El artículo del Wall Street Journal que barre con Paulmann y califica como “fiasco” el retraso del Costanera Center
"Su agresivo enfoque fue exitoso cuando se trataba de expropiaciones, múltiples crisis monetarias y otros avatares de los negocios en Sudamérica. Sin embargo, no le ha servido con su proyecto de la Gran Torre", dice el reportaje sobre el empresario.
Hace tres años y al más puro estilo de los conciertos de rock, más de 300 personas esperaban ansiosos a la entrada del Costanera Center la apertura de sus puertas para poder ser los primeros en comprar en el mall.
El centro comercial es parte de un ambicioso proyecto que incluye una torre de oficinas de 64 pisos, que ha causado una expectativa inusual comparada con el resto de los edificios del país: es la construcción más alta de Latinoamérica, motivo de orgullo para muchos capitalinos y guías turísticos.
Un proyecto cuya construcción duró casi 10 años y que tuvo como ideólogo al empresario multimillonario Horst Paulmann. Pero mientras el mall ha tenido un activo funcionamiento desde su apertura, la torre aledaña ha tenido una suerte dispar: sus oficinas siguen sin poder ocuparse a un año de haberse terminado su construcción.
Justamente este tema toca el artículo del Wall Street Journal escrito por Peter Grant y Ryan Dube, titulado “Una dura lección para la torre más alta de América Latina”. En el reportaje señalan que el desarrollo del proyecto “se está convirtiendo en un ojo morado para Paulmann y su compañía, Cencosud SA, una de las cadenas minoristas más grandes del subcontinente”.
“En lugar de convertirse en un símbolo de la consagración de Santiago de Chile como una de las principales ciudades del subcontinente para los negocios internacionales, la torre es una muestra de cómo desarrollos inmobiliarios ambiciosos en los mercados emergentes pueden verse afectados debido a la mala planificación y el cambio de los vientos políticos”, apunta el WSJ.
Según el medio estadounidense, la principal razón para que aún no pueda empezar el arriendo de oficinas es que Cencosud no ha conseguido los permisos de ocupación del gobierno. Esto porque aún deben hacer diversas construcciones y mejoras viales para evitar que la habilitación de las cientos de oficinas produzcan un colapso automovilístico a sus alrededores y un exceso de contaminación.
Pero junto con citar los “enmarañados trámites” exigidos por el gobierno que han ayudado a que se produzca el “fiasco” del retraso en la apertura de las oficinas, el reportaje se inclina a culpar al propio multimillonario Paulmann por esta situación.
“Parte de la culpa de que la torre de oficinas esté aún vacía también recae en Paulmann (…) Su agresivo enfoque fue exitoso cuando se trataba de expropiaciones, múltiples crisis monetarias y otros avatares de los negocios en Sudamérica. Sin embargo, no le ha servido con su proyecto de la Gran Torre”, describe el diario.
“Está acostumbrado a la vía rápida”, dice en el reportaje Nicolás Cox, director de uno de los servicios inmobiliarios más importantes del país.
El reportaje narra que cuando se iniciaron las obras en 2006, “algunos de los ejecutivos que trabajaban en el proyecto le aconsejaron a Paulmann que retrasara la construcción hasta que quedara claro qué mejoras viales serían necesarias para obtener los permisos, pero él decidió seguir adelante, según personas al tanto. Ejecutivos de Cencosud dijeron que lograron reducir costos al construir la torre y el centro comercial en simultáneo”.
En ese entonces el Presidente era Ricardo Lagos, quien apoyó y elogió el proyecto. Al igual que lo hizo Michelle Bachelet en su primer período. Pero el WSJ asegura que “los vientos políticos se han movido en contra de las empresas y los urbanizadores. En su segundo mandato, que comenzó el año pasado, Bachelet ha adoptado políticas más populistas y menos favorables para los negocios, impulsando numerosos cambios”.
“Si este proyecto se hubiera construido 10 años antes, le habría ido bien”, afirma en el artículo Roberto Moris, académico de arquitectura de la Universidad de Chile.