Más o menos grados: la decisión que todo amante del vino debería tener en cuenta
La discusión entre los productores de vino europeo y americanos sobre la graduación alcohólica parece estar siendo resuelta por la neurociencia.
Los europeos en la actualidad están aumentando paulatinamente la graduación de alcohol de los vinos, llegando a los 15°, esto debido a la nueva creencia de que un brebaje con mayor grado de alcohol entregaría más carácter. Esta definición encontró serios cuestionamientos de los productores norteamericanos, quienes plantean todo lo contrario.
Ante está discrepancia entre productores, el equipo de Ram Frost se atrevió a presentar hace unos días una pequeña aproximación desde la perspectiva de la neurociencia, en un trabajo presentado en la revista Plos ONE.
En la investigación se analizó la actividad cerebral de 21 afortunados voluntarios mientras tomaban vinos de distinto grado. Esto lo lograron a través de una resonancia magnética funcional, en las que se les ofrecía beber una solución sin sabor, un vino de baja graduación alcohólica (13-13,5%) y un vino de alta graduación alcohólica (14,5-15%).
Durante las pruebas los voluntarios no eran capaces de distinguir, a nivel consciente, qué vino tenía más alcohol, sin embargo en sus cerebros la reacción era completamente diferente.
De forma sorpresiva, los cerebros demostraron tener mayor actividad cuando la graduación era menor, específicamente en el área de la ínsula y el cerebelo derecho, ambas áreas relacionadas a la percepción del sabor. Esto es contrario a la creencia que los vinos más fuertes producen una estimulación mayor.