Cinco recomendaciones para enfrentar psicológicamente un desastre natural
Enfrentar un desastre como esto requiere de mucha fortaleza, en especial cuando hay que volver a comenzar.
Los grandes desastres naturales no sólo pueden provocar serios daños físicos y económicos en las víctimas, sino que también psicológicos. Las personas afectadas por catástrofes como los aluviones en el norte tienen que enfrentar la pérdida de amigos, familia, casas, sus puestos de trabajo y plantearse en un presente donde hay que comenzar de cero.
Un desafío muy complicado que no todos enfrentan de la misma manera y que muchas veces se ve aumentado “por un bombardeo mediático y de la opinión pública que siempre los tiende a patologizar”, según afirma Rodrigo Molina, presidente del Colegio de Psicólogos de Chile.
Molina explica que es importante entender que sentirse mal luego de un evento tan fuerte es normal. “Siempre aparece esto de que la gente está traumada, que hay estrés post traumático. Eso es introducirle una idea a las personas de que están enfermas. Todos si somos sometidos a una situación así podemos sentir efectos similares a un trauma”, señala.
El profesional detalla que es posible enfrentar estos problemas siguiendo pautas que han sido diseñadas por el Colegio de Psicólogos de Chile y que pueden ayudar a los adultos a enfrentar una situación tan difícil como lo sucedido en el norte:
Tensión y ansiedad
Los adultos pueden estar excesivamente preocupados sobre el futuro, tener dificultades para dormir, problemas de concentración, sentirse sobresaltados y nerviosos. Estas reacciones pueden incluir palpitación rápida del corazón (taquicardia) y sudoración.
Recomendación: “Utilice técnicas de respiración y/o de relajación. Tómese un tiempo durante el día para calmarse practicando ejercicios de relajación. Estos le ayudarán a conciliar el sueño, a concentrarse y le proveerán energía”.
Preocupación o vergüenza por sus reacciones
Muchas personas reaccionan intensamente después de un desastre. Sienten miedo y ansiedad, tienen dificultad para concentrarse, culpa por determinados hechos y vergüenza por la forma en cómo enfrentaron la emergencia. Es de esperarse y comprensible el experimentar muchas emociones durante la secuela de un evento extremadamente difícil.
Recomendación: “Busque un lugar adecuado para hablar sobre sus reacciones con un miembro de su familia o con un amigo de confianza. Recuerde que estas reacciones son comunes y que toman tiempo en disiparse. Reemplace el culparse a sí mismo excesivamente por una evaluación realista de lo que pudo haberse hecho”.
Abrumado por tareas a realizar
El esfuerzo que supone un evento así es enorme y es imposible no pensar en temas como la vivienda, comida, papeleo del seguro, cuidado de los niños y la crianza de los hijos.
Recomendaciones: “Identifique cuáles son sus prioridades. Averigüe cuáles servicios están disponibles para ayudar a satisfacer sus necesidades. Haga un plan que simplifique las tareas en pasos posibles de seguir”.
Miedo a recurrencias
Es común para las personas que debieron enfrentar un evento natural complejo sentir miedo de que ocurra otro desastre, por lo que se tiende a reaccionar de una forma errática ante cosas que recuerdan lo sucedido.
Recomendaciones: “Sea consciente de que los recordatorios pueden incluir personas, lugares, sonidos, olores, sentimientos, horas del día. Recuerde que la cobertura de los medios de comunicación sobre el desastre puede ser un recordatorio y provocar miedo de que se repita el evento”.
Cambios en relaciones interpersonales
Las personas pueden sentirse de manera diferente respecto de sus familiares y amigos. Por ejemplo, pueden volverse muy sobreprotectores y estar muy preocupados por la seguridad de los otros y de sí mismos, frustrados por las reacciones de un miembro de la familia, o bien pueden sentir deseos de alejarse de su familia o amigos.
Recomendaciones: “Entienda que la familia y los amigos constituyen un apoyo muy importante durante el periodo de recuperación. Es importante entender y tolerar los diferentes cursos de recuperación entre los miembros de la familia. Cuente con otros miembros de la familia para que lo ayuden con el cuidado de los niños o con otras actividades diarias mientras usted está disgustado o bajo estrés”.