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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Las cuentas pendientes en participación ciudadana

Sabemos que Chile está en deuda con el diseño y la implementación de nuevos y mejores mecanismos de participación ciudadana, que sean atingentes a las expectativas que tienen los jóvenes de ser escuchados.

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Paulina Ibarra es Presidenta Ejecutiva y cofundadora de Fundación Multitudes. Master of Arts en Comunicaciones de Georgetown University. Experta en participación ciudadana, gobierno abierto y transparencia. Fue asesora de Comunicación y Gobierno Abierto de la administración del Presidente Barack Obama y Oficial de Comunicaciones del Banco Mundial. Asimismo, fue consultora en Comunicación para el Desarrollo y Gobierno Abierto en múltiples organizaciones multilaterales.

Hace unas semanas se publicó un estudio de la UDP y Feedback que demostraba que entre 2009 y 2014 había caído considerablemente el interés y la participación de los jóvenes en la política, atribuible a la falta de confianza en las autoridades, en las instituciones y en los políticos en general.

La publicación detectó además como consecuencia de ello la baja en la adhesión a organizaciones colectivas y, por el contrario, el alza en la participación de causas de protección al medioambiente, de superación de la pobreza y de defensa de igualdad de derechos.

Tan interesante como estos datos fueron los arrojados por el estudio de Auditoría a la Democracia del PNUD, sobre una creciente adhesión a formas alternativas de participación ciudadana, como fue en su momento el movimiento estudiantil que salió a las calles, cuando la ciudadanía no se sentía escuchada por la autoridad.  

Frente a esta tendencia cabe detenerse y preguntarse respecto a las formas de incentivos que les estamos dando hoy a los jóvenes para que participen en la política formal y sobre cuáles serán las propuestas que les plantearemos como país para re-encantarlos.

Para quienes valoramos el aporte de las nuevas generaciones en la construcción del país, sabemos que son un recurso necesario para enriquecer el debate público, para hacerlo más abierto e incluso creativo, y también para que la participación ciudadana se vaya convirtiendo en un elemento sustancial, efectivo e incidente en el desarrollo de políticas públicas.

Actualmente en Chile no existen espacios formales ni vinculantes de participación. En la esfera más próxima a la ciudadanía que es la municipal, la legislación dispuso en el año 2011 la creación de los Consejos Comunales de las Organizaciones de la Sociedad Civil, un mecanismo consultivo que tiene como fin incitar la participación ciudadana en la gestión de los municipios

Según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y de la mesa de seguimiento a la ley 20.500 (Participación Ciudadana en la Gestión Pública), a la fecha sólo un 64% de las 346 municipalidades del país ha confirmado la composición de estos consejos, mientras que 77 de éstos aseguraron no tenerlos aún constituidos y otros 47 no han dado luces de su situación.

A vista de estos antecedentes, sabemos que Chile está en deuda con el diseño y la implementación de nuevos y mejores mecanismos de participación ciudadana, que sean atingentes a las expectativas que tienen los jóvenes de ser escuchados. Quizás así podremos frenar su migración hacia la política no institucional y lograr acortar, de a poco pero con buena proyección, la brecha que existe entre la ciudadanía y el Estado.

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