Universidades presionan por gratuidad y gobierno determinará planteles recién en noviembre
Los tiempos no están cuadrando. Tradicionalmente las universidades empiezan a esclarecer sus vacantes y cupos durante el mes de septiembre, cuando ya empiezan a visitar los colegios para presentarse ante sus posibles futuros alumnos. No obstante, el gobierno, al financiar la gratuidad del 2016 vía ley de presupuesto, retrasará la definición de los planteles hasta -por lo menos- finales de noviembre. La incertidumbre no sólo deja en una compleja posición a los rectores de las casas de estudio, sino también por cierto a los estudiantes.
Tratando de volver a su estilo cercano y, a ratos, afable, la Presidenta Michelle Bachelet llamó la atención a quienes critican la reforma educacional, la que ha sido la protagonista de diversas discusiones en sus diversos ámbitos. Por ejemplo, la accidentada discusión sobre la carrera docente que se aplazó ya para septiembre, que pasó por un rechazo por la abstención de parlamentarios oficialistas en la Comisión de Educación, y luego, si bien fue aprobada en Sala en la Cámara de Diputados, enfrentó votos de rechazo en los mismos diputados de la Nueva Mayoría.
Ahora el tema se trasladó a la gratuidad en la educación superior. La “introducción” a esta historia ha dado para suspicacias, pero todo relacionado con los vaivenes económicos.
En el discurso del 21 de mayo, Bachelet anunciaba que la gratuidad sería, palabras más y menos, para planteles tradicionales. Luego del 100% de gratuidad se pasó al 70%, cuando se avizoraba el “realismo sin renuncia”. Luego se bajó éste porcentaje de estudiantes beneficiados al 60%, a continuación a 50%, y la discusión en la Nueva Mayoría estuvo marcada por diversos desórdenes, más bien relacionados con el discurso del gobierno, respecto si se avanzaría gradualmente o si es que habría apego total a las reformas.
El ánimo de la Presidenta, al menos públicamente, no ha cambiado: “No seamos tan negativos, ésta es una muy buena noticia para todos porque ya es un logro innegable que desde el año 2016 miles de jóvenes van a poder estudiar en la educación superior totalmente gratis, porque hay gente que tiene becas, pero que no cubren el 100%”, destacó la mandataria.
En paralelo, las Universidades, si sus rectores ya estaban inquietos, ahora definitivamente hay intranquilidad, ya que existe un importante trabajo previo que los planteles deben revisar con miras a los resultados de la Prueba de Selección Universitaria, para así determinar la cantidad cupos que dispondrán para los nuevos estudiantes, algunos de los cuales podrían estar considerados en los beneficios que ha intentado impulsar el gobierno, discusión que aún tiene imperfecciones por limar.
A finales de Septiembre, el 24, el Demre debe publicar la oferta de las carreras y las vacantes que existen en las casas de estudio que contemplan la PSU como mecanismo de ingreso.
De momento, están todos los planteles de, Consejo de Rectores, además de dos de las tres universidades privadas que -hasta ahora- cumplirían los requisitos para iniciar el próximo año a beneficiar estudiantes con la gratuidad.
Pero la administración de la Presidenta Bachelet ha adelantado que la gratuidad del 2016 empezará vía ley de presupuestos. Esa discusión que más bien ocurre más adelante, como por finales de noviembre. Y también es una discusión compleja a nivel legislativo. Y las consecuencias para las casas de estudio son que no estará claro si podrán abrir más cupos o no, o si esto quedará amarrado a los años de acreditación que exige el Mineduc para acceder a los beneficios. También habría problemas para determinar los aranceles.
Los rectores han pedido que todo se aclare cuánto antes.
En noviembre, la partida presupuestaria se tramita hasta el 30, y para esa fecha seguiría la incertidumbre, ya que en ese mes los centros técnicos ya están abriendo sus matrículas y casi 300 mil jóvenes estarán dando la PSU, y hasta ese momento los convenios no estarían firmados, afirma El Mercurio.
El proceso de algunas casas de estudio ya empezó, con visitas a colegios y similares. Pero no son sólo por cierto las Universidades las que están complicadas. Un estudiante, más allá de las aspiraciones que puede tener, a esas alturas debe determinar dónde estudiar, en qué lugar puede obtener beneficios para que, en palabras de la Presidenta Bachelet, el estudiar no se vuelva una “pesadilla” para su familia.
Aún hay mucha incertidumbre, como plantea la vocera de la Confech, Valentina Saavedra, y Mónica Salas, vocera de la universidad Adolfo Ibáñez, derechamente califica al gobierno de “irresponsable”.
El gobierno, en la obligación de esclarecer lo más posible sus políticas públicas, de la mano con las reformas que han impulsado, han adelantado -según La Tercera– que para el próximo año no se avanzará al 60% más pobre, pero más bien intentarán sumar instituciones como Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales.
Aunque los anuncios tuvieron dispar recibimiento por parte de los parlamentarios (“me parece raro, no había oído esto” indicó el senador (PS) Carlos Montes), el punto final lo indicó su correligionario Fulvio Rossi: “no está en mi imaginación que no tengamos el próximo año una ley aprobada”.
Según el Mineduc, se extendería a 230 mil estudiantes los que podrían acceder al beneficio, y las condiciones planteadas a las instituciones tienen que ver con que tengan participación, calidad y que sean sin fines de lucro.
Todo en la letra suena bastante bien. No obstante sería quizás el apuro, o quizás un grado de desorden, todo marcado por los vaivenes económicos tanto mundiales como particulares, que tienen tanto a los rectores como a los estudiantes ante un escenario de incertidumbre.
