¿Nuevos aires para la derecha chilena?
Un leve remezón ha provocado éstas últimas semanas el evento “Pensar la centro derecha”, donde se ha podido rescatar las conclusiones extraídas por parte de algunos líderes de opinión como Ortúzar, Oppliger e Isamit. De ello, se extraña leer en los medios de prensa alguna autocrítica de los políticos del sector, sobre todo dado que las últimas votaciones fueron muy negativas. Es que la distancia entre los intelectuales y quienes ejercen la función política sigue aún presente y no existen articuladores que logren ser el puente entre ideas y acción.
Andres Barrientos es Director Ejecutivo Ciudadano Austral: Ingeniero Civil en Obras Civiles de la Universidad de los Andes. Fue ayudante en cátedras de Hidrología y Geología. Ha estudiado políticas públicas, economía y sociedad en diversas instituciones como Instituto Cato, LyD, FJG y ATLAS Network. Columnista en medios nacionales e internacionales.
El libro titulado “The Right Nation” traducida como “Una Nación Conservadora” de John Mickelthwait y Adrian Wooldridge debiese ser un punto de referencia para la derecha chilena -no se frecuenta en círculos de lectura ni en formación- el cual urge comenzar a difundir para aumentar la capacidad crítica del actuar de intelectuales, articuladores y políticos, que sigue viviendo una profunda crisis de compatibilización entre acción e ideas. En ello se puede aprender algunas cosas que han garantizado la gran influencia del partido republicano -desde la revolución iniciada por Goldwater en 1964- en la sociedad norteamericana.
Una de las metas a largo plazo es el triunfo de las ideas de la libertad, justicia y responsabilidad, que a tantos chilenos nos hacen sentido en el diario vivir; como a las vecinas castreñas Marcela y María que educan a sus hijos en la universidad y que sufren las múltiples regulaciones estatales que impiden levantar tranquilamente su emprendimiento en artesanía a las afueras de la Gobernación de Castro. Pablo, chonchino que con su entusiasta capacidad ha logrado desarrollar productos culinarios donde, a pesar de las barreras burocráticas, ha podido sacar adelante a su familia. O el conocido “Cochemin”, quien no ha dado pie atrás en levantar con éxito su supermercado en plena ruta 5 aun cuando fue citado a tribunales por haber carneado un animal de su propiedad que no estaba certificado por el estado.
Los nuevos do tanks y think tanks cargados de energía como los son Chile Siempre, Movilidad Popular, Siempre por la Vida, o Ciudadano Austral -en el sur de Chile- permitimos abrir una pequeña ventana mostrando que es posible realizar un puente entre las necesidades de las personas como las descritas anteriormente en pos de un cambio cultural, pues el plano de las ideas es letra muerta si no es bajado a nuestros ciudadanos.
El profundo esfuerzo de los padres para lograr que sus hijos sean libres y estudien en la universidad, es una de las tantas realidades de los chilenos que solicitan día tras día menos trabas administrativas para sus emprendimientos y menor despilfarro de los recursos utilizados por los tomadores de decisiones.
Así entonces, son innumerables las experiencias de esfuerzo –tanto de individuos, familias, y asociaciones civiles- que van configurando ese aquel mínimo identitario de la derecha a lo largo de la historia, con sus éxitos y derrotas, idea que desarrolla Claudio Arqueros en su columna “¿Pensar la derecha?”.
Veamos la experiencia en países que han logrado la unión del bloque. Los republicanos en Estados Unidos se unieron en torno a la defensa del libre mercado, su aceptación en el país del norte es transversal y a partir de él se articulan todas las variantes en la derecha para realizar el activismo.
Finalmente, “The Right Nation” nos presenta los alcances de una nación poseedora de una actividad política que tiene mucho que enseñar, más aún cuando la actual derecha chilena piensa en dar un giro a la europea abrazando las ideas fallidas de la socialdemocracia. La advertencia está, pero recordemos que “en política nada se mueve si no se le empuja” (Morton Blackwell).