La irónica muerte de Michele Ferrero, el creador de Nutella y Kinder Sorpresa

El sábado se celebró el Día de San Valentín, festividad que muchas parejas utilizan para regalar uno de los dulces más vendidos del mundo: el chocolate. Sin embargo, la celebración de este año estuvo marcado por un triste evento que enlutó una de las fábricas más grandes de este producto en el mundo. El italiano Michele Ferrero, conocido como el “chocolatero más rico del mundo”, falleció a los 89 años tras sufrir durante varios meses por una enfermedad desconocida. 

Quien fuera el dueño de una de las productoras de chocolate más grande del mundo, comenzó a familiarizarse con este producto  luego de que su padre, Pietro Ferrero, dueño de una panadería en la región de Piamonte, creara en 1946 una mezcla entre avellanas y cacao convirtiéndolo en un producto untable llamado “gianduja supercrema”.

Tras su muerte, Michele tomó posesión de la empresa en 1957 y siete años más tarde rebautizó la mezcla con un nombre mucho más internacional y que es reconocido hasta el día de hoy, la famosa Nutella. Sí, la misma que hoy vale más de 1.700 millones de euros y de la que se producen más de 365.000 toneladas.

Tras esto, diversos fueron los productos que llevaron a “Ferrero” a convertirse en el cuarto mayor fabricante de chocolate: los huevos Kinder Sorpresa, los reconocidos chocolates Ferrero Rocher y Mon Chéri. La facturación anual de la compañía alcanza los 8.000 millones de euros con un 8% de cuota del mercado, siendo superados solo por Nestlé que cuenta con un 12%.

El dogma Ferrero

Más allá de los números y de la enorme producción que lo convirtieron en el millonario número 22 de la lista Forbes, Ferrero será recordado más allá de sus logros por su manera de llevar los negocios, su devoción a la Virgen de Lourdes, la poca cercanía con los medios y el enorme lazo que tenía con sus empleados. 

Según consigna el portal español, Vanitatis, en la entrada de cada una de sus 20 factorías repartidas por 53 países existe una columna con una representación de Nuestra Señora de Lourdes. Incluso el mismo Michele encabezaba una peregrinación al Santuario de Lourdes con sus empleados franceses.

Fuentes cercanas a la familia, aseguran que Ferrero era un dinosaurio de la antigua economía. De hecho, la compañía la heredará su hijo Giovanni, ya que no quiere que ninguna multinacional, ni accionistas dirijan la compañía que hasta el momento ha sido una herencia familiar.

Su invento, el “juego del tren”, donde el consejo de administración familiar se reunía ante una gran mesa en forma de U por la que iban pasando las distintas fórmulas y los nuevos productos y todos opinaban poniéndose en el papel del consumidor final, lo ayudó a posicionarse como ningún otro en los mercados.

Tal ha sido el éxito de Ferrero y su producción de chocolate que desde que la compañía se inició, nunca ha existido una huelga en ella. Según el presidente de Ferrero, Paolo Fulci, el secreto para esto es el “Dogma Ferrero”: “Prioridad a los valores humanos, sociales y el medio ambiente; servicio a la comunidad. Ferrero y los trabajadores de la empresa están entretejidos como una familia”. Tanto así que compró en Ospedaletti, cerca de San Remo, el un edificio que transformó en casa de vacaciones para empleados jubilados de la empresa.

Michele se inspiró en el principal exportador italiano de la máquina de escribir, el empresario Adriano Olivetti, en cuanto a ganarse el cariño de sus empleados y reinvertir en diversas obras sociales. Es por eso que creó en 1983, la Fundación Ferrero que entrega becas a estudiantes, ofrece asistencia sanitaria a los trabajadores que se jubilan y organiza exposiciones, conciertos, conferencias, entre otros.