240 millones de pesos. Las facturas en cuestión se presumen “ideológicamente falsas” ya que fueron emitidas por Mariella Inés Fernández Melgarejo cobrando un servicio de “asesoría publicitaria”. Las sospechas surgen ya que ella, a diferencia de su esposo, Miguel Carcavilla -quien estuvo a cargo de la campaña de Bachelet- no es publicista y no trabaja en una agencia del rubro.
Para el SII este tipo de triquiñuela tributaria que busca pagar menos impuestos de los que corresponden, es una de las prácticas ilegales más extendidas por lo difícil que es de detectar. “La factura o boleta ideológicamente falsa efectivamente está timbrada, está revisada por el servicio, pero lo que dice ahí no es verdadero. Puede decir que se vendieron 100 sacos de papa y en verdad se vendieron 200. ¿Cómo vamos a ver eso para todos los millones de contribuyentes?”, explica Juan Apablaza, presidente de la Asociación de Fiscalizadores de Impuestos Internos.
“Es imposible revisar a esa cantidad de millones de contribuyentes cuando tienes una dotación de 1800 fiscalizadores”
Actualmente hay 1.800 funcionarios fiscalizadores en el SII para analizar un total de 4,7 millones de contribuyentes, entre empresas y personas, según los datos de la última cuenta pública del Servicio publicados en 2013. El Servicio realiza constantemente auditorías a los libros contables de las empresas según distintos programas de prevención y fiscalización. Durante 2013 se realizaron 514 mil acciones de fiscalización, según la cuenta pública del SII. Sin embargo, la tasa de evasión de IVA que incluye -entre otros tipos de fraude- a las boletas ideológicamente falsas, ha crecido de un 18% en 2003 a un 25% en 2013.
“Es imposible revisar a esa cantidad de millones de contribuyentes cuando tienes una dotación de 1800 fiscalizadores”, explica Apablaza. Carlos Insunza, presidente de la Asociación de Funcionarios de Impuestos Internos, explica que no hay un mecanismo específico para detectar este tipo de elusión de forma masiva. “Lo que sucede en el caso Penta es que al iniciar una auditoría e investigación de carácter penal y de mayor profundidad sobre las prácticas contables y tributarias del grupo Penta, se empieza a develar que existía toda una maquinaria interna para operar de esta manera y así se llega a las boletas”.
Aumento en fiscalizadores
Este viernes el Gobierno ingresará un proyecto para aumentar en 385 la cantidad de fiscalizadores. Y desde 2014, junto a la reforma tributaria, se puso en marcha un programa para mejorar la fiscalización de los contribuyentes. Juan Apablaza es optimista ante estos cambios. “La tecnología de punta que se está implementando, el aumento funcionarios, las normas anti elusivas, la difusión de más información, las querellas que se han hecho y la repercusión en los medios de comunicación que estas han tenido, ayudan a que la gente lo piense a lo menos dos o tres veces antes de hacer una boleta falsa”.
Según Apablaza, los programas que se están implementando desde el Servicio permiten “localizar a los contribuyentes más propensos a realizar fraudes tributarios, como emitir boletas ideológicamente falsas, y decir dónde está el foco, dónde hay que poner la luz roja”. Los directivos de los gremios de funcionarios del SII coinciden en que, independiente del caso Penta, en esta administración del SII ha habido una mejora sustantiva en los planes de fiscalización respecto a los gobiernos anteriores.
La cuenta pública de la nueva dirección de SII saldrá durante el primer semestre de 2015. Ahí se podrá ver el número de denuncias y parte de los resultados de estos nuevos planes de fiscalización. Sólo ahí se podrá saber si estos cambios mejoraron la fiscalización.