¿No les da vergüenza llamarlo Parque Padre Hurtado?
Era un hombre de bien. Fundó el Hogar de Cristo. Y es de esos santos que se merecen el adjetivo. ¿Qué diría el Padre Hurtado si supiera que el parque que lleva su nombre, ese que es uno de los más grandes de Chile y que antes se llamaba Intercomunal de La Reina, les cobra a los niños, a sus padres y a sus mascotas por entrar?
Sí, todos los días del año. Sí, a los niños, jóvenes y adultos que vienen a pie. Y a sus perros. Y no, no se trata de un establecimiento privado como sucede con el Santuario de la Naturaleza.
El Parque Padre Hurtado es propiedad de tres municipios: La Reina, Las Condes y Providencia. Y lo es desde 1967. Actualmente es administrado por la Municipalidad de Las Condes por acuerdo de la Junta de Alcaldes. De manera sorprendente, los tres municipios se las han arreglado para que el parque no sea declarado bien nacional de uso público, “ni fiscal ni municipal” como explica Patricio Herman, presidente de la Fundación “Defendamos la ciudad”. Y agrega que “es vergonzoso que lucren”. Claro que lo es. Vergonzoso. Pero no tan raro. Mal que mal, lo administra la misma municipalidad que decidió tener su propio sistema de bicicletas públicas, rompiendo de paso toda posible conectividad con el otro sistema que junta a catorce municipios. Mal que mal, lo lidera el mismo municipio que, según el ingeniero y dirigente vecinal Jorge Blanche, “presenta un contraste de urbe del primer mundo coexistiendo con una del tercer mundo”.
“Muchas de sus avenidas, edificios de altura, residencias…son de primer mundo, hasta que llegamos al tema de los parques urbanos”, explica Blanche. “Ahí, las políticas públicas son de tercer mundo. La ONU recomienda un espacio de áreas verdes de 16 metros cuadrados por habitante, como mínimo, para una buena calidad de vida de los residentes de centros urbanos. La comuna de Vitacura ostenta 18,3 metros cuadrados por habitante; Las Condes 9,2.”
Las palabras de Blanche fueron expresadas con motivo del proyecto que hace algunos años autorizó el alcalde de Las Condes en el Parque Araucano, donde en vez de hacer un centro recreacional, deportivo y público, en el lugar en el que encontraba la piscina olímpica –pública-, terminó levantándose “Vida Parque”: un mini mall con gimnasio, privado y caro (Hard Candy), que se encuentra junto al vilipendiado Kidzania, entre otros muchos lugares privados.
Sigamos, porque esto aún no termina. Mal que mal, se trata de la misma alcaldía que fue denunciada en la Contraloría General en 2008 por haber suscrito un contrato de comodato con la Fundación Casa de la Familia del Movimiento Schoenstatt, para que esta institución religiosa construyera una casa multifamiliar en un terreno municipal y área verde. Adivinen cuál: el Parque Padre Hurtado, específicamente en su esquina sur-poniente.
Nuevamente, un detrimento del bien público para beneficiar a un ente privado. Y, mal que mal, se trata del mismo alcalde que, el próximo año, cuando ocurran las elecciones municipales, llevará 16 años ininterrumpidos dirigiendo la comuna de Las Condes. Ahí se la dejo. Mientras tanto, siga pagando no más por entrar a un lugar que nos pertenece a todos. Un lugar al que, caradura, lo rebautizaron como Parque Padre Hurtado.