Recicladores de base a la vanguardia medioambiental

Vivir en una sociedad moderna permite disfrutar de las bondades y comodidades de ciudades desarrolladas y tecnologizadas, sin embargo la sustentabilidad medioambiental no cuadra ni calza con el hábito social que nos insta a desechar todo lo que consideramos; nos sobra o no tiene otra utilidad.

Es en este marco que en el planeta ya hay más de 15 millones de recicladores de base y en Chile 60 mil personas al menos son trabajadores cuya labor es la de recuperación, recolección, transporte, selección, pre-transformación y comercialización de materiales reciclables y aprovechables; y viven de ello como fruto de su trabajo sin explotar a nadie.

Para resolver la vulnerabilidad y exclusión que viven los recicladores por parte de los distintos Estados, se han organizado en la Asociación Gremial de Recicladores Independientes de Chile A.G. y en Latinoamérica se conforma en 2005 la Red Latinoamericana de Recicladores de Base. Estas organizaciones buscan avanzar hacia políticas públicas de cooperativismo, inclusión, fortalecimiento de liderazgos, articulación empresarial y defensa del gremio.

Y es que desde las instituciones público y privadas se hace hincapié en su contribución a la sustentabilidad ambiental, no obstante el valor de su trabajo trasciende el medio ambiente y se han convertido, por opción, necesidad y causa, en un oficio fundamental que contrarresta las inequidades sociales que ha permitido el desarrollo moderno.

Los hoy llamados recicladores de base antes fueron los postergados cartoneros y cachureros, que sin protección social, sin acceso a trabajo, salud y capacitación desempeñaron el rol fundamental de reciclar.

Actualmente el oficio ha comenzado a valorizarse, sin embargo falta mucho más que voluntad política y palabras de buena crianza para implementar las recomendaciones de la OIT en forma de política pública.

El proyecto de Ley Marco para el Reciclaje en Chile incluye el capítulo de Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que fue presentado por el Gobierno de Piñera en 2013, sin embargo no iba en la línea de las recomendaciones de la OIT, pues excluía a los recicladores de base del proceso.

La Ley de residuos sigue siendo una deuda pendiente y tras un año y medio en proceso de mejoras, el Ministerio de Medio Ambiente no ha dado la premura a la legislación que vendría a reconocer formalmente la labor de los recicladores y a establecer un trato digno a su labor.

Su aporte no sólo es la de recuperar la no despreciable cantidad de 120 mil toneladas mensuales de residuos, sino que en porcentajes los recicladores recuperan el 90% de los residuos sólidos domiciliarios, es decir que sólo el 10% de lo que botamos se podría considerar basura.

Sin duda ser reciclador es una de las labores con mayor sentido en el mundo actual, pero una de las más invisibilizadas y vulneradas en sus derechos.

En el día de la conmemoración del asesinato de diez recicladores de base en Colombia es ineludible recordar la importancia de la formalización de su oficio y considerar las garantías necesarias para que desempeñen su trascendental labor con la protección social que debe otorgar un país de la OCDE.

Porque los recicladores de base, digámoslo como es, hacen lo que todos los demás habitantes de este planeta no hacemos, cuidarlo en la práctica diaria y al margen de toda estabilidad laboral y reconocimiento. Plausible.