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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

El fútbol y la inclusión social

El fútbol puede es un carnaval deportivo que desata fanatismo y moviliza masas, una actividad física que ofrece goce, distención y estética. El fútbol además es un negocio publicitario mundial. Es también un escenario sobre el cual frustraciones, carencias y disconformidad, se expresan mediante la rabia, tanto por parte de jugadores, como de hinchas… y hay una cuarta cosa que también es el fútbol: un catalizador para la inclusión social, en tanto es un espacio que permite que personas de distintas edades, estratos sociales, intereses y formas de ver la vida, se encuentren en la cancha y sus alrededores.

Por Joaquín Subercaseaux
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Joaquín Subercaseaux es Licenciatura en Filosofía de la Universidad Católica. Master en gestión y políticas públicas en la Universidad de Chile

De esta forma se transforma en un espacio propicio para la relación entre personas, en el que se ponen en práctica, sin necesidad de elementos adicionales, valores de carácter intrínsecamente social, como el reconocimiento del otro, la solidaridad y el crecimiento de vínculos afectivos, y una serie de habilidades psicosociales, como la empatía y la autoestima.

La participación en espacios que permitan a personas en situación de vulnerabilidad establecer vínculos sociales, deben ser considerados como estrategias integradoras por instituciones públicas (especialmente locales) y organizaciones privadas con fines sociales.

Ahora bien, como el fútbol por sí mismo no asegura procesos acabados para la integración y la inclusión social -Chile, país evidentemente futbolizado, tendría índices satisfactorios en estas materias- las iniciativas orientadas a personas en situación de vulnerabilidad, no pueden limitarse a facilitar una cancha para jugar. Se requiere de apoyo y voluntad civil, estatal y/o privada, para canalizar los beneficios y el entusiasmo que aporta este deporte.

En este sentido, podemos entender el fútbol como una plataforma idónea para apoyar la integración a los servicios y redes dispuestas en los territorios que acogen estas actividades. También, resulta un espacio propicio para proveer apoyo psicosocial orientado a fortalecer la confianza, la percepción de auto eficacia y las perspectivas de superación de las personas.

Hoy en día, distintos proyectos que trabajan en contextos vulnerables, están abordando programas deportivos también desde el área psicosocial. De esta manera, el deporte funciona como una plataforma de apoyo a los participantes, favoreciendo sus procesos de inclusión social por medio de estrategias complementarias a la disciplina. Es de esperar que integrando esta arista, logremos transmitir más allá de la cancha, valores que permitan construir una sociedad más humana.

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