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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

El por qué de “la Casen”

Lo dije en otro medio y lo reitero: “La pobreza no es de un gobierno o de otro, es de todos”. Querer desconocerla porque fue en el período “equivocado” señala mezquindad, pero desconocer las causas de cómo se logro, me parece, irresponsable.

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Me ha llamado la atención el trato que se le ha dado a la disminución de la pobreza, sin duda una buena noticias, no obstante parece mejor olvidar y por la sola razón de haber bajado en el gobierno “del otro”, no obstante, la pobreza ha logrado bajar sostenidamente desde 1990, cuando se situaba en un 38,6% de la población hacia un 7,8% de ella, perdón, 14,4% según lo nuevos parámetros.
¿Nuevos parámetros?. La encuesta CASEN mantenía inmóvil sus parámetros de medición desde 1987, entonces, una actualización, como la realizada, “duplicaría” la pobreza, sólo comunicacionalmente, ya que trasparentarla, es reconocerla, no crearla.
En los parámetros antiguos, cualquier persona que ganara sobre $66 mil pesos no era considerado pobre económicamente, sino ¿clase media pujante?. Ajustose el parámetro en $136 mil, lo sé, indigno, pero mejor que lo anterior y, ojalá sigue subiendo. Con ello se reconoce que 14,4% de la población está en esta condición y no un 7,8% (el doble, casi).
A los nuevos parámetros de la CASEN se incluyeron mediciones de la calidad de la pobreza, es decir, no sólo pasó de un indicador en base a una medida monetaria, sino que tomó una segunda dimensión cualitativa.
Entonces, ¿qué incomoda?, que se haya mantenido la tendencia, a pesar del cambio de parámetros, qué el efecto “comunicacional” es gestionable al demostrar las cifras con medición nueva y antigua. Al parecer el golpe vino por el lado de la CEPAL.
La CEPAL señaló que la pobreza en Latinoamérica detuvo su caída estancándose en un 28% de la población y que sólo cinco países mantuvieron la tendencia a la baja, entre ellos Chile, cifras respaldadas por la encuesta CASEN. Pero peor, también señala que las principales razones para la superación de la pobreza son el crecimiento económico, apoyo al emprendimiento y algunas, ¡ojo!, algunas políticas publicas y creo que esto sí molesta a un gobierno que frenó el crecimiento (feat. A.A.), por ende, frenó el avance en la lucha contra la pobreza, como conjetura, que habrá que esperar dos años antes de conocer el impacto directo del magro 2014. Conjuntamente, en el área de las políticas publicas, con el aumento de la dieta parlamentaria y a posterior el número de parlamentarios, etc. avanzamos a contrapelo, generando gastos donde no se necesitan, en lo absoluto.
La gestión de las políticas publicas dan cuenta que este año se generarán un poco más de 6 mil millones de dólares adicionales al PIB, sin descontar la alta inflación y, poniéndose el parche antes de la herida, entre diciembre y enero, 40 días, Hacienda tomó 9 mil millones de dólares en deuda, algo así como el PIB extra que se generará entre el 2014 y 2015, inflación incluida.
Lo dije en otro medio y lo reitero: “La pobreza no es de un gobierno o de otro, es de todos”. Querer desconocerla porque fue en el período “equivocado” señala mezquindad, pero desconocer las causas de cómo se logro, me parece, irresponsable.
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