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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Inocuidad y calidad alimentaria para Chile: un paso imprescindible

El Gobierno ha decidido enviar al Congreso, durante el segundo semestre de este año, el Proyecto de Ley que crea el Sistema Nacional y la Agencia Chilena para la Inocuidad y la Calidad Alimentaria; una buena noticia para los consumidores, para el sector productivo y para el país.

Por Arturo Barrera
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Arturo Barrera es Profesor Escuela Ingeniería en Agronegocios Universidad Central

Chile ha venido haciendo bien la tarea en el ámbito de la inocuidad de los alimentos, al menos en lo que respecta a la prevención y control de los peligros microbiológicos, químicos y físicos. Sin embargo, no la ha hecho tan bien en una concepción más amplia de la inocuidad, entendida como inocuidad nutricional, vinculada a los peligros de los nutrientes críticos y la energía contenidos en los alimentos.

Se espera que el Proyecto de Ley defina y establezca por ley a la ACHIPIA, Agencia creada administrativamente el año 2005 y a la cual le corresponde la coordinación y conducción del sistema nacional de inocuidad y calidad de los alimentos. En esta perspectiva este organismo debiera ser fortalecido en sus atribuciones y capacidades de integración y coordinación del quehacer realizado por distintos actores, entre ellos, el Ministerio de Salud, el Servicio Agrícola y Ganadero y el Servicio Nacional de Pesca, los que manteniendo sus competencias debieran actuar más integrada y complementariamente.

La experiencia internacional enseña que los países deben estar en permanente perfeccionamiento y adecuaciones de sus políticas, regulaciones e institucionalidad dado que las exigencias en la calidad e inocuidad de los alimentos van en aumento y, además, porque continuamente se van identificando nuevos peligros que pueden amagar los estándares de inocuidad alimentaria alcanzados.

Como lo explicita la Política Nacional de Inocuidad de los Alimentos vigente en nuestro país, la calidad sanitaria de estos es un desafío en que tanto las empresas, el gobierno y los consumidores tienen responsabilidades. Evidentemente, la responsabilidad primera es de las empresas productoras de alimentos y el Gobierno. Pero también las tienen los consumidores, toda vez que muchos eventos relacionados con la inocuidad se producen en los hogares por mala manipulación y contaminación cruzada de los alimentos.

Mejorar el estándar de nuestra institucionalidad pública en lo que respecta a la calidad e inocuidad de los alimentos no es el único desafío en el ámbito alimentario. También lo es avanzar decididamente en la disminución del consumo de nutrientes críticos, invertir más en ciencia y tecnología, seguir consolidando una agricultura limpia y de calidad, mejorar los monitoreos de los distintos peligros para la inocuidad alimentaria, estar atentos a los riesgos emergentes y mejorar el estándar de la institucionalidad privada y de las organizaciones de los consumidores.

Establecer por Ley la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad de los Alimentos no ha sido un proceso fácil: desde su creación han pasado 10 años. Sin embargo, este organismo público ha estado perfeccionando su quehacer institucional en el marco de la implementación de la Política Nacional del tema. El paso anunciado por el Gobierno es imprescindible si queremos seguir gozando de la confianza que los consumidores de Chile y del mundo tienen en nuestros productos agrícolas y alimentarios.

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