Todo queda en familia: hijos de Délano también realizaron contratos forward con Grupo Cruzat
La inmobiliaria Duero firmó dos contratos con CB Consultorías y Proyectos, uno con el ejecutivo de Cruzat, Iván Rojas, y con Asesorías VSA.
Cuatro son los contratos forward firmados entre 2009 y 2013 por la inmobiliaria Duero, representada por Macarena y José Luis Délano, hijos de Carlos Alberto Délano, que habrían reportado pérdidas por casi $300 millones y que hoy se encuentran en manos del fiscal a cargo del caso Penta, Carlos Gajardo.
Los documentos fueron entregados por el abogado Alberto Aguilera, quien representa a los hijos del controlador del holding. Uno de ellos data del año 2009 y consigna como contraparte a la empresa CB Consultorías y Proyectos, perteneciente al Grupo Cruzat.
El forward firmado entre la inmobiliaria y la consultora, acordado el 11 de noviembre del año mencionado, consistía en que CB se comprometía a vender U$15 millones a un precio de $499 por dólar, 30 días después. Como en esa fecha la moneda norteamericana estaba en torno a los $495, Duero tuvo que pagar $61 millones más que el precio de mercado, reflejándolo como pérdida en sus balances, consigna La Segunda.
Un año más tarde, la empresa de los hijo de Délano firmó otros dos contratos. Uno nuevamente con CB Consultorías y Proyectos en el que se comprometían a comprarle a la empresa de Cruzat U$75.800.000 a $482 el dólar un mes después.
El segundo se firmó con el ejecutivo del Grupo Cruzat, Iván Rojas, donde Duero compró U$2.250.000 a $482 el dólar.
En ambos casos, la inmobiliaria perdió. Con CB registró una merma de poco más de $200 millones y con Rojas poco más de $5 millones.
Posteriormente, en enero de 2013, Duero nuevamente firmó un contrato forward pero esta vez con Asesorías VSA, empresa ligada a Siglo Outsourcing. Con fecha 2 de enero, el documento revela que el 23 de abril de ese año, VSA vendería a la inmobiliaria poro más de U$2 millones a $496 el dólar. Cuando se realizara la compra, la divisa estaría a $477 por lo que nuevamente se pagó por sobre el precio de mercado, quedando reflejado en una pérdida de casi U$40 millones.
A través de estos contratos, se podían simular pérdidas que permitían rebajar la carga tributaria.