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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Renovemos la política

Esto, sumado a los escándalos de corrupción que han salpicado a este Gobierno y a parte de la Alianza, que está prácticamente deslegitimada de poder fiscalizar, es que Amplitud aparece como una opción real de ser oposición y sintonizar con la ciudadanía.

Por Joaquín Godoy
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Joaquín Godoy es Soy Amplitud, porque creo en la libertad de las personas y no le tengo miedo a los cambios que Chile está planteando. No nos importa de dónde vienen las personas, sino más bien para dónde quieren ir.

Hace un par de días asumió la primera directiva de Amplitud, la cual encabezo, para pavimentar el camino de nuestro movimiento para ser partido político.

No cabe duda, que la clase política y los partidos, a estas alturas, son lo más cuestionado por la opinión pública gracias a los casos Caval, Penta y SQM.

Desde que creamos el movimiento nuestro propósito era lograr romper con la barrera del Sí y del No, de la odiosa separación entre derechas e izquierdas, que gracias al cambio al sistema binominal que apoyamos se está logrando.

Pero otro de nuestros objetivos era y es renovar la forma en hacer política, en el entendido que la ciudadanía está cansada de los políticos que sólo promueven sus intereses personales para perpetuarse en el poder versus responder a las necesidades de las personas a las cuales representa.

Esto, sumado a los escándalos de corrupción que han salpicado a este Gobierno y a parte de la Alianza, que está prácticamente deslegitimada de poder fiscalizar, es que Amplitud aparece como una opción real de ser oposición y sintonizar con la ciudadanía.

Ser partido político en esta coyuntura no es nada de fácil, sin embargo, estamos convencidos que podremos aunar voluntades y construir un proyecto político que represente a todos quienes luchen por la libertad de las personas, pero por sobre todo que responda no a la clase política, sino que a los ciudadanos.

Desde junio del año pasado, cuando firmamos con el Gobierno el acuerdo para cambiar el actual sistema electoral, dimos cuenta de las necesidades reales de transformar la política o retrotraerla a su origen.

Por eso es que presentamos una batería de iniciativas para limitar la reelección de los parlamentarios, regular el financiamiento de las campañas y los partidos políticos.

Hoy cuando la agenda se impuso, quisimos – de la mano de la Senadora Lily Pérez, incorporar la iniciativa que permite a los parlamentarios renunciar a su cargo cuando ha cometido un delito o ha reconocido alguna irregularidad. Hoy la Constitución Política sólo permite la renuncia del parlamentario cuando se está frente a una enfermedad grave que lo inhabilite.

Es decir, como Amplitud, hemos puesto en el debate una agenda coherente con lo que la ciudadanía está exigiendo hoy en día. No sacamos nada con tapar el sol con un dedo. Estos hechos nos deben hacer reflexionar con una visión de futuro, pensando en revindicar nuestro rol como parlamentarios y servidores del pueblo.

Presentaremos además varias propuestas a la Comisión Asesora Presidencial que se encargará de determinar la forma en que se regulará el financiamiento y la política, y estas están orientadas en cuatro puntos. 1- Regular el financiamiento de los partidos políticos, 2.- Regular financiamiento de las Campañas, 3.- Endurecer las penas para aquellos políticos que hayan sido electos con dineros mal habidos y por el tráfico de influencias y 4.- Fiscalizar con mayor fuerza al aparato público durante las campañas, regulando relación de los funcionarios públicos y sus intereses políticos. Lo anterior de la mano de fortalecer el funcionamiento del Servel.

Además, creemos que hay que dar una fuerte señal respecto de la contratación de familiares en el aparato público, por lo cual otra de nuestras propuestas apunta a limitar la contratación hasta la segunda línea de consanguineidad.

Como Amplitud, esperamos que, por el bien de la democracia, esta comisión y el Gobierno recojan todas las iniciativas y las analice en su justo mérito, y de un salto cuantitativo en la forma que tendremos de hacer política de aquí a los próximos 30 años. De paso nos permita recuperar la credibilidad de los chilenos hacia las instituciones, como es el poder legislativo.

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